El amigo del Puerto de
la Cruz; AGUSTÍN ARMAS HERNÁNDEZ, remitió entonces (18/03/ 2017), estas notas
que tituló; “DESDE EL PUERTO A LA OROTAVA”: “…Diversidad de pueblos y paisajes
adornan nuestra geografía canaria. Nuestra isla, en especial, sorprende a los
turistas y demás visitantes por su belleza sin par y sus contrastes
climatológicos. Vengan de la España peninsular o del extranjero, hállanse
muchas personas tan a gusto en las islas, que repiten una y otra vez su
estancia entre nosotros. Aunque al presente, tienen poco de «afortunadas» estas
«siete peñas», conservan empero, como siempre la suavidad y benigno clima
que les dio fama. No es extraño que numerosas personas dejen sus respectivos
países para instalarse aquí definitivamente. Nosotros, los nativos, como es
obvio, sentimos el amor y atractivo por nuestras cosas: costumbres, paisajes,
poblaciones, atuendos, etc., todos visitamos con frecuencia determinados
lugares; sea por su cercanía, por el tipismo de sus edificios o paisaje, por la
estética de sus plazas o la belleza de sus monumentos. Yo, que trazo estas
líneas, como casi todos los naturales del Puerto de la Cruz, me siento
estrechamente vinculado con la vecina Villa de la Orotava. Decir que la visitaba
desde mi tierna edad es algo que pasa de contado. Pero mi vinculación con ella
ha ido en aumento, y mi cariño por sus gentes, aunque bien sé que ha decaído
enormemente aquella religiosidad de otros tiempos. Buenos amigos y parientes
afines tengo allí, en la Villa de Arriba concretamente. En la parroquia de San
Juan Bautista, hace ya largos años, celebré mis nupcias, presididas por el
Rvdo. P. Antidio Viñas, a petición expresa de los contrayentes. Inútil, pues,
recalcar mis lazos y afectos con dicho templo. En su interior vénse numerosas
imágenes sacras de belleza y expresión algo sublime; de modo que quienes las
contemplan quedan fuertemente impresionados, por muy agnósticos o escépticos
que sean. A mí, personalmente, desde mi primera visita, me impresionaron tres
de ellas muy vivamente. Deja para los artistas apreciar su valor estético. Para
mí resultaron de una hermosura, y expresión hierática, sobrenatural, dejando
huella en lo profundo de mi alma y corazón. Son la Virgen de Gloria, la del
Carmen y el Señor de la Columna. Dirán los expertos que otras de más valor se
encuentran por muchos sitios. Nada tengo que objetar. Expreso solamente mis
sentimientos. Descendiendo a lo práctico voy observando —con gran pena— desde
hace dos o tres años, y en esa otrora piadosa Villa, la falta de asistencia a
las celebraciones litúrgicas, igual que a las procesiones. Algunos querrán
echar toda la culpa a los ministros sagrados, y eso no es justo. Otros pensarán
que son los hermanos cofrades, quienes hicieron en su día promesa de acompañar
las sagradas imágenes. A mí me parece hay otras causas más importantes: la
televisión y la playa. A muchos de esos hermanos cofrades —no citaré nombres—
se les puede ver bañándose en las múltiples playas de nuestro litoral durante esos
días y horas en que salen las referidas procesiones. ¡Qué dolor para los
divinos corazones de Jesús y María! Como me dice mi amigo el
teólogo-parapsicólogo: «El gran castigo está próximo, pues el mundo está más
corrompido que en los tiempos del diluvio universal». Y añade que la corrección
comenzará por el Vaticano y por nuestra España rebelde. Recemos, pues, y
hagamos penitencia, como pidió la Virgen de Fátima…“
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario