Me recibe amablemente en el despacho de su casa, de la calle Tomás Zerolo,
de La Orotava, sobresaliente construcción del siglo XVIII. Su lugar habitual de
trabajo, en la planta baja, es una confortable sala atestada de libros,
grabados y retratos, entre ellos el de su padre, el inolvidable doctor Emilio
Luque Moreno. La historia le atrajo desde temprano, aunque su dedicación a ella
no lo fue tanto. Forzado por motivos familiares inició estudios superiores de
medicina en la universidad de Cádiz y Complutense de Madrid; luego comenzó la
Carrera de Ciencias Políticas en la Complutense, que no culminó por una serie
de obstáculos; aunque entre 1970 y 1971 pudo completar un curso de lengua y
cultura alemanas en la Ludwig und Maximilian Universitiit de Munich.
Entre 1986 Y 1989 cursó estudios en el Instituto Luís de Salazar y Castro,
de Madrid, escuela Nobiliaria, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, donde alcanzó la diplomatura en Genealogía, Heráldica y Derecho
Nobiliario, llevado por su afán en poseer una amplia formación humanística,
difícil no sólo por lo anárquico de mi carácter, sino por su desconexión con la
moderna metodología de las ciencias humanas.
Sobre la autenticidad de la ciencia histórica, opina sobre el pensamiento
de Ortega y Gasset en «HISTORIA COMO SISTEMA» que «la misión de la historia es
hacemos reconocibles los otros hombres. Porque aunque parezca mentira no lo
son. El prójimo es siempre una ultranza, algo que está mas allá de lo patente».
El fin primordial de la Historia es el estudio y relación de los
acontecimientos del pasado, esa exposición necesita tener el máximo de
fidelidad con los hechos que reseña, para lo que debe estar cronológicamente
ordenada y verificada con los métodos de la crítica histórica. Como es lógico,
el pasado no puede repetirse, sólo imaginarse. La investigación histórica se
basa en el análisis de los documentos cercanos al hecho que queremos conocer, y
cuyas valoraciones serán en última instancia personales, pero no por ello no
habrá de exigírsele al historiador ante todo el máximo de claridad y
objetividad.
En cuanto a falsear la Historia, indica que La Historia, como auténtica
disciplina científica, debe decir siempre la verdad, pero, por desgracia
Gracia, en esta ciencia se ha impuesto un nacionalismo patriótico que desfigura
la autenticidad de las crónicas. Por un apego mal entendido se tergiversan en
ocasiones los sucesos en un afán de encumbrar o desprestigiar, nos aleja del
auténtico objetivo del cronista, que es narrar veraz y objetivamente el pasado.
Aunque también sea cierto que las civilizaciones pretéritas han basado su
origen en la fábula; el hombre, no lo olvidemos, ama y necesita en mayor o
menor medida el mito. Y como, por interés, se han exagerado o minimizado los
fastos de las naciones, de la misma manera se han disfrazado los anales
localistas.
Sus etapas históricas preferidas, en líneas generales, mi época favorita es
el período de la ilustración, es decir, el siglo XVIII; seguramente por el
optimismo de su filosofía, que confía en la capacidad del hombre para
solucionar todos los problemas de la existencia. Este enfoque coincide con mi
forma de ser. Su historia de La Orotava, «La Orotava, corazón de Tenerife» es
fruto de una importante labor de investigación histórica, a la que me he
dedicado, en los últimos años, con todo el ánimo y rigor del que puedo ser
capaz. Es, igualmente, consecuencia de mi apego y preocupación por mi
ciudad, por su pasado y, claro está, también por su futuro. Admiradores de don
Alejandro Cioranescu, cuya escuela ha transformado la fisonomía de los estudios
históricos en las Islas, y con el deseo de que una ciudad con tan esplendoroso
pasado, como es la Villa de La Orotava, contase con una historia escrita por
él, un día fueron don José de Lugo y Méndez, muerto en 1992, don Melchor de
Zárate y Cólogan, y Antonio Luque Hernández a casa del profesor, y allí le
propusieron que escribiera los fastos orotavenses, ofreciéndonos nosotros a
cooperar en la forma que él dispusiera. Cioranescu no aceptó, los trabajos
pendientes le impedían contraer cualquier nuevo compromiso pero ante mi
insistencia me dijo que esa empresa podría constituir, para mí, un verdadero
desafío; él se ofrecía como mi mentor en ese trabajo, Ya le he dicho que soy
muy optimista, así que acepté el reto del maestro, y aquí está el resultado.
Para la realización de esta obra he contado también, con la constante ayuda de
eminentes historiadores de la valía de don Guillermo Camacho y Pérez Galdós,
fallecido en 1995, a quien le debe útiles consejos y excelentes informaciones,
y, muy especialmente, con el sistemático asesoramiento de don Enrique Roméu
Palazuelos, conde de Barbate, además de la asistencia de don Melchor de Zárate
y Cólogan, excelente genealogista y heraldista. Ellos completaron sus
conocimientos, ayudándole a elegir lecturas y brindándome, de un modo
altruista, sus extraordinarias facultades y experiencias. No obstante, la
responsabilidad última de este libro me incumbe sólo a mí, sobre todo en los
posibles desaciertos que pueda haber y en sus siempre inevitables limitaciones.
No olvidemos que el trabajo del historiador es algo que siempre está en curso,
es un «work in progress», donde cada autor va aportando sobre lo estudiado lo
que su propio tiempo histórico y su competencia le permiten.
Don Antonio Luque cree que es esta la primera obra en conjunto publicada
sobre la historia de La Orotava. En ella ha intentado relatar todos los sucesos
memorables que la han conformado, con el rigor y la amenidad de que he sido
capaz, ya que quiere dirigirse a un público amplio. El mérito es, a fin de
cuentas, de los propios orotavenses.
La última carta que escribió el Cronista Oficial Emérito de la Villa de La
Orotava, don Benjamín Afonso Padrón, a Antonio Luque Hernández por su inmenso
trabajo bibliográfico en su gran producción LA OROTAVA CORAZÓN DE TENERIFE,
publicada por el Excmo. Ayuntamiento de esta villa orotavense. Digo última carta,
o mejor última crónica, que no salió a la luz de la imprenta de los periódicos
tinerfeños, debido a que su edad y su enfermedad, ya no podían con él, lo que
le decidió llevársela al domicilio del autor de este interesante libro
bibliográfico orotavense, por lo que la transcribo íntegramente: “...La bibliografía
histórica orotavense tendrá, en fecha próxima, un nuevo libro, desde su
fundación, allá por el siglo XVI. Se trata de los rasgos definitorios de su
personalidad como sede capitalina del Valle, y a lo que contribuyeron ilustres
familias impulsoras del desarrollo económico, cultural, político, social y
religioso.
Una amplia panorámica de sus vivencias. Desde los
primeros pobladores con sus usos y costumbres. El cultivo del campo; la organización
militar con sus fortalezas costeras contra la piratería de la época; la
creación y asentamiento de iglesias y ermitas; la vida parroquial y conventual;
las luchas reivindicativas; las celebraciones memorables cívicas y religiosas.
Todo un amplio abanico de aconteceres.
Es autor de esta obra, Historia de la Orotava, Antonio
Luque Hernández, miembro del Instituto de Estudios Canarios.
Durante cinco años, se dedicó a la tarea investigadora
en archivos y bibliotecas públicos y privados, para coronar esta empresa
histórica literaria. Y tuvo, también, las valiosas ayudas, según dice él en su
reseña de gratitudes, de Alejandro Cioranescu, Enrique Romeu Palazuelos,
Guillermo Camacho y Pérez Galdós, Melchor de Zárate y Cólogan, José de Lugo y
Méndez y Juan de Zarate y Cólogan.
La dedicatoria es para sus padres, Emilio Luque Moreno
y Aída Hernández y González de Chaves.
Recordemos que su progenitor fue, aquel Médico de
reconocido prestigio, que la Villa distinguió por sus humanitarios servicios,
dando su nombre a una calle, con esta leyenda: Avenida del Dr. Emilio Luque
Moreno.
Asimismo extiende esta ofrenda, a su esposa María del
Carmen Ascanio y Cúllen, a sus hijos Antonio, Emilio y María del Carmen Eladia
y a todo el vecindario.
Son doce capítulos: desde lo que llama antiguos
tinerfeños hasta el que cierra la obra con una guía histórico-monumental.
Algo he leído de este orotavense, Antonio Luque. Entre
sus artículos, los bien documentados de la revista mensajera de las
aspiraciones e inquietudes de la ciudad de Constantina, donde nació su padre;
sus colaboraciones en diarios de la provincia; su libro de "Cartas de Don
José de Viera y Clavijo a Diversas Personalidades", con prologo de Enrique
Romeu Palazuelos, que subraya elogiosamente los comentarios de Antonio Luque acerca
de estas misivas.
La Orotava es sobre todo, monumento de la historia
insular religiosa y artística. Códice abierto a la evocación con las imágenes
sugerentes que son sus casas de estilo canario, sus patios, sus jardines, sus
exconventos e iglesias en el marco exuberante de su Valle. Es como un
maravilloso retablo que invita a la investigación, al estudio de su existencia.
Antonio Luque ha sabido encontrar una selección de temas para esta Historia que
verá la luz pública próximamente.
El pasado año, el Ayuntamiento conmemoró sus cien años
de historia editando un interesante libro, coordinado por Juan J. Martínez
Sánchez. También fue impresa la Guía Histórica-Artística con prólogo de
Domingo Hernández Perera.
La Orotava enriquece así su tesoro bibliográfico.
Bienvenida esta obra de Antonio Luque. Creo que es una valiosa aportación para
el archivo bibliográfico de esta Villa de la Orotava, a la que decía aquel
inolvidable icodense, poeta y amigo, Emeterio Gutiérrez Álbelo: "Eres tú
toda entera, desde el mar a la cumbre, una Alfombra de Flores para que pase
Dios..."
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
Buenos días Antonio,
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu interesante blog. Interesante descubrir, en uno de tus artículos anteriores, que mi abuelo Thomas Reid, sugirió que era español. (Español de nacimiento, claro, pero con pasaporte británico y representante del gobierno de Sus Majestades británicas!).
De todas formas, te envié un Whatsapp en enero porque un historiador americano está muy interesado en hablar contigo sobre Piazzi Smyth y otros asuntos. Por favor ponte en contacto conmigo en info@tenerifeprivatetours.com
Saludos,
John Reid
Buenas tardes Bruno,
ResponderEliminarLe pido disculpas. Con tantas cosas en la cabeza me doy cuenta ahora que el blog no es de don Emilio Luque. De todas formas, si aun no se ha puesto en contacto con usted don José Betancourt (profesor en EEUU) por favor envíeme un email (a la dirección en mi anterior mensaje).
Gracias y saludos,
John Reid