Fotografía
correspondiente a la panorámica de Los
Realejos. Año de 1893. Fotógrafo Carl Norman. Fuente: FEDAC
El amigo de la Villa
de La Orotava; JAVIER
LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna, remitió entonces
(2015) estas notas que tituló; “JOSÉ PÉREZ DE CHAVES Y
BARROSO”.
Publicadas en el
periódico "La Opinión de Tenerife"
el día 16 de junio de 2015: “…En el municipio tinerfeño de Los Realejos,
podemos encontrar distintos nombres que a lo largo de la Historia han destacado
por diferentes motivos. De esa larga nómina podríamos resaltar la figura de
José Pérez de Chaves y Barroso, quien fuera hijo del Subteniente y luego
Sargento Mayor del Regimiento de Garachico Antonio Pérez de Abreu y Chaves,
Alcalde del Realejo Alto en 1780. En su segundo matrimonio, se casó con Ana
Jacobe y Barroso, siendo José Pérez de Chaves y Barroso fruto de esa relación.
Llegaría a ser Capitán del Regimiento Provincial de La Orotava y Subteniente
por real despacho de 21 de noviembre de 1798 en atención a su heroico
comportamiento durante el ataque del Capitán Horacio Nelson al puerto de Santa
Cruz de Tenerife, además de Capitán del mismo Regimiento. Asimismo, ocuparía el
cargo de Gobernador de las Armas, Alcalde de Realejo Alto y Síndico Personero
de Los Realejos, condecorado con el escudo de la Fidelidad y Cruz de Oro de su
Santidad el Papa Benedicto XIV el 14 de julio de 1826. Se casó en la Iglesia
del Apóstol Santiago con María Fernández Casanova y Morales tal y como afirmara
el investigador orotavense Antonio Luque Hernández en su obra “Las familias
Chaves y Montañés de Tenerife”. El 6 de marzo de 1831 figura que José Pérez de
Chaves y Barroso fue Capitán de la 6º compañía del regimiento de milicias de La
Orotava, aunque ya estaba retirado del servicio, según apunta José Hernández
Morán en su obra “Reales Despachos de Oficiales de Milicias en Canarias que se
custodian en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife”.
José Pérez de Chaves y Barroso llegaría a
realizar una solicitud para ocupar unas tierras ubicadas en Los Realejos,
negándose tal petición (aunque pasaría finalmente a ocupar tales tierras).
Aspecto que merece ser destacado sobre éste realejero se enlaza con el tema del
agua, siendo un destacado miembro de la burguesía rural. En ese sentido, nuestro
biografiado adquirió un chorro de agua que transitaba por el conocido Barranco
de La Lora, canalizándola e invirtiéndola en el riego de sus propiedades. No
obstante, esta agua adquirida al ayuntamiento del Realejo de Arriba, con la
obligación de pagar un tributo de 45 reales anuales a dicha corporación, le va
a crear graves problemas a su nuevo propietario, reproduciéndose de nuevo las
pugnas por el agua, obteniendo el realejero
las aguas del barranco de La Lora a cambio de pagar un censo anual de
675 reales. Un hecho que ya apuntó en su momento el profesor universitario e
investigador Adolfo Arbelo García en su estudio sobre el agua y la conflictividad
social en Tenerife durante el Antiguo Régimen.
En definitiva, con esta pequeña biografia,
nos hemos aproximado a la vida de un realejero que destacó en diversos ámbitos
de la vida política, militar y económica del Antiguo Régimen canario, desapareciendo
la huella de un individuo que, como tantos otros, el paso del tiempo va
condenando a un injusto olvido…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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