El
amigo JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La
Laguna, remitió entonces (25/12/16) estas notas que tituló; “APUNTES DE LA
NAVIDAD EN CANARIAS”.
Publicadas
en LA OPINIÓN DE TENERIFE, el 24 de
diciembre de 2016: “... La Navidad representa una época
del año que aglutina en nuestro inconsciente testimonios y recuerdos de seres
que ya no están entre nosotros. Son momentos de alegría y disfrute en compañía
de nuestros seres queridos. Para conocer tal situación en Canarias a principios
del siglo XX nos aproximaremos a la consulta de fuentes hemerográficas y
bibliográficas. De esa forma, conocemos a través de un artículo publicado
en Unión Conservadora, el
8 de enero de 1900, el esfuerzo realizado por los redactores del
periódico Gente Nueva;
encargados de organizar el festival "Árbol de Navidad", desarrollado
el día 6 de enero de 1900, actuando para recordar un día especial entre los niños independientemente de su condición social.
Por otra parte, durante esas fechas
también destacaría la labor desarrollada por el sacerdote José Feo en Gran
Canaria, a través del reparto de ropa y juguetes entre más de 150 niños. Un
hecho que extraemos a través de la consulta de un artículo del periódico Diario de Las Palmas, en su edición
del 2 de enero de 1900, disponible también su consulta a través del portal
Jable de la ULPGC.
Interesante sería la labor
desarrollada por el periodista Esteban Domínguez, quien recopila en su obra
Apuntes Realejeros, diversos testimonios asociados a vivencias de la Navidad a
finales del siglo XIX e inicios del siglo XX en tal municipio tinerfeño. En
concreto, nos sitúa ante el recuerdo del historiador e investigador D.
Guillermo Camacho, D. Manuel Hernández y Dña. Bienvenida Hernández. En torno al
primer caso, Guillermo Camacho recordaría disfrutar de la Navidad entre Santa
Cruz de Tenerife y Las Palmas a lo largo de su juventud, afirmando que “no
faltaban los pasteles tan tradicionales de estas tierras y antes de que llegara
el día 24 se celebraban las misas de luz, para luego concluir con la misa del
gallo y el Nacimiento del Niño Dios”. No dudaría en exponer que ese día era un
acontecimiento de especial recuerdo, celebración y disfrute independientemente
de la situación económica de cada familia. Asimismo, en torno al Fin de Año
manifestaría que “antes se decía el Día del Año. Ese día habían parrandas,
juergas y todo lo que se quiera”. Por su parte, el segundo informante, nacido a
finales del siglo XIX, recordaría las Navidades de su juventud marcadas por la
asistencia a la Misa del Gallo. La noche de Navidad en su familia era un acto
muy sobrio. Una cena compuesta “por gofio, potaje y pescado salado”. Tras sacar
al Niño Dios en procesión, se desplazaba de parranda junto a sus amigos por
diversas calles del pueblo. Por último, Esteban Domínguez relata el testimonio
de Bienvenida Hernández. Se trataba de una señora que recordaba desde su
juventud la Navidad como un momento de gran celebración en el que los vecinos
acudían a “la iglesia para festejar la Navidad junto al Niño Dios”, destacando
que durante las misas de luz ”las gentes iban con sus panderetas y carracas y
salían por las calles animando a los demás”. Para Bienvenida, la Misa del Gallo
constituía un acontecimiento solemne en el municipio, destacando el momento de
la salida del Niño Dios “en los brazos del cura alrededor de la iglesia,
mientras se oían los villancicos, las panderetas y las guitarras”. En la cena de esa noche recordaba encontrar
gofio, carne de cochino, rolón, algún pastel e incluso licor casero.
En definitiva, toda una serie
de testimonios que nos aproximan y sitúan ante diferentes realidades de una
misma celebración en nuestro territorio en el tránsito de los siglos XIX al XX.
Felices Fiestas…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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