En la fotografía
de la izquierda vemos como era el colegio de La Milagrosa de la Villa de La Orotava,
en la década de los años sesenta del siglo XX, edificio neoclásico, diseñado
por el Arquitecto don Mariano Estanga, abierto, soleado y rodeado de plataneras
y huertas.
En la de la
derecha, mi mujer Antonia María González de Chaves y Díaz, con siete años, con
el viejo y clásico uniforme de todos recordar, de marinero, en el pábulo o
clase primaria de Sor Dolores Borges, dotada entonces de modernos instrumentos
académicos de enseñanzas.
Este colegio
se fabricó en el antiguo camino de Los Cuarto en la Villa de La Orotava al
final de la década de los años veinte del siglo XX, gracias a la aportación
económica de la entonces superiora sor Soledad Cobián. Que logro para la villa
un edificio, moderno dotado de toda clase de instalaciones, del que gozan y
gozaron las féminas de La Orotava.
Soledad Cobián
de Roffinac nació en Pontevedra el 20 de octubre de 1880, ocupando el vigésimo
lugar entre sus hermanos. De ilustre familia, uno de sus hermanos, Eduardo,
destacó en la vida política y llegó a ocupar la cartera de Marina y Hacienda de
1903 a 1905.
Su madre murió
cuando Soledad era aún pequeña. Estuvo internada en un colegio hasta los
quince años. Fue entonces cuando empezó a ocupar sus ratos libres visitando con
frecuencia una Casa de las Hijas de la Caridad. Se fue despertando en ella su
vocación religiosa. Comenzó su postulantado en un hospital de Madrid e ingresó
en el Seminario de las Hijas de la Caridad el 6 de junio de 1900. Terminado su
periodo de formación fue destinada al Colegio Sagrado Corazón de Arucas, en
Gran Canaria.
Llegó a La
Orotava el 11 de noviembre de 1910 como directora del entonces Colegio de
"La Inmaculada" ubicado en el Hospital de la Santísima Trinidad. En
julio de 1921 obtuvo permiso para alquilar la casa Nº 1 de la calle Nicandro González
a la cual fue trasladado el Colegio, que recibió el nombre de "La
Milagrosa".
Su excelente
preparación pedagógica se vio mejorada por los viajes que realizó a
Granada (Escuelas del Ave María), a Barcelona (Escuela de Montesori), así
como a Suiza y Alemania para conocer los métodos educativos más en boga. No
tardó en aplicar los conocimientos adquiridos y confeccionó una Programación
para los grados de cultura general y parvulario.
Sor Soledad
fue la promotora del Colegio Apostólico, único en su género en Canarias,
establecido el 24 de abril de 1941, donde se formaban jóvenes de todas las
Islas en su deseo de ingresar en la Compañía. No pudo ver sus deseos hechos
realidad al fallecer antes de esa fecha.
Solicitó Sor
Soledad de sus superiores permiso para iniciar los trámites de edificación de
un Colegio de nueva planta en La Orotava. Gracias a sus esfuerzos y tesón pudo
colocarse la primera piedra del mismo el 15 de junio de 1930.
Los azares de
la II República española y de la Guerra Civil, así como el enorme aumento del
presupuesto destinado para la construcción del edificio fueron las causas de
que Sor Soledad no pudiera ver terminadas totalmente las obras, pues falleció
en esta Villa el 25 de julio de 1939, siendo directora del Centro.
Aparte de su
entusiasmo, Sor Soledad donó parte de su fortuna personal para la construcción
del Colegio.
Hubo quienes
consideraron que la ubicación de este edificio, fuera del casco urbano,
llegaría a ser un fracaso. Pero Sor Soledad, con visión de futuro dijo;
"Aquí llegará a estar el centro de La Orotava…”
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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