La tradición
de las alfombras en la Villa de La Orotava surgió en el seno de la familia
Monteverde entre los años 1844 y 1846. Uno de sus miembros la gran canaria
Leonor Del Castillo y Betancourt, hija del Conde de la Vega Grande, había
viajado con sus padres a tierras napolitanas (Italia), donde observo tales
tapices florales.
En 1844 esa
familia hizo una primitiva alfombra en la calle frente a su habitación con
moldes de arcos de pipas. Con ellos formaban arcos concéntricos que cubrían de
flores. Un ensayo que llevó en 1846 a realizar uno nuevo a partir de un
sencillo boceto por parte de Leonor Del Castillo, María Teresa Monteverde y
Betancourt y María del Pilar Monteverde Del Castillo. Durante esos primeros
años fueron únicamente ellas las que adornaron con flores la calle orotavense
“COLEGIO” para el paso de la sagrada forma.
Cito a mi
amigo y convecino en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, Licenciado
en derecho, técnico de la administración del Estado jubilado, Villero de Honor,
pregonero del reino Juan del Castillo y León en su libro "Esencias de La
Orotava": Las tres hadas de nuestro cuento son Leonor, María Teresa y
Pilar... la iniciativa es de Leonor ¡Cómo se ha mantenido en la familia la
eufonía de este nombre! es en los años fundacionales, la viuda otoñal quien
aporta la idea. Los artífices son dos señoritas célibes villeras. María Teresa
Monteverde de Betancourt es cuñada de Leonor con dieciocho hermanos entre ellos
el general Don Manuel y pariente del famoso ingeniero Don Agustín de Betancourt
y Molina, y su sobrina Pilar Monteverde del Castillo que es la benjamina de la
historia.
Para los
orotavenses Leonor, María Teresa y Pilar no tienen edad, no han muerto. En
nuestras fantasías de pueblo soñador y artista están en todos los Corpus, entre
el balcón y el zaguán de su casona, con sus alones de paja y sus abanicos,
recibiendo felicitaciones y besando a media Orotava.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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