viernes, 22 de diciembre de 2017

CECILIA VERSUS FRANCISCO JAVIER



El amigo desde la infancia en la Villa de La Orotava EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (10/08/2015) estas notas que tituló “CECILIA VERSUS FRANCISCO JAVIER”: “…Hace unos días estuve hurgando en una hemeroteca y me rencontré con un muy singular artículo de Francisco Javier Martín (‘¡Bienvenido don Miguel!’, periódico EL Día, del 29 de abril de 1998). Francisco Javier--licenciado y profesor de Secundaria -- rememora sus vivencias como alumno (1957-1965)  del colegio Salesiano de La Orotava. Es como un recordatorio que marca las diferencias entre una época y otra, un antes y  un después del Concilio Vaticano II, cuando se cambiaron las costumbres ceremoniosas de la liturgia, hacia una sencillez más asequible y menos suntuosa.   
Por otra parte, el magnífico sentimental pregón de las Fiestas Mayores de La Orotava del presente año 2015, a cargo de Cecilia Domínguez Luis,  tiene un par de párrafos con similares anécdotas y recuerdos que el mentado artículo de Francisco Javier. Por ejemplo, cuando los colegiales internos y las internas, respectivamente, de los Salesianos y de Las Hermanas de la Caridad se veían los domingos y paseaban y flirteaban juntos un buen rato. Corría la primera mitad de la década de los años sesenta.
Otro tema derivado de éste, es el que quería mencionar de mis malos versos que presenté en el concurso poético del Liceo de Taoro para la Romería del año 1961, entre ellos una estrofa para malagueña de cinco versos, malos de verdad, lo sé, pero que no me resisto a reproducir: “Con San Isidro salí / por San Francisco pabajo / qué vino más güeno había / que cuando llegué al Calvario / ni a San Isidro yo vía”.
Cecilia, pregonera en la actualidad y reciente Premio Canarias de Las Letras, participó el año 1960 en el concurso del Liceo, y, con 11 añitos de edad, la niña, poetisa de nacimiento, se llevó el premio de calle.    
Felicito a ‘ambos dos’, a Cecilia y a Francisco Javier, por su exposición de los imborrables recuerdos de quienes fuimos alumnos salesianos, expresados  con una muy bien estructurada y al mismo tiempo sencilla redacción gramatical…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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