Este
pregón fue pronunciado y leído en la
Capilla de María Auxiliadora del Colegio de San Isidro de la Villa de La
Orotava, 14 de Marzo de año 2015, en el Bicentenario del nacimiento de San Juan
Bosco, por el amigo de la infancia de la Villa de la Orotava, sacerdote
salesiano FELIPE ACOSTA RODRÍGUEZ (foto): “…Señor Vicario Territorial del
Norte de Tenerife, párroco de Nuestra Señora de La Concepción y San Isidro
Labrador, Señor Arcipreste de La Orotava
y párroco de San Juan Bautista y San Antonio María Claret. Señor Director y
Comunidad del Colegio Salesiano San Isidro Señor Alcalde y miembros de la
Corporación Municipal, Presidentes y Juntas Directivas de las distintas
Cofradías y Hermandades de La Orotava, Señoras y señores Presentación
del pregonero.
No sé a quién y por qué se le ocurrió pensar en este emigrante
pregonero para la Semana Santa de la Villa de este año de gracia de 2015. Sólo
sé que en noviembre recibí una carta algo extraña y poco usual: Alcaldía de la
Orotava. El Sr. Alcalde, el querido amigo Francisco Linares me invitaba a ser
el pregonero de una de las mejores semanas santas de las Islas.
Hace solo 60 años que un cuatro de julio, llamado por una voz
misteriosa, zarpaba desde el puerto de Santa Cruz hacia tierras andaluzas.
Pudiera parecer que a mis 15 años rompía las amarras afectivas que me anclaban
a esta bendita tierra canaria y a la apacible y señorial Villa de la Orotava.
No soy un extraño ni un olvidado de mi patria. Yo soy canario y
villero hasta la exageración, si al hablar del amor a la patria puede haberla.
Cómo podría olvidar los más felices años de mi vida correteando en la Villa de
Arriba por la calle y plaza de San Juan, jugando en el Campo de la Garrota,
compartiendo mi vida en mi otra casa de la Plaza del Llano, el Colegio
Salesiano que en siete años marcó mi vida para siempre, inaugurando el estadio
de los Cuartos jugando en el Águila Tinerfeña y en el infantil Orotava y
paseando en la plaza atraído por la misteriosa química de los amores
adolescenciales bajo los sones alegres de la banda que desde el quiosco
amenizaba las idas y venidas, los roces y las miradas.
Siempre me he sentido profundamente villero. Siempre he dicho en
todas partes que soy hijo del volcán, porque siento que cuántos hemos nacido en
el Valle de Taoro somos fruto de un parto de Echeyde y que rodando por lomas y
barrancos hemos venido a aposentarnos en este bello rincón que es la Villa, que
nos sugestiona y encanta por sus hermosos panoramas y la lozanía de sus campos.
En mis visitas anuales a mi familia y a la Isla he sentido
siempre la necesidad de tocar la arena tibia de sus playas y palpar el suelo
volcánico de sus montes para experimentar el placer del contacto con la tierra
que me vio nacer. Y aquí, dentro del pecho, centelleando como fuego sagrado, el
amor inextinguible a esta tierra porque: “Desde la cumbre bravía / Hasta
el mar que nos abraza, / Todo es luz y
poesía: / No hay tierra como la mía / Ni
raza como mi raza”.
Mi pregón:
Estoy muy
agradecido por esta gentil invitación para realizar el pregón de Semana Santa
de mi querida Villa. Pero confieso que quizá fui un poco ingenuo al aceptar
porque yo he vivido la Semana Santa de La Orotava solo hasta los 15 años. Es
verdad que en el año 2006 tuve la oportunidad de revivir y actualizar aquellos
sentimientos de niño y de adolescente. Por tanto la mayor parte de mi vida no
la he pasado en la Orotava. Pero a pesar de mis contactos frecuentes he perdido
gran parte de la historia.
De todas formas acepté en base al motivo de la invitación:
“Sería motivo de orgullo y satisfacción (para el que suscribe) que aceptara
esta invitación y poder disfrutar en dicho acto de las vivencias de un villero
que por diversas razones ha tenido que residir fuera del municipio de
nacimiento” (Carta del Alcalde).
El objetivo pues de mi intervención es hacer ver de forma
sencilla la riqueza de la tradición de nuestra Semana Santa, expresar algunas
vivencias que marcaron mi vida cristiana y al mismo tiempo proponer sugerencias
que puedan ayudar a vivirla hoy como una rica experiencia pascual.
En cuanto al contenido quiero observar que aunque haré un
recorrido por cada una de las hermandades y procesiones, no me detendré en
datos que son de sobra conocidos y además existe abundante información al
alcance de la mano. Nombraré también esas hermandades o procesiones que en mi
ausencia han ido naciendo en los barrios de La Orotava. Me ha llenado de
alegría el ver que las comunidades cristianas esparcidas por la Villa quieren
también manifestar el testimonio de su fe. Siento no haber conseguido
suficientes datos de ellas porque la mayor parte de las publicaciones sobre
nuestra Semana Santa se refieren al casco histórico.
Ya se
acerca la Semana Santa, pero vivamos antes la locura del Carnaval: En la Villa no se puede
hablar de Cuaresma sin hablar de carnavales. Son una tradición ininterrumpida
en la que el pueblo, aun burlando órdenes y prohibiciones, es protagonista y se
entrega a vivir la fiesta. Son la locura humana entre los pesares y los
convencionalismos. El pueblo antes de escuchar que “todo es ceniza” dice:
“Bueno, pues por lo mismo viva el placer”.
He aquí la eterna lucha. El alma mirando arriba a la eterna
verdad; el cuerpo aferrándose a los placeres de la carne engañado con la careta
de la vida fugaz. Siempre ha habido personajes populares que marcan una época.
Quien no recuerda a los personajes de leyenda, Antonico con su “mátalo negro”,
Morales o a Maximino que provocaban la expectación de la gente. Los carnavales
se han vivido siempre, en los tiempos de abundancia y en los tiempos de
escasez. No importa que no haya para comprar prendas con bordados y falsas
piedras preciosas, el villero aguza el ingenio para presentarse lo más original
y llamativo con el menor coste posible. Aun me veo vestido de marinero a mis 11
años. La indumentaria estaba constituida por cinco forros de almohada. Dos para
los brazos, dos para las piernas y uno para el tronco. Hay que tener en cuenta
que en mi casa éramos diez. La prensa de estos días se refería así al
espectáculo del martes de carnaval de 2015: “20.000 personas disfrutan del coso
de la Orotava con ritmo y colorido y mucha diversión. Las murgas, las
comparsas, las rondallas y las fanfarrias llenan de alegría las calles del
casco histórico de la Villa”.
No puedo negar que yo también disfruté de los carnavales y de
aquel simpático “mascarita no me conoces”. Confieso que quizá sean esas
experiencias infantiles las que me han marcado y hacen que me sienta muy feliz
cuando veo a la gente divertirse limpiamente ayudando a que todos disfruten al
máximo sin hacer mal a nadie. Un pueblo que canta, ríe y se abraza es un pueblo
sano que invita a vivir en paz y alegría.
Uno se interroga: ¿un pueblo que se entrega a fiestas que rayan
en la permisividad y cierto descontrol es un pueblo religioso y capaz de
expresar con el mismo entusiasmo su fe en manifestaciones religiosas como la
Semana Santa?
El entierro de la sardina cierra los carnavales y el miércoles
de ceniza descorre la cortina de la Cuaresma.
La
Cuaresma, tiempo para vivir intensamente como cristiano: Los carnavales surgen
como reacción a una visión defectuosa de la cuaresma: penitencias,
mortificaciones, vestirse de saco y ceniza, privarse del placer de comer y de
divertirse, ayuno, abstinencia, pasión, dolor, muerte, encerrase en un mundo
oscuro y triste…¿es ésta la visión cristiana de la cuaresma? Aparentemente sí.
El Papa Francisco en su primera exhortación apostólica “La
alegría del Evangelio” dice que “hay cristianos cuya opción parece ser la de
una cuaresma sin pascua” (nº 6) y nos invita a que la alegría del Evangelio
llene el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús (cfr.nº1)
Hace algo más de 50 años el Concilio Vaticano II nos ayudó a descubrir el
verdadero sentido de la cuaresma. La semana santa no termina con el viernes
santo. El misterio pascual alcanza su culmen con la Resurrección de Jesucristo.
Cristo resucitado, hombre nuevo hace nuevo al hombre. Él es nuestra esperanza.
Para vivir la Cuaresma como iglesia y como comunidad cristiana
el Papa, cada año, nos invita a tener en cuenta en nuestro proceso de
conversión algún pecado social que está haciendo mucho daño a la humanidad. Es
el llamado “Mensaje de cuaresma”. No recuerdo que esto lo hubiera en aquellos
tiempos o al menos no se hacía notar.
En el mensaje de este año 2015 el Papa ha constatado que “cuando
estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios
Padre no hace jamás) no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni
las injusticias que padecen…Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo
estoy bien y a gusto y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta
de indiferencia ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la
indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como
cristianos”… y nos pide el Papa Francisco: “Queridos hermanos y hermanas cuánto
deseo que los lugares en los que se manifiesta la iglesia, en particular
nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la
indiferencia”. Y añade: “La cuaresma es un tiempo propicio para mostrar
interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra
participación en la misma humanidad”
Viviendo
la Cuaresma y preparando la Semana Santa en La Orotava: Cuando he tomado en mis
manos el programa de la Cuaresma y Semana Santa de la Villa me he quedado
admirado. ¡Qué organización, qué oferta de oportunidades! Innumerables Vía
Crucis, conferencias, ejercicios espirituales, quinarios y horas y horas de
confesiones…Todo esto supone una oportunidad para el cristiano de acercarse más
a la Palabra de Dios y cotejar su vida con ella.
Ningún villero podrá decir que no es invitado a vivir la
cuaresma. Desde Aguamansa a la Luz y desde la Perdoma al Rincón, en las 11
parroquias, en las 7 iglesias y en las 3 capillas en las que pueden reunirse
las comunidades católicas de la Villa, en todas hay ricas ofertas para vivir la
cuaresma y para celebrar intensamente los días de Semana Santa. Me alegra ver
que lo esencial está garantizado.
Esta perspectiva que da el programa me lleva fácilmente a
constatar una de las características de nuestra Semana Santa: que en La Orotava
no hay una semana santa por parroquia, sino que hay una sola Semana Santa
Villera. Mientras se va desarrollando el rico calendario cuaresmal con todas
esas abundantes celebraciones, existe otro mundo que está organizando las
manifestaciones de la fe que son las procesiones.
Son las hermandades y cofradías las que, con fe y constancia
mantienen viva esta larga tradición cristiana. Voluntaria y generosamente
llevan a cabo la complicada tarea de presentar a los fieles los tronos y las
imágenes en toda su riqueza evocativa. Se cuida hasta el más mínimo detalle. La
preparación comenzaba por tapar las imágenes y colocar el velo blanco y el velo
negro que cubrían todo el altar mayor. Más adelante podemos ver el sentido de
estos velos. Se limpia la iglesia, la plata y las imágenes; se sacan los
estandartes y se arregla la manga y los ciriales; se planchan las enaguas y los
camisones y se cuidan los trajes y los mantos de terciopelo; también se limpian
y se montan las redomas, y por fin se preparan y adornan los pasos.
Nuestras
Hermandades y Cofradías: Permitidme que le dedique unos minutos a estas importantes
asociaciones de fieles que son las Hermandades y Cofradías. Yo recuerdo que
existían solo las hermandades del Santísimo Sacramento de San Juan y la de la
Concepción con sus llamativas “opas rojas”; la del Columna y el Calvario. Y me
acuerdo, por lo llamativo del hecho, del nacimiento de las Damas de la Virgen
de Gloria que procesionaron por primera vez en 1955. Mi última Semana Santa en
La Orotava. Yo no pertenecía a ninguna de estas hermandades pues eran para
adultos. Sin embargo ya era hermano del Carmen y nada menos que el primero de
la lista de la Archicofradía de María Auxiliadora. Cuando hoy me he acercado,
aunque solo sea someramente, a la historia de nuestras hermandades de
penitencia he quedado sorprendido.
Siempre había visto como algo normal en nuestras iglesias las
Cofradías pero no me había plateado su origen ni su historia ni su importancia
en la vida de nuestras parroquias. Es una historia gloriosa. Vale la pena
recordar brevemente sus raíces seculares.
La conquista de Tenerife terminó en 1496. Solo siete años más
tarde en 1503 se crea la primera hermandad: la Hermandad del Santísimo
Sacramento de la Parroquia de La Concepción, y en 1560 la Cofradía de la Santa
Vera Cruz y Misericordia. En el siglo XVII se crearon dos, en el XVIII y XIX
una en cada siglo. En el siglo XX se fundan cinco y en el XXI una en 2004 la
Venerable Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús del Despojo. ¿Cómo puede explicarse la fundación de la
Hermandad del Smo. Sacramento de la Concepción siete años después de la
conquista, en 1503? Las hipótesis que podemos hacer son muy variadas. Por una
parte parece imposible que en tan poco tiempo los guanches conocieran el
cristianismo, se convirtieran, se bautizaran, y fueran a misa valorando la
Eucaristía. Por otra parte se puede pensar que fueran solo para los
conquistadores porque eran hombres de fe y con un gran amor a la Eucaristía.
Pero ambas hipótesis no dejan de resultar un tanto extrañas. No muchos años más
tarde en 1560 se crea la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia. Todavía
a ésta le podemos encontrar más fácil explicación. Es evidente la importancia
que la Cruz tenía para los conquistadores.
En las procesiones los hermanos van dignamente vestidos con la
opa, las túnicas o los trajes oscuros y son los que organizan la procesión.
Para llevar los pasos no hay carros ni costaleros sino que ellos son también
los “cargadores. Además este pregonero tiene la grata impresión de que no
parece existir entre las hermandades esa competitividad enfermiza que impulsa a
la fastuosidad y al lujo.
“El
pueblo” prepara la semana Santa: Pero no solamente se prepara la iglesia, sino que las familias,
los vecinos se preocupaban de preparar su parte. Expongo ahora los diversos
momentos que vivíamos, y tal vez se vivan, en la preparación de la Semana
Santa. Quizá hoy alguno de estos rituales esté más que superados.
- Ante todo se va pensando en poder estrenar algo. Porque hay un
refrán tan popular que se ha mantenido hasta nuestros días que dice: “Domingo
de Ramos, el que no estrena no tiene manos” Y parece que trae su significado de
que quien no tenía manos, en el sentido de no tener trabajo y además no saber
coser, era considerado pobre para poder estrenar. Pero sigamos con los
preparativos.
- Los que podían colocaban en cada una de sus ventanas, de forma
muy artesanal, dos bombillas para apoyar la triste iluminación de las calles. –
- Un tercer detalle de la preparación es curioso y difícil de
comprender hoy. No lo hacían todos. Un día aparecían unos chicos que tocando en
la puerta decían: Dª Adriana, ¿quiere que le sachemos la calle? La explicación
es sencilla. Las calles no estaban adoquinadas ni empichadas, estaban empedradas.
Alrededor de las piedras crecía la yerba. Ésta era un peligro para los
cargadores porque resbalaban. Quitándola se evitaba el peligro. Y así, por
medio duro, todo quedaba arreglado y las calles aparecían con recuadros sin
yerba y otros con yerba.
- Y el cuarto preparativo familiar consistía en ir a confesar el
miércoles santo. Ah… y no olvidarse de comprar el pescado salado porque el
viernes santo es día de abstinencia. –
- Y en la cocina de la Semana Santa no pueden faltar las
sabrosas rebanadas o torrijas canarias. Estos eran los aderezos para un
ambiente cuaresmal en la familia.
Así pues, La Orotava, que durante el tiempo de los carnavales,
había roto la imagen que el visitante tiene de ella porque: “En la Orotava todo
es quietud y dulzura, hasta el mismo ruido” según dijo Pegot, vuelve ahora a
“ser la villa solitaria, que parece que duerme a deshora. En el Valle todo
reposa en el silencio de la noche y uno siente el deseo de andar de puntillas,
-como dice Leoncio Rodríguez- temeroso de turbar el solemne recogimiento del
pueblo y la santa paz de los campos.
Pórtico de
la Semana Santa: La Villa se va acercando poco a poco a la Semana Mayor. Y como
adelanto y anuncio en el IV sábado de cuaresma, podemos asistir a la procesión
del Smo. Cristo de la Salud. Esta bella imagen del escultor cordobés Romero
Zafra es reciente de 1998, pero no el nombre del Titular ya que sustituye a
otra que en la desamortización fue a parar a Arona. Procesiona con breve
recorrido en el barrio de San Juan. De esta imagen solo puedo añadir una
curiosidad. Mientras Romero Zafra realizaba una de sus primeras obras me
encontraba viviendo en Córdoba y recibí a unos jóvenes que iban a ver una
imagen de un Cristo para la Iglesia de San Juan en La Orotava.
El domingo, antes llamado de Pasión, hoy V de Cuaresma, al caer
de la tarde se da un nuevo paso hacia la Semana Santa. Del exconvento agustino,
hoy Iglesia de San Agustín sale el Smo. Cristo del Perdón. Es una espléndida
talla en la que Cristo se escenifica de rodillas sobre el globo terráqueo, y
tras Él, el Santo Madero y los atributos de la pasión. Va acompañado de una de
las últimas cofradías fundadas en La Orotava (1991): Hermandad y Cofradía del
Santo Cristo del Perdón y Santa María de Gracia. Uno se puede preguntar cuál sería
la intención de las monjas que en el S. XVIII donaron esta imagen. Pero
nosotros hoy podemos decir que puesta en el pórtico de la Semana Santa expresa
todo el contenido del Misterio Pascual. Todo lo que vamos a vivir es una
historia de amor para el perdón de los pecados.
Ya sabemos quiénes son los protagonistas de esta historia:
Cristo y la humanidad. Pero hoy viernes de Dolores descubrimos un tercer
personaje de gran trascendencia en esta trama: María, la Virgen de los Dolores.
La procesión más corta de la Semana Santa, pero recogida y solemne. María Va
acompañada de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra
Señora de los Dolores. Esta imagen del S.XVIII ha despertado siempre una gran
devoción en las mujeres de la Villa. Tal vez cuando María con palabras de la
liturgia pregunta “Ved si hay dolor como el mío” muchas madres podrán
responder: igual no, pero semejante, sí. Los árboles y jardines de la Plaza del
Kiosco y el olor a incienso le dan un carácter de intimidad, recogimiento y
oración.
Nos deja a las puertas de la Semana Mayor el Smo. Cristo del
Despojo de Santo Domingo en la víspera del Domingo de Ramos.
Es Semana
Santa: - El Burrito y el Bicentenario Salesiano: Adentrándonos ya en la
Semana Santa nos encontramos con alegre y simpática procesión de “El Burrito”. Yo no pude disfrutarla
porque nació en 1957. Era ya joven salesiano y estudiaba filosofía en Utrera.
Podemos decir que con ella comienza la época de las Hermandades
modernas. Los Salesianos de la época fueron sensibles a las tradiciones
populares de la Villa y sintieron la necesidad de ofrecer a los alumnos esta
oportunidad de aprender y sentir la semana santa viviéndola. Aunque es verdad
que su cofradía duró muy poco tiempo sin embargo la procesión se ha mantenido
admirablemente. Sin duda porque hay una institución detrás que son los
Salesianos y la Familia Salesiana. Me encanta el estilo infantil, juvenil y
alegre de esta procesión que el pregonero del año pasado definió muy bien como
“un desorden organizado”. Es quizá, la que de todas nuestras procesiones,
refleja mejor lo que sucedió en aquella época en la entrada en Jerusalén:
todos, niños, jóvenes y mayores aclamaban con gran espontaneidad a Jesús:
¡Hosanna al hijo de David!
Permitidme en este momento un recuerdo para una obra tan querida
y valorada en La Orotava, el Colegio Salesiano. Este año la Familia Salesiana
está celebrando el segundo centenario del nacimiento de su fundador San Juan
Bosco. Este bicentenario es una invitación a la acción de gracias por el gran
regalo que Dios hizo a la Iglesia, a la humanidad, y a La Orotava con el
nacimiento de este hombre D. Bosco. La llegada de los Salesianos a la Villa
supuso para muchas familias sencillas y con escasos recursos ver estudiar a sus
hijos. Mi hermano y yo, miembros de una familia de ocho hijos entramos en el
colegio el primer año gracias a una beca del ayuntamiento y la ayuda de los
salesianos. La ayuda fue para mí y es evidente que les fue rentable…Las clases
nocturnas permitieron a muchos villeros salir del analfabetismo, el Oratorio
festivo fue el lugar de encuentro y diversión de los niños y jóvenes sin
distinción. Pero aun hay otra razón extraordinaria para la acción de gracias a
San Juan Bosco y su obra en La Orotava. En el seno de la comunidad hubo un
salesiano llamado Víctor Rodríguez que en los años setenta tomó conciencia de
la situación indigna de las gentes de los Altos de La Orotava y llevó a cabo
una auténtica revolución valiente pero pacífica para que las gentes de los
Altos tuvieran la misma dignidad y derechos que los del casco. A esta lucha se
unieron a D. Víctor los Antiguos Alumnos del Colegio que este año celebran las
bodas de oro de la fundación de su asociación. Ellos, han desarrollado su
compromiso social y político, guiado por el manual que D. Víctor les dejó: “Los
Altos de la Orotava”. Y por justicia y sin estúpido orgullo se puede añadir un
dato curioso: los tres alcaldes de la democracia en nuestra Villa han salido
del Colegio Salesiano. Y hay más, ahí está la Fundación Proyecto D. Bosco
preocupada por darle un futuro a jóvenes a quienes la vida parece haber acabado
con sus esperanzas. Y María Auxiliadora está en la casa y en el corazón de
muchos villeros y moradores del Valle. ¡Gracias D. Bosco por haber venido a La
Muy Noble y Leal Villa de La Orotava!
Se completa la mañana con la salida de la Concepción del “El Predicador”. La procesión camina
bajo un sol radiante y entre plantas y flores que se encuentran en las plazas y
jardines que le dan un encanto sobrenatural a nuestra Villa haciendo que se
respire en sus calles una atmósfera embriagadora.
La tarde del Domingo de Ramos nos introduce inmediatamente en la
pasión. Acompañamos a Jesús en el terrible trance de Getsemaní ayudados por el
grupo escultórico del Santísimo Cristo
del Huerto que tiene su salida del antiguo “Escorial de Canarias”, de S.
Francisco. ¡Qué bien describe este paso la escena de aquella noche de sangre y
de traiciones!. El drago de la plaza de San Francisco rivaliza en antigüedad
con la imagen del Cristo del Huerto. Una de las más antiguas de nuestra Semana
Santa 1639.
Por muchos años en el lunes santo, la única procesión ha sido la
del Señor de la Cañita. Ahora, quizá ocultos tras la bruma de Aguamansa, a las cinco de la tarde, se
adelantan los vecinos del barrio para celebrar la procesión del Cristo del Bebedero. Cómo me gustaría
participar en estos momentos con ellos para compartir su fe. Así completaría
los preciosos recuerdos que conservo de esa zona de nuestro Valle: las horas de
diversión en la caldera, las visitas a la cuidada piscifactoría, la agradable
contemplación de los chorros de aguas cristalinas que manan de las entrañas de
nuestros montes, los órganos, las manzanas de Arroyo, el camino hacia
Candelaria y sobre todo, sus gentes sencillas pero hospitalarias y cariñosas.
Pero bajamos del monte y nos quedamos en la parroquia de San
Juan del Farrobo, en la Villa Arriba para gustar en la intimidad de la noche de
la procesión del Señor de la Cañita.
Es una procesión seria. Nuestra…No sale de los límites de la Villa Arriba. La
sobriedad de la imagen refleja la soledad del protagonista de la escena. Jesús
solo, sin cofradía, sin otras imágenes que lo acompañen. Yo vivía en la calle
San Juan 44. Las ventanas de mi casa eran como lo que en otros lugares se llama
solemnemente la carrera oficial. Esto quiere decir que todas las procesiones
deben pasar por ese lugar. La tribuna, dos ventanas que permitían visionar las
imágenes a la altura de los ojos. Las dos bombillas de las ventanas nos
permitían contemplar mejor el rostro triste y ensangrentado del Señor. Pero no
puedo olvidar las palabras de mi padre: “Felipe, mira al Señor”. Palabras que
como podéis ver quedaron grabadas en mi alma para siempre: Felipe, mira al
Señor. Estas palabras no han sido para mí solo una invitación a contemplar al
Señor de la Cañita, sino una invitación para toda la vida: Felipe, mira siempre
al Señor.
El Señor
preso del martes ya no es la única oferta de fe de este día de nuestra semana
mayor. A las siete y media de la tarde, estamos invitados a acercarnos a la Perdoma para asistir a la procesión del Smo.
Cristo atado a la columna. No conozco el resultado de este atrevimiento,
hacer en la Orotava otra imagen del Cristo a la columna pero estoy seguro que
la presencia en el barrio de este momento de la pasión habrá enriquecido la fe
de las gentes de este entrañable barrio. Pero al acercarme a la Perdoma no
puedo dejar de recordar al santo párroco y típico cura de pueblo D. Jose Ponte
del cual guardo recuerdos y testimonios inolvidables. Sólo uno. Mi madre había
dado a luz en mi casa, claro, a uno de mis hermanos. Pero no teníamos gallinas
para el caldo recomendado en esos momentos. Con mi padre fui a la Perdoma en
busca de D. José Ponte para que nos resolviera el problema como si él tuviera
gallinero, que era lo que se estilaba entonces. Pero visto y no visto… Nos
llevó a casa de María. La señora a pesar de la sorpresa, parece que nos estaba
esperando y nos conocía de toda la vida. Y con un gracias muy grande a María y
D. José volvimos a mi casa. Y mi madre pudo tener el caldo que necesitaba
gracias al cariño y sencillez de la gente de la Perdoma y de su párroco.
De esta noche del martes
santo solo recuerdo que íbamos a la Villa abajo para ver al Señor preso.
Y aunque sabía que Pedro había llorado por negar a Jesús, sin embargo nunca oí
hablar de las lágrimas de S. Pedro.
No se me ocurría pensar en la importancia de la escena que la catequesis de
nuestra semana santa nos quería hacer vivir. Pedro, el que había confesado a
Jesús como Mesías y había merecido ser constituido como la piedra angular de la
Iglesia, niega a Jesús por tres veces. Qué gran contradicción fruto de la
debilidad humana. Es el retrato de nuestro compromiso al seguir a Jesús. Y sin
embargo nuestra atención quedaba centrada en el gallo de San Pedro… Cosas de
niños.
El
miércoles santo comenzaba con algo original en nuestra semana santa: la
escenificación de la ruptura del velo del templo. Íbamos a la misa solo para
ver la ceremonia del velo. En la lectura de la Pasión de la liturgia del día se
describe así la muerte de Jesús: “La cortina del santuario se rasgó por medio. Jesús
gritó muy fuerte: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho esto
expiró” (Lc.23, 45-46) En este momento se abría en dos partes el velo blanco
que atravesaba el presbiterio de un lado a otro y se acompañaba de un enorme
estruendo en la sacristía que en algunos años parecía ser una traca de fuegos
artificiales. Es de suponer que esta tradición habrá desaparecido al eliminarse
de la liturgia del miércoles santo la lectura de la Pasión.
En este día volvemos a la Iglesia de San Agustín para revivir el
momento en que Jesús, despojado de sus vestiduras, está a la espera de la
crucifixión. ¡Admirable sabiduría la del pueblo cristiano: en ese momento qué
gran humillación pero con cuánta paciencia acepta la voluntad del Padre y todo
contemplado por la Madre que tenía el corazón traspasado por siete
cuchillos…Esto es lo que significa la procesión del Smo. Cristo de la humildad y paciencia y María Santísima de los Dolores. Qué
bien expresa los sentimientos de la madre el tradicional himno del siglo XIII
de la liturgia cristiana conocido como el Stabat Mater que cantábamos en latín
en el Vía Crucis del Colegio: “Qué triste y afligida estaba / la
bendita madre / del hijo unigénito. / Se lamentaba y afligía / Y temblaba viendo
sufrir / A su divino hijo. / Qué hombre no lloraría / viendo a la Madre de Cristo / en tan gran suplicio? / ¿Quién no se entristecería / al contemplar a la querida Madre / sufriendo con su hijo?”
Y así llegamos a los días grandes de nuestra semana santa, Jueves y Viernes santo. La Orotava es
otra en estos días. Según los historiadores en los años sesenta la Semana Santa
sufrió una crisis que se notó no solo en la escasez de cargadores sino también
en la participación de los fieles. Algún escritor de La Orotava no muy adicto a
la cosas de iglesia pensó que la semana santa llegaría a desaparecer. Él mismo
ha llegado a reconocer, que superada la crisis hacia el final de los setenta,
la Semana Santa ha renacido con más fuerza y vigor. Fue como si el árbol por
sus años necesitara una poda.
El Jueves
Santo es un día solemne. Los oficios de este día se han centrado
siempre en la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Tengo algunos
recuerdos del este día además de las procesiones. En la Eucaristía, al llegar
al Gloria se tocaban todas las campanas y las campanillas que ya no volvían a
sonar hasta el gloria del sábado y mientras tanto los avisos en la
celebraciones se daban con un artilugio de madera que le llamábamos “la
carraca”.
- La Orotava “Villa Eucarística” : El otro recuerdo imborrable es
de los monumentos. He visto en mi vida infinito número de ellos. Algunos cada
año y en diversas capitales y ciudades. Pero jamás como las maravillas de arte
y belleza que se hacen en nuestra Villa. La familia vestida con sus mejores
galas iba de iglesia en iglesia visitando al Señor-Eucaristía y allí se veían
los “turnos de vela” que acompañaban a Jesús todo el día y la noche. Hoy se echa
de menos esta piadosa costumbre de la visita a los monumentos. Siento la
necesidad de pararme un poco para hacer alguna consideración sobre el amor a la
Eucaristía en nuestra Villa.
La implantación de la festividad del Corpus Christi en Canarias
se hizo paralelamente a la conquista, de manera que todas las poblaciones del
Archipiélago Canario expresan desde entonces su amor a Cristo Eucaristía. En la
Orotava hay tres realidades que nos hacen proclamar, sin miedo a equivocarnos,
que la Orotava es una “Villa Eucarística”. Ya hemos recordado el pronto
nacimiento de la Hermandad del Santísimo de la Concepción siete años después de
la Conquista. La festividad del Corpus se celebraba en La Orotava desde sus
orígenes como población, pero como sabemos empezó a tomar renombre a partir del
año 1847 cuando algunos miembros de la familia Monteverde, bajo la inspiración
de Leonor del Castillo, hicieron una alfombra de flores para festejar el paso
de las Andas del Corpus frente a su casa particular. Y vemos cómo sigue viva
entre nosotros esta gloriosa tradición. Pero la verdadera fiesta de la
Eucaristía es el jueves santo. El tercer elemento que expresa el amor y
devoción de La Orotava a Jesús Sacramentado son los monumentos. Los monumentos
de nuestra Villa son verdaderas obras de arte. La constatación de estos datos
históricos se convierte en una gran responsabilidad. Llevar el nombre de “Villa
Eucarística” no consiste solamente en hacer manifestaciones externas de culto
por muy hermosas que sean sino que ha de ser un pueblo que brille por el amor,
la fraternidad, la justicia, la solidaridad y la paz entre todos sus
habitantes.
En la
tarde y noche del Jueves Santo podremos asistir sucesivamente a cuatro procesiones: A las
cinco el Mandato en la Concepción; a las seis la del Smo. Cristo de la
Misericordia en La Florida; a las siete Procesión del Encuentro con Vía Crucis
en La Perdoma; y por fin a las diez de la noche en San Juan el Smo. Cristo a la
columna.
La tarde del Jueves
Santo ha estado centrada en la procesión
del Mandato o del Crucificado, oficialmente llamado Santísimo Cristo de
la Misericordia. La más antigua de nuestras procesiones que tiene su origen en
1585. Nunca supe entonces por qué se llamaba del “Mandato”. Me imagino que hoy
seguirá habiendo personas que se lo pregunten pero estoy seguro de que habrá
muchas que sepan que es una palabra escrita tal cual en los Evangelios: “Os doy
un mandamiento (mandato) nuevo que os améis los unos a los otros como yo os he
amado”. Es el testamento de Jesús antes de partir. Y me parece perfectamente
adecuado que se aplique a esta procesión. El Cristo crucificado es la
representación plástica de este mandato de Jesús. ¿Cómo nos ha amado el Hijo de
Dios? Dando la vida en la cruz por amor para librarnos del pecado y hacernos hijos
de Dios. Él dijo: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus
amigos”.
Toda esta reflexión es de hoy pero para mí entonces la procesión
del mandato era una magnífica exhibición del ejército con todas sus galas y
artes que acompañaba al Crucificado y a las otras tres imágenes de Luján Pérez,
la Magdalena, San Juan y la Dolorosa. En aquellos años no existía la Hermandad
de la vera Cruz y Misericordia que a pesar de ser la segunda fundada en La
Orotava en 1560, sin embargo desapareció a comienzos del siglo XIX. Con gran
alegría veo que se refundó en 1981.
- La espiritualidad de la Cruz en La Orotava: Para nosotros en la
isla y en el Valle, la cruz es un símbolo que nos es muy familiar. Nuestra
cultura está marcada por la presencia de la cruz. Lo hemos vivido y tal vez no
hemos caído en la cuenta. Con su nombre se han marcado ciudades y pueblos:
Santa Cruz, el Puerto de la Cruz, la Cruz Santa, El Cristo de la Laguna, el
Cristo de Tacoronte… De cruces están sembrados los barrios de nuestro Valle: La
cruz del Teide, la cruz de la cebolla, la cruz de la mocana….y una hermosa cruz
estaba colocada en las esquinas de muchas calles de la Villa. No hay que ir muy
lejos para ver una. Ahí cerca en la esquina de la Calle García Beltrán con la
calle verde o Nicandro González existe una hermosa cruz que quizá ni nos hemos
dado cuenta. Y de cruces estaban llenas nuestras carreteras porque cuando
desgraciadamente sucedía un accidente se marcaba con una cruz. Y aun se celebra
con gran solemnidad la Fiesta de la Cruz. Ha sido como una invitación a vivir
una auténtica “espiritualidad de la cruz”. Que no es una espiritualidad del
sufrimiento, ni tampoco el intento de identificarse con el crucificado. Es una
continua llamada al seguimiento que nos conduce a unirnos existencialmente con
él. Invitación a aceptar la gran contradicción cristiana: la muerte es vida
pues el Resucitado es el Crucificado. La cruz desnuda con sus brazos
extendidos, es el símbolo de Cristo que entregó su vida con un amor sin
límites, es símbolo de la victoria del amor, de la glorificación de Jesús, y
del triunfo del hombre por la entrega a Dios.
Pero pasemos a disfrutar de la noche más solemne de la Semana
Santa Villera, “La noche del Columna”. En
esta noche la Orotava se echa a la calle para acompañar al Cristo atado a la
columna. Su salida es impresionante, la plaza de San Juan abarrotada contempla,
siente y vive la pasión de Jesús fijando su vista en esta obra maestra de 1689
del escultor sevillano Pedro Roldán. El Señor de la Columna no va solo. Le
acompañan la Magdalena, San Juan “el enamorado”, la Virgen de Gloria de Luján
Pérez, la Hermandad de la Venerable esclavitud del Santísimo Cristo a la
columna y las Damas de la Virgen de Gloria.
La procesión discurre por la calle de los Tostones con las
dificultades propias de la orografía de las calles de nuestra villa. Esta es
una de las calles que le hizo exclamar a Diego Cuzcoy que “si la Villa de
arriba se cayera habría que ir a buscarla al Durazno”. El arte de los
cargadores y la fe eliminan cualquier dificultad. Hay que llegar a la plaza del
Ayuntamiento. Allí está esperando La Orotava para asistir al momento cumbre de
la noche: la entrada en la plaza, y la intervención de un orador que dará
sentido a cuanto estamos viviendo y exaltará la Semana Santa orotavense.
Yo me considero un privilegiado porque me gozaba esta
maravillosa noche desde un balcón del Ayuntamiento. Mi padre trabajó toda su
vida en la secretaría. Era el encargado de poner a disposición de los empleados
e invitados las ventanas y balcones. No es fácil imaginar sin vivirlo el
espectáculo que desde allí se divisa: la plaza con sus palmeras, su entorno,
las arrogantes torres de la Concepción, la multitud que asiste en silencio y la
entrada en la plaza.
El segundo recuerdo es mucho más reciente. Se refiere al año de
mi estancia en la Villa en el 2006. Pude admirar con emoción la interpretación
de la banda del “Adiós a la vida” de Puccini. El orador en esta ocasión fue el
Sr. Obispo D. Bernardo. De su intervención no recuerdo tanto el contenido de
sus palabras cuanto el nerviosismo de todos porque el Sr. Obispo se alargaba y
la noche amenazaba continuamente lluvia.
Pero todavía viene a mi memoria otro recuerdo histórico de esta
noche del Columna. Al final de la década de los cincuenta hubo en la comunidad
Salesiana un famoso orador llamado D. Francisco Larena que aun vive, tiene 90
años (2015) y que fue invitado a hablar en esta noche desde el balcón principal
del Ayuntamiento. Era un hombre valiente y arriesgado que queriendo llevar el
Evangelio a la vida llegaba a hablar del compromiso social y político del
cristiano. Habló de igualdad, de libertad y de confraternidad cristianas. Dijo:
"No hay sangre azul, ni sangre
blanca, sino sangre roja como la de Cristo, que la derramó para que todos
puedan ser iguales". Y terminó con esta dura declaración. "La Iglesia Católica está en el centro
- geométricamente hablando claro -, con una amplitud universal de miras. Y si
hemos de tolerar algunas desviaciones extremistas es preferible que el hombre
se incline hacia la izquierda, que que se desvíe a la derecha; porque si
inclinándose hacia la izquierda se convierte en un revolucionario, desviándose
a la derecha se hace un fariseo; y es mucho más fácil apaciguar a un
revolucionario que convertir a un fariseo". El discurso para la
época fue muy provocativo. No hay mucho que añadir sino que su intervención le
costó el traslado.
La procesión retorna a San Juan en medio del fervor de la gente,
pero acusando los hermanos el cansancio al afrontar las empinadas calles de San
Francisco y de los Molinos Hoy Dr. Domingo González. Una nostalgia me queda en
el alma de esta noche: no haber tenido la oportunidad de saborear esas
malagueñas cantadas desde algunos balcones del recorrido incorporadas en 1988.
Todas las semanas santas dan un relieve especial a la noche del
Jueves Santo que ha quedado marcada con el nombre de “la madrugada” o en
andaluz “la madrugá”. También la Villa tiene su madrugada con esta brillante
procesión del Señor de la Columna llamado el “Diamante”.
El Viernes
Santo orotavense es una clara invitación a vivir el día centrados en
el misterio que revivimos: la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret. Además de
todas las celebraciones litúrgicas de la muerte del Señor los fieles en los
cuatro puntos cardinales de la Villa, podrán participar en nueve procesiones:
Procesión
del Encuentro de Santo Domingo. El Santísimo Cristo del Calvario que atraviesa
todo el centro de La Orotava. En la Perdoma, El Crucificado y en la Luz, la
Soledad. Desde San Juan el Santo Entierro. Y el Crucificado en La Florida. Y el
día se cierra con la Soledad de La Perdoma, el Retiro de San Juan y la
procesión del Silencio de la Concepción.
Cuando el sol comienza a desperezarse en lo alto de la ladera y
sus rayos comienzan a llenar de luz el valle, La Orotava se levanta a toda
prisa para no llegar tarde a presenciar la antigua escenificación del encuentro
de María con su hijo camino del Calvario en la plaza de Casañas. La procesión del Encuentro es ciertamente
una de las más populares y arraigadas dentro de la Semana Santa de La Villa por
su extraordinaria teatralidad y dramatismo. La procesión ha permanecido fiel a
la tradición de cómo fue concebida en el año 1633. En cuanto a la
escenificación, destaca la aparición en medio de la multitud que abarrota la
plaza de la imagen de la Verónica que porta el blanco lienzo donde quedará
impreso el rostro del Señor. El encuentro tiene lugar todos los años, si el
tiempo no lo impide, pero siempre lleva consigo aquella curiosidad que lo hace
nuevo. Me resultaba especialmente llamativa, la carrera que emprende San Juan
para avisar a la Virgen y acompañarla al encuentro de Jesús Nazareno. Me viene
a la memoria una poesía de Gerardo Diego a la Verónica: Fluye sangre de tus
sienes / hasta cegarte los ojos. / Cubierto de hilillos rojos / el morado rostro tienes. / Y al contemplar cómo vienes, / una
mujer se atraviesa, / te enjuga el rostro y te besa. / La llamaban la Verónica. / Y exacta tu faz agónica / en el lienzo queda impresa
Contemplando el rostro del Nazareno e imaginando el rostro en el
lienzo de la Verónica me surgen estos pensamientos. ¡Cuántas cosas podemos leer
en el rostro de los hombres y mujeres que pasan a nuestro lado! Rostros
cansados de obreros; rostros tristes de gente sola; rostros preocupados en los
que no tienen trabajo, rostros acongojados en los que sufren duelo; rostros
avergonzados en los que pasan sus días en las cárceles; rostros envilecidos en
los prostíbulos; rostros airados en unos, humillados en otros; aquí alguien
llora, allí uno desfigurado por una enfermedad congénita. Y quien pudiera ver
el rostro interior…¡Rostros de mentira, de falsedad, de odio, de venganza…!
¿Qué significa para nosotros el rostro de Jesús? ¿Qué significa para nosotros
el rostro de toda esa gente que pasa a nuestro lado buscando quien lo enjugue y
devuelva la alegría y la paz que han perdido?
Al mediodía nuestra semana santa adelanta la muerte de Jesús y
nos lo presenta ya en los brazos de su madre en el grupo escultórico de la “Piedad” que nosotros llamamos “El Calvario”.
Es un hermoso regalo de nuestro paisano Fernando Estévez. El Cristo,
dicen que tiene puntos de contacto con el Señor de la Columna. La Virgen es una
madre que sufre, una mujer abatida por el dolor. Acompañan al misterio principal
los santos varones, la Magdalena y San Juan y la elegante, seria y numerosa
Venerable Hermandad de la Misericordia del Calvario. La contemplación de la
escena del Calvario me hace pensar en un precioso himno de la liturgia de la
Iglesia en el día de hoy: En esta tarde
Cristo del Calvario / Vine a rogarte por
mi carne enferma; / Pero al verte, mis
ojos van y vienen / De tu cuerpo a mi
cuerpo con vergüenza. / ¿Cómo quejarme
de mis pies cansados, / cuando veo los
tuyos destrozados? / ¿Cómo mostrarte mis
manos vacías / Cuando las tuyas están
llenas de heridas? / ¿Cómo explicarte a ti mi soledad, / Cuando en la cruz alzado y solo estás? / ¿Cómo explicarte que no tengo amor / Cuando tienes rasgado el corazón? / ……………….
Y solo pido no pedirte nada / Estar aquí junto a tu imagen muerta, / ir aprendiendo que el dolor es solo / la llave santa de tu santa puerta.
Brillante y digna de admiración es la bajada de la procesión por
la calle de su mismo nombre. El trazado de la calle permite que desde un balcón
de la plaza del Llano se pueda tener una panorámica completa de este desfile
procesional.
El viernes santo es celebrado por todos los cristianos como el
“día sagrado por antonomasia”. Es día del duelo entre la luz y las tinieblas.
No vamos a asistir a la procesión del Santo Entierro para recordar a un muerto
ni para condolernos de sus sufrimientos finales. Venimos para desfilar frente a
Cristo, nuestro Juez, a fin de cotejar nuestra vida con su vida, nuestros
pensamientos y sentimientos con los suyos.
Tarde de Viernes Santo en San Juan. Solemne procesión del “Señor muerto”. Tradicionalmente cada cinco
años antes de la salida procesional, tiene lugar el impresionante
“descendimiento”. Es un acto eminentemente emotivo. El recuerdo de este momento
lo tengo muy vivo. En el altar mayor de la Iglesia se colocaba una gran cruz y
en ella el Cristo crucificado. Sobre la cruz unas escaleras. En el púlpito un
orador sagrado con capacidad para hacer vivir este momento. Uno que dejó huella
en aquella época fue el canónigo D. Leopoldo Morales. Sabía hacerlo. En la
Iglesia lleno completo y silencio sepulcral…El predicador le indica a los
varones, sacerdotes vestidos de alba, lo que han de hacer:”Varones de Galilea
desclavad al Señor”. Se oyen los golpes del martillo quitando los clavos. El
Cristo es articulado. Poco a poco va descendiendo de la cruz hasta llegar a
colocarlo en la urna. La emoción se convertía en lágrimas en no pocos rostros.
A todo esto se le añade hoy que al aparecer la urna en la puerta de la iglesia
la banda de tambores y cornetas interpreta “el toque de oración”. Entre
nosotros los monaguillos y entre mucha gente se decía que cuando el Cristo
movía los brazos al bajar de la cruz se ponía morado. Creencia que nunca
intentamos demostrar. Tras la solemne procesión, la sepultura. Un momento
también emocionante. Recuerdo solo el estruendo de un fuerte golpe seco que
cerraba el sepulcro. Es como la afirmación plástica del “Todo está consumado”.
Y ahora La Orotava acompaña la soledad de la madre de Jesús. La
presencia de la Dolorosa abre prácticamente la Semana Santa Villera con el
Viernes de Dolores y con ella, en el Retiro,
la Soledad y el Silencio, se cierran los desfiles procesionales de la
Semana Mayor de la Orotava. María comparte la cruz de su hijo. Se cumplió de
este modo lo que le fuera anunciado: “Una espada traspasará tu corazón.
El Sábado
Santo era muy diferente a lo que es en la actualidad. Los oficios de
este día se celebraban por la mañana. La reforma litúrgica del Concilio
Vaticano II situó la Vigilia Pascual en su lugar apropiado, en la noche del
sábado en que supuestamente tuvo lugar la Resurrección de Jesús. En los años
preconciliares la esencia de la celebración era la misma pero tenía una nota
característica. Al llegar el momento del Gloria de la Misa, se oía un cañonazo,
caía el velo negro que había cubierto el altar mayor durante toda la cuaresma,
se encendían las luces, se tocaban las campanillas, repicaban las campanas y
aparecía el altar lleno de flores.
Somos invitados los cristianos a vivir el impresionante misterio
del Sábado Santo, la muerte del Señor, la muerte de Dios. Este misterio ha
adquirido en nuestra época un tremendo realismo, porque esto es el Sábado
Santo: el día del ocultamiento de Dios. ¿No comienza a convertirse nuestro
siglo en un gran sábado santo, en un día de la ausencia de Dios, en el que
incluso a los discípulos se les produce un gélido vacío en el corazón y se
disponen a volver a su casa avergonzados y angustiados, sumidos en la tristeza
y en la apatía por la falta de esperanza mientras marchan a Emaús, sin advertir
que aquel a quien creen muerto se halla entre ellos? (Cfr. Cuaresma y Pascua
2015).
Llegó la
noche santa de la Pascua. Los cristianos nos congregamos en esta sagrada noche para
velar el alba de la vida. En la noche brilla la luz. De la muerte surge la
vida. Hoy se nos anuncia con energía: “No busquéis entre los muertos al que
está vivo”. Hace dos mil años que resonó este mensaje y hoy volvemos a reunirnos para preguntarnos acerca
de su significado. ¿Quién es Cristo en nuestra vida? ¿En qué medida es el
centro de nuestra fe su gloriosa resurrección? La liturgia de la Vigilia
Pascual es muy rica de símbolos y textos bíblicos. Pero no nos dejemos ahogar,
por las palabras y los ritos pues esta liturgia tiene un solo centro: Cristo
resucitado, luz del mundo. Preparemos nuestro espíritu para asistir al
admirable espectáculo del sol, del nuevo sol que se levanta desde oriente
destruyendo las tinieblas y dando un nuevo sentido a la existencia humana.
Atrás quedan las procesiones con esas imágenes cargadas de
sangre, dolor y sufrimiento. Y la
Orotava centra la celebración de la Resurrección en Cristo Eucaristía: Dos Procesiones en esta noche del Stmo. Sacramento, una en San Juan y la
otra Claustral con Jesús Sacramentado y Resucitado en Sto Domingo. Y mañana otras dos del Santísimo Sacramento
en la Concepción y en La Perdoma. Parece que La Orotava cuando quiere
hacer fiesta grande lo hace en torno a Jesús Eucaristía. En la tarde del
domingo cuando comienza a ponerse el astro soberano tras este maravilloso circo
de montañas y parecen recogerse y cerrarse la flores del Valle, trémulas al
recibir los últimos rayos del sol poniente, cierra la Semana Mayor la imagen
del Resucitado de Ezequiel León de la Iglesia de Santo Domingo.
Vivamos la Pascua como aquellas mujeres que descubrieron el
misterio de Cristo resucitado junto a la tumba, volvamos gozosos a nuestros
hermanos para anunciarles que la vida tiene sentido y que la muerte ha sido
vencida
¡Hijos de Echeide! Algo nuevo está sucediendo. Lo que no
logramos hacer en un año, hoy nos surge con espontaneidad: mirarnos al rostro y
sonreír al hermano, apretar su mano, darle un beso de paz, olvidar una
ofensa…abrirnos a la comunidad y darles lo mejor de nuestro ser.
¡Villeros! ¡Cristo ha resucitado! El hombre y la mujer
resucitan, la sociedad se despierta, y el oprimido se levanta…
Gracias por haberme invitado. Gracias por vuestra presencia. Buenas noches y Feliz Semana Santa y Feliz Pascua de
Resurrección...”
VIDEO SOBRE LA HISTORIA Y DEVOCIÓN: LA SEMANA SANTA VILLERA MARQUEN
AQUÍ:
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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