Está ubicada
por el norte con la calle Viera y por el sur con las plazas de Patricio García
y Casañas de la villa de La Orotava. Por su calzada transcurría la acequia que
conducía el agua de los regantes de la zona poniente el Río, al estanque
regulador de San Martín. Cruzando la mencionada calle Viera a través de las
inmediaciones de la ermita del Carmen, sirviendo de lavadero público y
abrevadero.
El alemán Humboldt
cuando visitó la Orotava al final del siglo XVIII y principio del XIX, la
Orotava era una ciudad donde la hierba abundaba por las calles, casi
completamente muerta. Reinaba el silencio y la soledad, aunque según el viajero
británico Charles Edwardes, no tan fría como Santa Cruz, o tan monótona y
triste como la Laguna. El silencio de las calles en ocasiones era interrumpido
por el caudal de agua, que desde Aguamansa, cruzaba el pueblo a través de la
acequia, para hacer mover los molinos, además de cumplir otras funciones de
regar los viñedos de los terrenos adyacentes.
La calle
Cólogan, tuvo tres denominaciones: Calle Hospital, porque en ella estuvo
instalado el hospital de la Santísima Trinidad desde el año 1520 en el inicio
de la calle. En el 1624, al construirse el convento de monjas dominicas y
catalinas por el presbítero don Nicolás de Cala. La iglesia del convento se
colocó muy cerca del hospital, por lo que la enfermería se trasladó a un
edificio más abajo por la misma acera que aún subsiste, mudándose finalmente al
final del siglo XVIII al Llano de San Sebastián. Calle las Monjas,
por el monasterio de san Nicolás Obispo. Y por ultimo calle Cólogan por
decisión de la corporación municipal, en la sesión celebrada, el 25 de enero de
1902. En honor a los méritos de don Bernardo Cólogan y Cólogan. Que había
nacido el día 13 y fue bautizado el 16 de enero de 1847. Diplomático, al
cumplir los 18 años fue destinado a la misión de Constantinopla, Caracas,
México y Pekín. Ministro en Colombia y China; embajador en México y Tánger. En
Pekín se distinguió notablemente como decano del cuerpo diplomático en la
defensa de las legaciones extranjeras y en las negociaciones con el gobierno
revolucionario, en nombre de las naciones europeas que intervinieron en el
conflicto, cuando la insurrección de los bóxer ocurrida en el año 1900. La
brillantez de su actuación en tan difíciles circunstancias le puso en posesión
de grandes cruces de casi todas las naciones europeas. El gobierno español le
concedió la gran cruz del mérito militar, con distintivo blanco. Asistió a la
inauguración del canal de Suez. Escribió una obra titulada “ESTUDIO SOBRE
LA NACIONALIDAD, NATURALIZACIÓN Y CIUDADANÍA, CONSIDERADAS COMO OBJETO DE
LEGISLACIONES Y SOBRE TODO, EN SUS RELACIONES CON EL DERECHO
INTERNACIONAL”. Madrid, 1887. Casó en Veracruz, en
México, el 30 de septiembre de 1876 con doña María de Sevilla y
Mora. Falleció en Madrid, el 30 de julio de 1921. Tuvo dos hijos. Doña María
del Carmen nacida en México, el 18 de junio de 1877, que no casó; y don
Bernardo, nacido también en México, diplomático (prestó servicios como
secretario de embajada) y caballero de la orden de Montesa; falleció soltero en
Madrid, el 18 de julio de 1916.
La viajera
británica Miss Brassey, el día 24 de julio de 1874, visita el jardín de la
segunda casa de Franchi, conocida por casa de los escalones, situado al final
de la calle Cólogan, pertenencia entonces del marqués de la Candia (en la
actualidad propiedad del amigo don Melchor Zarate y Cólogan), quien le recibió
y le mostró sus cafetales completamente crecidos, además de un magnífico
castaño, que fuera de una de la casi deterioradas ramas, un árbol más joven
estaba creciendo. En esos momentos actuaban como acompañantes del jardín,
Eustaquia, la hija más joven de la casa Cólogan, y Beatriz, la mayor.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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