domingo, 18 de junio de 2017

LAS ALFOMBRAS DE SAN JUAN Y LOS NIÑOS QUE JUGABAN CON LOS SANTOS.



Caminando por la calle San Juan de la Villa de La Orotava (2013), una de las calles más pinas que existen en este noble territorio. Al llegar a la esquina de la calle El Cantillo con  la calle Nueva, sacó fotos a las dos alfombras por el momento culminadas, pero la sorpresa me la llevo en la mitad de la calle Nueva, delante de la casa  - carpintería que lo fue de Urbano Sosa, frente a la casa de don Gumersindo, habitada en la actualidad por mis compañeros Mila Expósito y Agapito de Cruz Franco,  estaban allí presente un pequeño estandarte, una manga y ciriales de cañas y adornados de brezos y retamas. Lo que me hace recordar a aquella larga infancia cuando éramos niños y jugábamos con los Santos en ordenadas e infantiles procesiones.
En la Villa abajo, concretamente en  la plaza de Franchi Alfaro, hacía sus pinitos procesionales en principio Máximo Hernández García en la década de los años cuarenta del siglo XX, posteriormente en la década de los años cincuenta en la calle de Juan Padrón, lo forjaba Jesús Delgado hasta que se fue con su familia a Venezuela. En estas últimas participaba un servidor, como  componente de tambores y cornetas que confeccionábamos con caja de hoja lata y casco de las tapas de los nuevos surtidores automáticos y eléctricos de la gasolinera de mi padre, que pintábamos de marrón y le poníamos la cruz roja.
La Villa Arriba, por sus despobladas calles, muchas de ellas pinas y de poco trafico, en las décadas de los años cuarenta, y cincuenta del siglo XX, se hacían procesiones infantiles  en la semana posterior a la  Semana Santa, tal como lo describe el amigo orotavense Leoncio Estévez en su libro “LOS NIÑOS QUE JUGABAN CON LOS SANTOS”, donde nos cuenta anécdotas de Ezequiel León, Urbano Sosa, Wistremundo Delgado, y demás, todos ya fallecidos.
El amigo Juan González ex funcionario del Banco Bilbao me comentó que en muchas ocasiones tuvieron que intervenir los agentes  municipales, ya que eran tan largas las filas de niños y niñas que llegaban a ocupar calles enteras.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

No hay comentarios:

Publicar un comentario