Esta
fotografía tomada bajando por la calle El Calvario de La Villa de La Orotava a
la altura de la plaza de Franchi Alfaro con la de San Sebastián, frente al
surtidor “Texaco” que entonces regentaba mi padre Juan Álvarez Díaz, donde
podemos observar en la trasera de los jinetes del camello el disco de la
compañía TEXACO.
Fotografía fechada el día 18 de Junio del año 1958, podemos estimar a un
personaje especial villero que fue alcalde de la Villa durante treinta y tantos
años, siempre imbatido en los numerosos comicios en lo que se ha presentado
como cabeza de lista, Isaac Valencia Domínguez, con el chaleco que le confeccionó
su querida madre, desde entonces ya apreciaba el buen vino, claro, que en sus
manos sostiene una pequeña garrafa típica, donde almacena el citado liquido.
Les acompañan por la derecha su hermana Lala Valencia Domínguez (señora esposa
actual de Antonio Santos Cruz), y por la izquierda, Ninina Pérez y Pérez
(propietaria de la fotografía).
El
amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN,
“ESPECTADOR”, remitió entonces (2014) estas notas, que tituló; “LA FOTO DE ISAAC VALENCIA EN EL CAMELLO DE
LA ROMERIA DE 1958, Y SU CONTEXTO…”: “…ISAAC VALENCIA estudiaba
en el curso 1957-1958 el Selectivo en la Escuela o Colegio Politécnico de
Aparejadores, en un vetusto edificio de la vetusta calle de San Agustín
lagunera. Isaac (Saso para los amigos)
fue a recibir clases de Matemáticas
Analítica y Descriptiva, una muy difícil asignatura, en ‘el largo y cálido
verano’ del 58, tal como reza el título de una película memorable de aquella
época. Muy caluroso verano de Santa Cruz, que era “un autentico horno” al decir
de la gente del Norte tinerfeño con su benefactora panza de burro.
Pues bien: las clases particulares las recibió
Isaac en una esquina de la Rambla de Pulido—que entonces era con dos filas de
casas terreras de una planta casi todas ellas-- en la vivienda particular del
inolvidable don Serafín Junquera de la
Piñera, un profesor titulado, Capitán de
la Marina Mercante, que ya por entonces era un vejete cachondo mental, y al
describir las curvas de las ordenadas de la Analítica Descriptiva, las
comparaba con las tetas y el culo (con perdón) de la impresionante y entonces
joven actriz Sophia Loren. Saso y yo, con aquellos tan alegres sistemas
pedagógicos de don Serafín, aprobamos fácilmente en septiembre 58 esa
asignatura.
En cuanto a la garrafa
de vino que lleva en el camello de marras, Romería del mismo año 58, Saso nunca
fue un hombre bebedor en exceso durante los años de su primera juventud. Pero posteriormente, el cargo tan importante
de alcalde de La Orotava, le obligó un par de veces a aceptar un trago, pero
nunca llegó a borracho, nunca pasó de estar ligeramente piripi. Y es que tenía que asistir, en su
política de acercamiento a los barrios periféricos, a sus fiestas típicas de
magos y folklore, y allí los vecinos, pequeños agricultores de la vid,
viñateros y hasta pisadores de la uva en el lagar del distrito, le ofrecían y
se veía obligado a probar un buchito del vino de la tierra. A
eso, aunque uno sea un abstemio convencido y con ulcera duodenal, un alcalde
que se precie no se puede negar, el vecino vinícola no le votaría si no prueba
su vino; muy al contrario, si se niega,
podría botarle (con B larga)--- y que
pareciera un accidente--- al primer andurrial o barranquera de los
alrededores.
Felicidades a Isaac
Valencia, por saber conducir el camello manejándolo (como si fuera un chofer
con manejo o un conductor con volante) con la garrafa en sus manos…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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