Verano
de 1936, en la guerra incivil española, mi familia, se da una vuelta, entre
comilla, por la inolvidable playa Martiánez del Puerto de la Cruz, mientras mi
padre Juan Álvarez Díaz, prestaba servicios en la retaguardia en el Cuartel de
San Carlos de Santa Cruz de Tenerife.
Fotografiada
delante de los recordados Tarajales, que embellecían entonces el viejo camino
de San Telmo, que conectaba Martiánez con la batería de San Telmo a través de bellos
Tarajales.
María
del Carmen Abréu González (Mi madre – guapísima y joven), excelente modista de
Caballeros, Consuelo Abréu González (mi segunda Madre – Tata) y Angelita
Pacheco López (ahijada de mi madre). Con la niña juguetona, mi hermana la
mayor, Dolores Álvarez Abréu (Lola), entonces un año de edad.
Se da
la curiosidad que los banco tallados en piedra molinera, exportado de la ciudad
de Aruca (Las Palmas de Gran Canarias), que estaban ubicados a lo largo de la
plaza de la playa de Martiánez, desaparecieron cuando el famoso Boom turístico.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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