Se fue de la
Villa de La Orotava como emigrante, volvió como misionero humilde con una barba
que le llegaba a la mitad de su pecho, se hizo presbítero, su primer destino
ayudar a los pescadores de la Isla del meridiano El Hierro y regresar a su
terruño del Valle de La Orotava, para trabajar en las Dehesas, el Rincón, San
Bartolomé y terminar en Punta Brava, y al final cambió sus barbas por un
moderno carromato para poder seguir en la lucha por la causa con sus queridos
ancianos y con sus gentes.
El amor y
entrega a sus semejantes fue una constante en la vida y obra de Antonio María
Hernández desde que cambió los guantes de boxeo por el hábito de servir a los
demás hasta quedarse sin nada por haberlo dado todo. Una grave enfermedad quiso
ponerlo ante las cuerdas, pero lejos de tirar la toalla o caer abatido por los
golpes de la incomprensión y el infortunio sobre la lona de la supervivencia
cotidiana se sobrepuso para seguir en ese combate por la ternura y prodigar el
bien a propios y extraños.
Aún con la
marca del cáncer en su cuerpo, del que se recuperaba, y en plena lucha por
superarlo, el padre Antonio María Hernández, llevó sobre sus hombros el peso de
la responsabilidad adquirida hace décadas y cuyos inicios más significativos
estaban representados en los hogares Santa Rita de Punta Brava (cerrado por un
incendio desde el 8 de octubre de 2008) y Las Dehesas del Puerto de la Cruz,
con una diferencia de algo más de una década entre ambos edificios.
Y ahora
Antonio seguirá en ese paraíso que él mismo reclama, un paraíso blanco, pero
muy blanco, allí se encontrará con todos sus seres queridos, sus ancianos, sus
semejantes y sobre todo con sus padres….
Nace en el año
1933 en la calle San Juan muy cerca de la centenaria magnolia, entre una
familia humilde, trabajadora, religiosa y numerosa. Sus primeros estudios lo realiza
en las escuelas masculina de San Juan conocida por la Alhóndiga.
Continua la enseñanza en las escuelas públicas en lo bajo del Ayuntamiento
con don Alfonso Ramos, don Elisio y don Eulogio Borges Coello, obteniendo
el titulo escolar que le facilitaba trabajar en cualquier oficio.
Estudia
contabilidad y teneduría de libros con don Domingo Hernández Perera y don
Benjamín Afonso, música con don Domingo González Delgado (Domingo Febles) y don
José Berenguer Sánchez, y dibujo técnico o linear, pues no tenía paciencia para
el artístico con don José María Perdigón, este estudio le sirvió para realizar
proyectos de los templos y varias instituciones parroquiales, incluso caminos
vecinales que él realizó en el futuro inmediato. Estudia bachiller, filosofía
y teología en el seminario diocesano de Tenerife, tanto es así que cuando venía
de vacaciones a La Orotava, un vecino de su barrio José Antonio Trujillo Báez,
le hizo la coronilla de cura en su cabeza para que presidiera las procesiones
de los niños, que se realizaban en la postrimería de la Semana Santa orotavense
en su barrio de la Villa Arriba.
Abandona el
Seminario a la madurez de su juventud, se presenta en la Villa como un joven
guapetón, practica boxeo con guantes de oro en su propia calle, ejerce de músico
clarinete en la banda municipal con don José Berenguer de director y en la
Banda de La Agrupación Musical de La Orotava con don Ernesto Correa Negrín como
director. Incluso hace música de pulso y púa, bandurria en la agrupación Eslava
y Tronco Verde con don Francisco Dorta Hernández y don Aníbal Pérez.
Aprende el
oficio de ebanistería con don Benjamín Pérez en la industria de don Manuel
Martín, y el oficio de tapicero con su pariente José Hernández Quevedo (Pepe
Quevedo) en la calle el Calvario, juntamente a la Industria de gasolinera y
lubricante de mi padre Juan Álvarez Díaz, para hacerle más tarde la competencia
como oficial segundo en el taller del ebanista villero don Isaac Valencia
Pérez. En este ultimo taller pide excedencia para embarcase en la
aventura americana, como tantos villeros en busca del pan y de una
vida mejor. Su destino Venezuela, en principio lo pasa muy mal, momentos
encarcelados por no tener papeles en reglas, con el tiempo trabaja en empresas
importantes, estudia Biología en la universidad de Valencia, y trabaja en
Colombia. Ayuda a sus padres en la adquisición de la vivienda donde nació en La
Orotava. Hasta que un día estando en América la vocación religiosa la vuelve a
sentir en su alma, ingresa en la orden franciscana. De regreso a Canarias
aparece vestido de franciscano con una barba larga, hace vida de bohemio en la
villa, durmiendo en el suelo duro muy duro en casas de parientes, acompañando a
los párrocos en las procesiones de Semana Santa. Más tarde es consagrado como diácono
por el obispo Nivariense el doctor Franco Cascón. Su primer destino ya como
cura en la Isla del Meridiano Cero El Hierro, allí realiza una excelente labor
construyendo complejos parroquiales para el disfrute de los herreños. Nuevo
destino parroquia de San Isidro en el Santuario del Calvario en su Orotava,
teniendo a su cargo varios complejos parroquiales; en La Orotava desde la zona
del Rincón al Barranco de La Arena y desde El Barrio La Luz, San Jerónimo, San
Nicolás y San Bartolomé. En el Puerto de la Cruz desde Las Dehesas a Punta
Brava. En el Santuario del Calvario y en la ermita del Carmen en el
Barranco de La Arena hizo ampliaciones y reparaciones, en la segunda fabricó un
centro social para los vecinos del lugar, en cambio en el Rincón, fabricó una
iglesia y un centro cívico, colocando allí la Virgen del Valle que es la
patrona de la Isla Margarita de Venezuela, la que le facilitó una fotografía a
su amigo orotavense el erudito escultor don Ezequiel de León Domínguez, para
que ejecutara una igual. Nos cuenta el alcalde de La Orotava don Isaac Valencia
Domínguez, que estando presente en la ermita del Rincón el día de su
inauguración en el mes de Agosto de 1980, siendo entonces concejal delegado de
urbanismo, la Virgen del Valle aun no había llegado, la sorpresa se produjo,
cuando en el transcurso del acto aparece la Virgen a hombro de varios vecinos
por la puerta principal para ser colocada en su lugar. El padre Antonio,
trabajó todas estas importantes obras, vendiendo rifas en las fiestas populares
de los pueblos de Tenerife, en Venezuela y sobre todo instituyendo los famosos
banquetes del millón, que organizaba en el polideportivo del Colegio de San
Isidro de La Orotava. A final solo se queda con la parroquia de Santa Rita en
Punta Brava del Puerto de la Cruz. En principio fabrica un centro cívico, para
dar clases de música, informática, mecanografía e idiomas, y una asociación de
recreo para mayores, pero el triste percance y fallecimiento de una señora
mayor de las Dehesas portuense por causa de la soledad. Le impresiona tanto que
se decide por dotar de un hogar para anciano en el mismo complejo cívico de
Punta Brava que él bautizó con el nombre de Santa Rita I. Con el tiempo el
hogar aumenta considerablemente, y por la estimable y desinteresada donación
pecuniaria de un voluntario residente del hogar de Punta Brava que se
encontraba solo en la vida, llamado Oscar Pérez Regalado, que había sido músico
trompeta, director de la banda de música de la Cruz Santa y de San Juan de la
Rambla, decide comprar unos amplios terrenos en Las Dehesas, edificando ahí un
gran Hogar Santa Rita II, equivalente a un gran hotel de cinco estrellas para
los pobres ancianos, luchando constantemente en buscar dinero con los
famosos cheques del cielo.
El día 24 de marzo del año 2003 el Puerto de la Cruz le rinde un caluroso homenaje: La plaza de Punta Brava lleva su nombre, porque se ha destacado por promover los centros asistenciales Santa Rita I y II y por la construcción de varios templos. El matutino El Día, lanzaba el siguiente mensaje en su honor: La plaza del barrio de Punta Brava de Puerto de la Cruz lleva el nombre del sacerdote Antonio María Hernández y Hernández, conocido popularmente como el "Padre Antonio", en cumplimiento de sendas resoluciones del ayuntamiento que reconocen su dilatada labor en favor de los más necesitados y de las personas mayores. Un acto solemne y entrañable en el que el entonces alcalde de la ciudad turística, Salvador García Llanos, y el propio padre Antonio, desvelaron la placa que perpetúa el nombre de éste último, en el que estuvieron presentes la entonces viceconsejera de Medio Ambiente, Milagros Luis Brito, en representación del Gobierno de Canarias; el entonces vicario general de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez; y representantes de las distintas fuerzas políticas de la corporación. La ciudad turística rindió homenaje a un hombre, que durante 28 años ha forjado un cambio sustancial en la atención física y espiritual a los más desvalidos, siendo Punta Brava, el punto de partida de una obra social y humanitaria singular, que se personaliza en su iglesia y Hogar Santa Rita I, que se complementa con el complejo asistencial Santa Rita II, abierto en Las Dehesas. Dos centros en el que reciben atención en su conjunto cerca de 1.000 personas. Chago Melián, Anubis y el grupo Tigotán pusieron la nota musical y emotiva de este acontecimiento. En el acto el padre tuvo palabras de recuerdo y de profunda gratitud y pidió que se le recordara siempre sonriendo y adelantó que sólo le jubilarán la enfermedad o la muerte, porque sigue trabajando por los demás.
El día 24 de marzo del año 2003 el Puerto de la Cruz le rinde un caluroso homenaje: La plaza de Punta Brava lleva su nombre, porque se ha destacado por promover los centros asistenciales Santa Rita I y II y por la construcción de varios templos. El matutino El Día, lanzaba el siguiente mensaje en su honor: La plaza del barrio de Punta Brava de Puerto de la Cruz lleva el nombre del sacerdote Antonio María Hernández y Hernández, conocido popularmente como el "Padre Antonio", en cumplimiento de sendas resoluciones del ayuntamiento que reconocen su dilatada labor en favor de los más necesitados y de las personas mayores. Un acto solemne y entrañable en el que el entonces alcalde de la ciudad turística, Salvador García Llanos, y el propio padre Antonio, desvelaron la placa que perpetúa el nombre de éste último, en el que estuvieron presentes la entonces viceconsejera de Medio Ambiente, Milagros Luis Brito, en representación del Gobierno de Canarias; el entonces vicario general de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez; y representantes de las distintas fuerzas políticas de la corporación. La ciudad turística rindió homenaje a un hombre, que durante 28 años ha forjado un cambio sustancial en la atención física y espiritual a los más desvalidos, siendo Punta Brava, el punto de partida de una obra social y humanitaria singular, que se personaliza en su iglesia y Hogar Santa Rita I, que se complementa con el complejo asistencial Santa Rita II, abierto en Las Dehesas. Dos centros en el que reciben atención en su conjunto cerca de 1.000 personas. Chago Melián, Anubis y el grupo Tigotán pusieron la nota musical y emotiva de este acontecimiento. En el acto el padre tuvo palabras de recuerdo y de profunda gratitud y pidió que se le recordara siempre sonriendo y adelantó que sólo le jubilarán la enfermedad o la muerte, porque sigue trabajando por los demás.
El padre Antonio formó parte desde la noche del viernes 16 de marzo del
2.007 del ilustre y distinguido grupo de villeros de honor de La Orotava.
En un acto se celebró en el salón de plenos ante diversas autoridades
insulares y locales, amigos, compañeros y otros vecinos, el entonces alcalde
orotavense, Isaac Valencia, hizo entrega del reconocimiento como premio a su
trayectoria vital y su labor social, especialmente con sus hogares Santa Rita,
destinados a mayores.
El Padre Antonio María Hernández y Hernández fue homenajeado en numerosas
ocasiones. Entre otras destaca en 1971 un homenaje de los Infantes de la
Marina en Colombia por la promoción de viviendas para pobres: en 1997
recibe el Premio Ansina por sus valores humanos; en 1983 le hace una distinción
el Ayuntamiento de Frontera por haber sido el promotor de la elevación del agua
desde La Restinga al Pinar, Isora y San Andrés; en 2004 es declarado
Personaje Entrañable de Canarias, que concede el colectivo de Artistas Canarios
Agrupados en la Gala del Amor. Y en 2006 recibe el título de Hijo
Adoptivo de Puerto de la Cruz.
Mientras tenga fuerzas es un luchador nato por paliar los problemas de
aquellos con escasos recursos y medios. Es la vivencia personificada de la
acción social y la solidaridad.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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