viernes, 23 de junio de 2017

LA OROTAVENSE BATALLA DE FLORES, JUNIO 1959



Fotografía referente al sábado de las Fiestas Mayores de la Villa de La Orotava del mes de junio del año 1959, conveniente a la gran “Batalla de Flores”. Uno de los actos festivo que ha desaparecido del programa de las Fiestas Mayores, se recuperó por un tiempo con carrozas, pero en un itinerario distinto al que vemos en la fotografía, que se desarrollaba alrededor de la Plaza de Franchi Alfaro, primero con coches de la época engalanados, después en Jeep y finalmente en furgones Wolvages de doble cabina y media carrocería. Este acto que congregaba a muchísimas gentes, en los alrededores del citado recinto, unos sentados en doble hilera de sillas, otros expectantes de pie, vislumbraba, por el goce del divertimiento con  serpentinas, confetis y huevos rellenos de recortes de papelitos, hacía de las delicias de las féminas que ocupaban los coches en dos actos; en busca de las cintas de la sortija y en defensa de la batalla del papel, y de los espectadores que disfrutaban del acto.
La Panorámica tomada en el lado Sur de la mencionada plaza, observamos los tres caserones de la calle El Calvario que aún se conservan, en el primero que vivían unas señoras mayores, siempre temía por ese caserón, el cual se me parecía a una casa mágica donde habitaban brujas, puesto que siempre sus ventanas y puertas estaban cerradas a cal y canto, solo veía en la ventana superior de la derecha a un tal señor que conocíamos por Manuel, al que le teníamos pánico. El caserón central entonces propiedad de doña Mercedes López Buenafuentes esposa de don Fernando Hernández Pérez conocido por “El Gato”, padrino de la boda de mis padres, ya que era el contador de sus negocios “Casa Ford”,  adquiriéndole conjuntamente con Miguel Linares  una parte del negocio de la gasolina en propiedad en el año 1935, independizándose de su socio en el año 1939. En la ventana del citado caserón (derecha superior), vemos a doña Mercedes López presenciando el acto, era complicado visitarla, en su patio central convivían, ratas, gatos y perros. Todos los años por Reyes iba a buscar los juguetes, al entrar, tenía una aprensión de los ladridos de sus perros, que se estrellaban contra las cristaleras de la puerta del patio y ventanales.
En la derecha de la parte baja estaba la Sastrería del catalán “Violan” (observamos su rotulo comercial en la foto), recuerdo ver Padre e hijo, cortando las telas con una tijera enorme, en el escaparate de la puerta derecha, todas las semanas ponían un cartelito confeccionado en cómic con una frase simpática. En el saló de la izquierda en ese año de 1959, estaban los depósitos de don Paco Delgado González, cuyo despacho estaba en la puerta izquierda del caserón anterior. En ese salón estuvieron los suministros de mi padre Juan Álvarez Díaz, cuyo surtidor de bomba estaba exactamente por fuera, en la misma acera de la calle, hasta que fabricó un salón propio dos casas más abajo que no se ve en la foto, en la actualidad es mi domicilio familiar,. Esta Mansión es actualmente propiedad de mi amigo y compañero de pupitre en el colegio de San Isidro en bachillerato el doctor Carlos Saro Calamita. El tercer caserón de la izquierda, entonces era propiedad de don Manuel Fariña Hernández y su esposa  Doña Manuela Hernández, actualmente es propiedad por herencia de su hijo el amigo y convecino de la infancia Manuel Fariña Hernández.
El coche engalanado que vemos en la primera plana era un Citroën de tres velocidades cuatro puertas, con el volante a la derecha, estilo anglosajón, propiedad del fallecido José González García el del recordado Guachinche  de “La Vieja de Santa Úrsula”, el chofer es Isidro Hernández García conocido por “El Berrinche” fallecido, pero las muchachas que van de pie en el centro, delante, la amiga Ninina Pérez y Pérez y detrás su pariente y también amiga Cita Hernández Sacramento (propietaria de la foto).
El agente municipal como esta de espalda es difícil precisar, probablemente sea; Manuel Delgado, pero detrás y al escondite vemos a un muchacho portando un huevo relleno de papelitos en su mano derecha para lanzar hacía el vehículos.
El ambiente era extraordinario la Banda de Música de la Agrupación Musical de La Orotava dirigida por el maestro brigada bombardino don Emilio Bachiller de Torres, amenizaba el acto, por encima de esta misma calle, por fuera de mi antiguo domicilio donde nací.
De estas fiestas, tengo una anécdota que me viene  a la memoria, era el mes de junio del año 1965, estudiaba en el colegio de San Isidro bachillerato, mi padre por enfermedad había quitado del salón que no se ve en la foto, el negocio de los suministros de lavados y engrases de coches, se lo alquiló a Leopoldo Ascanio, solo le quedaba el negocio de la gasolina en la esquina de la plaza de Franchi Alfaro y El llano de San Sebastián, pero mantenía las oficinas en la parte alta del salón y los depósitos de neumáticos y aceites. En ese año subí con mis compañeros de pupitres; Juan Ramos Amaro y Francisco Trujillo Díaz a presenciar el acto en la azotea del mismo salón, al lado estaba la familia de Jorge González y esposa, puesto que su única hija participaba en los Jeep engalanado con sus amigas del colegio de La Milagrosa.
Como nos encontrábamos aburridos, no teníamos dinero para comprar serpentinas y confetis, se me ocurrió coger un cubo que estaba en dicha azotea y llenarlo de aserrín que se depositaba en la trasera para cubrir el derrame de los aceites. Por lo que puse a disposición de mis amigos y compañeros el citado cubo, y empezamos a votarle el aserrín a los Jeep engalanados, como el viento soplaba de abajo -  arriba de la misma calle, el aserrín se volaba e iba a parar a los rostros de los allí presentes, tanto fue el cosquilleo, que tuvimos que dejar tal carestía.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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