viernes, 9 de junio de 2017

CALLE CÓLOGAN (I)



Está ubicada por el norte con la calle Viera y por el sur con las plazas de Patricio García y Casañas de la villa de La Orotava. Por su calzada transcurría la acequia que conducía el agua de los regantes de la zona poniente el Río, al estanque regulador de San Martín. Cruzando la mencionada calle Viera a través de las inmediaciones de la ermita del Carmen, sirviendo de lavadero público y abrevadero.
El alemán Humboldt cuando visitó la Orotava al final del siglo XVIII y principio del XIX, la Orotava era una ciudad donde la hierba abundaba por las calles, casi completamente muerta. Reinaba el silencio y la soledad, aunque según el viajero británico Charles Edwardes, no tan fría como Santa Cruz, o tan monótona y triste como la Laguna. El silencio de las calles en ocasiones era interrumpido por el caudal de agua, que desde Aguamansa, cruzaba el pueblo a través de la acequia, para hacer mover los molinos, además de cumplir otras funciones de regar los viñedos de los terrenos adyacentes.
La calle Cólogan, tuvo tres denominaciones: Calle Hospital, porque en ella estuvo instalado el hospital de la Santísima Trinidad desde el año 1520 en el inicio de la calle. En el 1624, al construirse el convento de monjas dominicas y catalinas por el presbítero don Nicolás de Cala. La iglesia del convento se colocó muy cerca del hospital, por lo que la enfermería se trasladó a un edificio más abajo por la misma acera que aún subsiste, mudándose finalmente al final del siglo XVIII al Llano de San Sebastián. Calle  las Monjas, por el monasterio de san Nicolás Obispo. Y por ultimo calle Cólogan por decisión de la corporación municipal, en la sesión celebrada, el 25 de enero de 1902. En honor a los méritos de don Bernardo Cólogan y Cólogan. Que había nacido el día 13 y fue bautizado el 16 de enero de 1847. Diplomático, al cumplir los 18 años fue destinado a la misión de Constantinopla, Caracas, México y Pekín. Ministro en Colombia y China; embajador en México y Tánger. En Pekín se distinguió notablemente como decano del cuerpo diplomático en la defensa de las legaciones extranjeras y en las negociaciones con el gobierno revolucionario, en nombre de las naciones europeas que intervinieron en el conflicto, cuando la insurrección de los bóxer ocurrida en el año 1900. La brillantez de su actuación en tan difíciles circunstancias le puso en posesión de grandes cruces de casi todas las naciones europeas. El gobierno español le concedió la gran cruz del mérito militar, con distintivo blanco. Asistió a la inauguración del canal de Suez. Escribió una obra titulada “ESTUDIO SOBRE LA NACIONALIDAD, NATURALIZACIÓN Y CIUDADANÍA, CONSIDERADAS COMO OBJETO DE LEGISLACIONES Y SOBRE TODO, EN SUS RELACIONES CON EL DERECHO INTERNACIONAL”.  Madrid, 1887. Casó en Veracruz, en México,  el 30 de septiembre de 1876 con doña María de Sevilla y Mora. Falleció en Madrid, el 30 de julio de 1921. Tuvo dos hijos. Doña María del Carmen nacida en México, el 18 de junio de 1877, que no casó; y don Bernardo, nacido también en México, diplomático (prestó servicios como secretario de embajada) y caballero de la orden de Montesa; falleció soltero en Madrid, el 18 de julio de 1916.
La viajera británica Miss Brassey, el día 24 de julio de 1874, visita el jardín de la segunda casa de Franchi, conocida por casa de los escalones, situado al final de la calle Cólogan, pertenencia entonces del marqués de la Candia (en la actualidad propiedad del amigo don Melchor Zarate y Cólogan), quien le recibió y le mostró sus cafetales completamente crecidos, además de un magnífico castaño, que fuera de una de la casi deterioradas ramas, un árbol más joven estaba creciendo. En esos momentos actuaban como acompañantes del jardín, Eustaquia, la hija más joven de la casa Cólogan, y Beatriz, la mayor.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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