Aniversario de su fallecimiento. Nació en el año 1941, en una casita
rodeada de muchas huertas en Maestre Juan finca de los herederos de don
Fernando Méndez de Ponte en La Florida, en la cual eran medianeros sus padres.
Tenía ocho hermanos.
Después de trabajar durante muchos años en el campo con su progenitor,
decidió trabajar en la ferretería Las Afortunadas de la Villa en el
Barrio del Quiquirá. Finalmente trabajó en la fábrica de mármoles en el Barrio
de la Cancela de la Villa de La Orotava denominada La Milagrosa propiedad de su
suegro maestro Pedro González fallecido con 90 años de edad, siendo conductor
de camiones. Profesión que continúa su hijo David, el cual desde pequeño pasaba
horas y horas en este arriesgado oficio del volante con su padre.
Casó con la dama orotavense María Paula González Yumar, fruto de su
matrimonio tuvieron cuatro hijos José Gregorio, María Teresa, Juan David
y Verónica.
Se prejubiló para hacer un precioso chalet – tipo mansión modernista en el
Barrio de la Torrita muy cerca de la rotonda del circular y pequeño parque
natural denominado El Recodo o el Gurugú, donde se respiraba pura biósfera, a
las sombras de sus árboles centenarios, víctimas de la ampliación de la vieja
carretera del Pinito hacía Las Cañadas del Teide.
Decía de su nuevo hogar que no era un chalet, espacio de una pulcra y
cómoda mansión, terminándola en el año 2002, y en septiembre de ese mismo año
nos decía adiós definitivamente a los 61 años de edad. No pudiendo disfrutar de
la misma como era su ecuánime deseado, que tanto esfuerzo físico y económico le
costó. Actualmente su hijo David conserva uno de sus coches modelo clásico Opel
Kadet, el cual es un ancestral que no está restaurado sino que es completamente
original, por el acicalado que le tenía.
Entre sus hobbies también estaba el amor por la artesanía, por el campo y
por el folklore. Fue cestero y daba clases en horas libres y como actividad
extra escolar en los colegios públicos de la Orotava; Santo Tomás de
Aquino, Domínguez Afonso, y Nuestra Señora de La Concepción.
Uno de sus sueños, precisamente montar por su propia cuenta en su recién
construida, esplendida y moderna mansión un taller de artesanía.
Otro hobbies era tocar la guitarra, fue uno de los fundadores y promotores
del famoso grupo de Támbara junto con su amigo Dámaso. También hacia senderismo
con dicho grupo. Participaba en el portal viviente del Sauzal y en el cortejo
fúnebre del entierro de la sardina del carnaval orotavense, que quemaba a don
CRISPIN en la plaza del Kiosco de la Música, cuando esta fiesta emergía y era
organizada por la fábrica de mármoles “La Milagrosa” de su suegro maestro Pedro
González en la que trabajaba.
Colaboraba como alfombrista en la creación de las alfombras del Corpus
Chirsti en las fiestas mayores de La Villa de La Orotava, según observamos en
la foto que encabezo este relato en su recuerdo.
Era una persona muy gozosa, no faltaba a ninguna romería de San Isidro de
La Orotava. Al fallecer, sus amigos del grupo Támbara les escribieron
dedicatorias que demuestran su impresionante personalidad, como agradecimientos
por sus enseñanzas y consagración, que se puede ser joven toda la vida. Sus
familiares, sus amigos y sobre todo su desconsolada esposa María Paula jamás
olvidaran sus codicias de vivir y de participar en todo, sobre todo su
característica mímica que no perdió en ningún momento.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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