Aniversario de su fallecimiento. El
amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ, remitió entonces
(15/02/2017) estas notas que tituló; “TOMAS
LINARES, PORTERO DEL PLUS ULTRA”:
“…El pasado 23 de diciembre de 2016
nos dejó para siempre, a los 76 años, en el Puerto de la Cruz, donde residía.
Pertenecía
a una familia futbolera, donde curiosamente
tres fueron guardametas. Su padre , Alejandrino , era muy popular entre
la chiquillería de la Cruz del Teide, porque era uno de los camioneros de los
Almacenes Rodríguez Franco, y a los que identificábamos por la marca del
vehículo: Alejandrino el del Diamont , Basilio el del Chevrolet, Paco el del
Commer, Tomás el del Thames y así alguno
más.
A
Tomás le conocí como rival en el fútbol, más bien como espía del enemigo. Resulta
que su hermano Fernando era entrenador del Águila Tinerfeña, donde yo jugaba, y
nos enseñaba reglas y tácticas en el semisótano de su casa familiar en la calle
Rosales. Tomás militaba en el infantil Orotava de Chile, alternando en la
portería con Carmelo Miranda, tristemente fallecido con sólo 16 años. En una de
estas reuniones, concretamente el martes Santo de 1955, nos percatamos que algo
se movía detrás de un ventanillo a la altura del techo. Era Tomás, que nos
espiaba y aunque prometió solemnemente
que lo que había oído no saldría de su boca, lo cierto es que a las pocas
semanas el Orotava nos ganó el partido decisivo,
proclamándose campeón.
A la
temporada siguiente fuimos compañeros en el Plus Ultra, al fusionarse el
Orotava y el Águila. Pero, por un problema extradeportivo difícil de entender, no se celebró el campeonato del Valle,
y disputamos solamente partidos amistosos dentro y fuera con equipos del Puerto,
Realejos, Icod y Garachico y desgraciadamente la temporada se terminó antes de
tiempo cuando en el mes de mayo se lesionó gravemente Bravo, en partido con el
Numancia.
En
octubre de 1956 el Plus Ultra hace su debut en competición oficial de Juveniles,
grupo Norte con 8 equipos, de la que
resulta campeón.
Defendían
la portería Tomás, Seve y Rafael Padilla, un chico peninsular hijo de guardia civil.
En el partido de rivalidad local con el Orotava, Tomás encajó un gol de Paco Polo,
cuya narración a cargo del autor se prolongó en el bar Suizo hasta el partido
de la segunda vuelta. En el torneo de campeones, el Plus Ultra obtuvo su
bautizo de fuego en el Heliodoro, encajando 12 goles con el Atlético Tinerfeño
que capitaneaba Peña, una auténtica
máquina futbolística, reconocido por la prensa de Las Palmas (casi nada) como
el mejor equipo juvenil de todos los tiempos cuando en el mes de junio se
proclamó en Gáldar campeón de Canarias.
La
temporada 1957-58 fue la última de Tomás en juveniles. El campeonato no empezó
hasta diciembre, con el debut del Iberia que sustituyó al Orotava. El Plus
Ultra revalidó título, esta vez invicto y con muy pocos goles en contra,
gracias a Tomás y Seve que defendían la puerta. También se mejoró en el torneo
de campeones frente a Real Unión y
Estrella de La Laguna, donde Plus Ultra fue segundo y equipo máximo goleador. El domingo 8 de junio de 1958,
en Los Cuartos frente al Estrella, fue el último partido de Tomás, que saltó al
campo con José Antonio, Tomasito y Leonardo, Reyes, Isidoro; Arzola, Sánchez, Martín,
Fariña y Santiago. Buena despedida con victoria de 7 a 1 y no porque el árbitro
fuera el villero Antonio Lima, imparcial como siempre, sino porque Arzola con
cuatro goles (tres antes del descanso) le hizo ver las estrellas al lagunero
Manolo.
En
junio de 2009, Chile convocó a todos sus pupilos del Plus Ultra a una reunión
en el Liceo Taoro para tratar del viaje a Lanzarote, 50 años más tarde de la
última hazaña del equipo. Tomás Linares asistió a esa reunión, se alegró mucho
de ver a todos sus compañeros después de tantos años, pero, muy a su pesar y
visiblemente emocionado, manifestó que no podía ir porque tenía que cuidar a su
esposa enferma.
Meses
más tarde, ya solo, se le solía ver en el muelle del Puerto, siempre mirando al
mar, como si esperara alguna tarde el regreso del ser querido. Y como no llegaba,
se fue él a su encuentro…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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