viernes, 9 de junio de 2017

CALLE CENTELLA



En la Villa de Arriba de La Orotava, existe la primitiva ermita de santa Catalina, situada en la parte alta de la Piedad, a la izquierda, donde se inicia el camino de la Sierra. Aparece reflejada en el plano del Farrobo del siglo XVII, que se conserva en el archivo de Simanca. Tiene una sola nave, de reducidas dimensiones, con cubierta a cuatro aguas y una pequeña espadaña. Pertenece al siglo XVI  y constituyó durante siglos él límite meridional del distrito del Farrobo. En su fachada destaca un arco de medio punto decorado con columnas elaboradas en piedra de tosco trazado. Con la obra moderna de enlazar esta zona con la urbanización en la parte alta, ha desaparecido uno de los empedrados más antiguos de la Orotava que, si bien estaba deteriorado, no por ello era irrecuperable. Más abajo, hacía el norte, está la plaza de La Piedad, apelativo proveniente de la devoción a la imagen de la Piedad, que gira en torno a un cuadro. La actual ermita es de una insensibilidad estructural, se alza sobre el solar que ocupara la antigua, probablemente del siglo XVIII, ya que no se cita en los planos de Farrobo del siglo XVII, y que fue derribada para realizar la actual a principio de los años cuarenta. La primitiva ermita consistía en una pequeña capilla, con tejado a cuatro aguas, rodeada de valla de madera.
En el descenso del lugar se observan algunas casas y molinos, destacando la pobreza de los materiales, su composición arquitectónica o su disposición en anfiteatro. Los molinos dejan ver sus cubos y sus desagües donde en antaño se instalaban abrevaderos para las bestias y lavaderos públicos.
La zona alta de la villa, estuvo ocupadas por la burguesía agraria, dedicadas a cultivo y siembra de frutales. Concretamente en esta zona se formó una vía desde el sur al norte, que tuvo varias denominaciones: Calle Vides por el naciente, sube desde el final de la calle Nueva hasta encontrarse con la del Marques, y por el poniente desde la calle Juan Viera (Duque, doctor Machado Melían) hasta encontrarse con la Arbexa, Juan del Villar o Centella.  Hacía el sur, calle Castaño, por el naciente, sube desde la calle Marques de Celada, y por el poniente desde la calle de Arbexa o Centella y llega hasta santa Catalina, con dos  callejones sin salida hacia el poniente. Debieron su nombre a lo que a su alrededor se encontraba: por la calle Castaño eran numerosos los castaños, y  a su vez, por la Vides los eran las vides.
Centella según el diccionario de la real academia, significa: Rayo, chispa, exhalación,  relámpago. Quizá, la calle villera deba su nombre a un rayo que cayó en ella. Fue conocida antiguamente por Arbexa o Juan del Villar, comienza muy cerca del cuarto molino de la ruta, que perteneció al mayorazgo fundado en 1632, por el alférez mayor Francisco de Valcárcel que ocupó parte del ingenio construido por Tomás Justiniani. Y cerca de la calle la Canal o calle Marqués, por donde pasaban la canal molinera, a través de la huerta del escribano Vivas y Paz. 
La Centella, es una calle histórica de la villa Arriba, su calzada fue de piedra, por debajo pasa la gran canal que transporta el agua de la galería de Barbuzano a la parte baja de la villa. En ella habitaron familias de; artesanos, financieros, religiosos, juristas, funcionarios, religiosos, venteros, y granjeros. Es una calle cuna de hombres ilustre escrita en oro en la historia. Entre lo que cabe citar; a don Agustín Hernández y Hernández, ilustre abogado, alcalde de la Orotava en el año 1910, coincidiendo con el reinado de don Alfonso XIII, hijo adoptivo de Vilaflor. Instauró los grifos para abastecimiento de agua en la población.  Y Don Cándido Pérez Estrada (Agricultor), también ilustre y querido alcalde de la villa en la época del gobierno del general Primo de Rivera.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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