El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (28/02/2016)
estas notas que tituló “EL CÉLEBRE PUERTO CRUZ- SILENSE”: “…Se cumplen 28/02/2015
cincuenta y cinco años de aquel célebre encuentro de fútbol que determinó el
primer ascenso del C.D. Puerto Cruz. Tan célebre que tiene hasta un libro,
‘Recuerdos de un partido memorable C.D. Puerto Cruz-Juventud Silense (Temporada
1959-60),’ editado por la Asociación de Vecinos La Peñita-Aqualia y escrito por
Pedro Barreto, Gregorio Dorta y José Manuel Martín. Y por si no bastara, hasta
se repitió el 1 de agosto de 1982, con los supervivientes de aquella
confrontación. Jesús Hernández, desde la corona, alertado de la fecha, ha
hurgado en las hemerotecas y ha encontrado una de las principales referencias
periodísticas del acontecimiento, la crónica de Tinerfe en el matutino El Día.
Hablamos de
un partido cuyo resultado (2-0) fue decisivo para que el equipo local se
proclamara campeón del Grupo Norte de Segunda categoría regional y disputara
posteriormente, con el Estrella de La Laguna, le eliminatoria definitiva de
ascenso. En la primera vuelta, en Los Silos, ganaron los de casa (2-1). En la
clasificación final, los dos equipos igualaron a puntos (29), al cabo de
dieciséis jornadas, por lo que el campeonato se resolvió con la fórmula del
‘goal average’. Es verdad que los números de Puerto Cruz eran mejores: marcó 79
goles, por 52 del Silense. Encajó 11 frente a los 13 que recibieron los de la
isla baja.
Fue el
domingo 28 de febrero de 1960. Hay algunas citas de que era pleno Carnaval pero
nadie recuerda ver máscaras o disfraces en un campo abarrotado, con unos seis
mil espectadores. Remozaron con prisas El Peñón (apenas se distinguen y el
risco y el templete en las fotografías, dada la cantidad de personas que
buscaron cualquier acomodo) y hasta instalaron graderíos supletorios. Casi todo
el mundo de pie, desde luego. Debió lucir un sol abrasador: muchas gorras y
pañuelos en la cabeza.
Las
localidades costaron veinte pesetas. Aunque algunos precisan que
veinticinco. La recaudación se elevó a
ochenta mil pesetas, todo un récord de la época. El ardor de algunos
aficionados les llevó a mostrar desde las gradas billetes de cien y mil pesetas
para premiar a los jugadores. Nunca fue especificada la prima por ganar. En
cambio, sí está probado que Isidoro Luz Cárpenter, alcalde la ciudad, regaló
sendos trajes a los autores de los goles, Vicente y Del Pino.
Los
jugadores y aficionados del Silense, desplazados en varias guaguas, protestaron
la actuación arbitral de Antonio Calvo, auxiliado por Almenara y Valle. Anuló
un gol a Jacinto, por presunto fuera de juego, aún con la igualada inicial. Y
ya avanzado el segundo tiempo, expulsó al visitante Ninín.
Es curioso
pero un simple titular periodístico de vísperas del choque “calentó” el
ambiente y no gustó a la afición portuense: “La luz que va delante es la que
alumbra”, declaró Vicente Hernández Coronado, entrenador del Juventud Silense,
en clara alusión a la condición de líder con que su equipo se presentaba en la
“cazuela” portuense.
Puerto Cruz
ganó el ‘goal average’ y sumó dos puntos -así se premiaban entonces los
triunfos- en su camino hacia el título que hubo de refrendar en la última
jornada con un resonante triunfo (7-2) sobre el Icodense. Del partido se siguió
hablando durante mucho tiempo, pese a que, según cuentan las crónicas y muchos
testigos presenciales, no fue de gran calidad. Y hasta resultó duro y bronco en
el segundo tiempo.
El C.D.
Puerto Cruz militaba en Segunda categoría, donde había dos grupos, Santa
Cruz-Laguna y Norte. El club portuense compitió con Juventud Silense, Icodense,
Gara, Buenavista, Vera, Rambla, Imperial y Canteras. Orotava y Realejos ya
andaban en Primera. Las bases de la competición establecían que los primeros de
cada grupo se enfrentaban en un encuentro de ida y vuelta, de modo que el
ganador era el que ascendía. El equipo portuense jugó con el Estrella de La
Laguna, al que ganó los dos partidos: (0-1) en La Manzanilla y (2-1) en El
Peñón.
Aquel
Puerto Cruz-Silense de 1960 alimentó una seria rivalidad futbolística,
salpicada años más tarde con algún episodio extradeportivo de infausto
recuerdo. Era imposible, cada vez que se enfrentaban, dejar de recordarlo así
como los lances del memorable partido en el que intervinieron:
C.D. Puerto
Cruz (2): Tito; Alberto, Galindo, Elfidio; Berto, Arturo; Germán, Soriano,
Pagés, del Pino y Vicente.
Juventud
Silense (0): Manolo; Mederos, Ninín, Mora; Lorenzo, Andrés; Manolito, Enrique,
Juanito, Gilberto y Jacinto.
Vicente
(31’) y Del Pino (79’) marcaron los goles portuenses. Pedro González de Chaves
y Rojas presidía el club cuyo secretario factótum, Roberto Hernández Illada,
fue vitoreado cuando se consumó el ascenso.
Ramón Mesa era el entrenador de aquella memorable formación, bautizada e
inmortalizada en los versos de Vicente Yanes como “el pequeño Real Madrid”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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