Fotografía: Victoriano Hernández
Trujillo (93 años - 2015), recibiendo el premio (Cordón Trenzado 2015) de manos
del Presidente del Liceo y del Organizador del Concurso de Vinos, celebrado el
11 de junio de 2015.
Celebrado en la Sociedad Liceo de
Taoro de la Villa de La Orotava, el jueves
día 11 de junio de 2015, Infraoctava del Corpus de
las Fiestas Mayores de la Villa.
Premio “CORDON TRENZADO 2015” concedido a VICTORIANO
HERNÁNDEZ TRUJILLO, un
agricultor de 93 años (2015) que lleva 80 años (2015) al pie da la viña.
Mi amigo de la Villa de La Orotava desde la infancia; ÁNGEL
GARCÍA GONZÁLEZ, remitió entonces (2015) la biografía de este longevo agricultor: “…VICTORIANO
nace en La Orotava en 1922 en el
seno de una familia campesina de ocho hijos. De pequeño asiste un par de años a
la escuela, donde aprende escasamente a leer y a escribir. Su padre, que es
encargado de la finca de platanera propiedad del teniente coronel Pintado,
situada en Las Cuevas, se lo lleva a los trece años a trabajar con él. Al año siguiente,
estalla la guerra civil.
CUANDO Victoriano tenía dieciséis cumplidos, es llamado a aprender la
instrucción militar en el campo Quiquirá. Afortunadamente, su quinta no
llegaría a embarcar para el frente, pero terminada la guerra, el general
Tabernillas lo destinó a Fuerteventura, lo cual no se sabe qué fue peor. En la
isla majorera pasó mucha hambre, pues hasta las piedras eran amargas.
TIEMPO
más tarde , en una reunión familiar , un cuñado suyo que había estado en el
frente de Aragón , cerca de Teruel , contaba que avanzando campo a través
encontraron un alpende lleno de jamones colgados, que se comieron allí mismo ,
a golpe de bayoneta . Todos rieron alborozados por la feliz circunstancia….
menos Victoriano, al que le caían lágrimas como garbanzos, recordando el hambre
pasada en Fuerteventura.
TERMINADO
el servicio militar, retornó a la finca del Sr. Pintado, donde permanecería
quince años. A su vez, su padre había comprado una finquita de cuatro fanegadas
en Los Gómez, en la que también trabajaba después de horas . Aún así necesitaba
ganar más, pues ya tenía su propia familia que mantener, por lo que se tuvo que
ir . Cuando se lo dijo al Sr. Pintado, éste lo puso firme y casi se lo come,
amenazándole con llevarlo a los tribunales, por no avisarle con más antelación.
Esa noche, Victoriano no pudo dormir.
PESE
a todo , se fue a trabajar a la Finca Zerolo , en El Rincón , que era
mejor zona de plátanos, ganaba mejor
jornal , cobraba los retornos y hacían de medias las papas que se plantaban entre la
platanera .Aquí estaría treinta años
ininterrumpidos y llegaría a ser peón de confianza , que significaba trabajar
más cobrando casi lo mismo.
POR
los años setenta , en su finca de Los Gómez, arrancaron los plátanos , y , como
tenían agua propia , empezaron a plantar
verduras de todas clases que al
principio venían los comerciantes a
buscarlas , poniéndole ellos mismos el precio; pero más tarde , cuando su hijo se agenció un furgón ,las llevaban al Mercado de Santa
Cruz , dando hasta dos viajes en la madrugada . De esta época conserva una
curiosa libretita, donde apuntaba en
cada hoja los kilos que vendía, el precio acordado y la cruz de San Andrés, cuando cobraba.
PERO
la mayor dificultad era que los vehículos no llegaban hasta la finca y
había que trasladar a hombros los
productos del campo unos doscientos metros, pues los vecinos de Abajo
se oponían a que los vecinos de Arriba enlazaran en Los Gómez. Como a
Victoriano el conflicto lo cogía en el medio , inició una recogida de firmas
que originó un expediente , que empezó con Juan Antonio Jiménez de Alcalde y
terminó con Francisco Sánchez , con el consiguiente desgaste de la relación
vecinal , hoy felizmente olvidado .
En 1987
plantó de viña de cordón trenzado toda la finca y en ella lleva ya 28
años atendiendo diariamente los
múltiples cuidados que lleva su cultivo. Cuando hace mucho calor, se sienta a
la sombra del nisperero, y cuando llueve se aguarece en el cuarto de aperos ,
majando juncos ó encabando alguna azada . También atiende los árboles frutales, planta papas
entre la viña y también arvejas del país y de fuera , coge acelgas , coles y
perejil para la casa y cuando tiene sed , va para el cuarto y se echa medio
vasito de vino .
DESDE
que empezaron los Concursos de Vinos, Victoriano siempre participó con el suyo
año tras año, aunque no llevara premio, hasta que últimamente ha conseguido
cuatro primeros en San Antonio de La Florida. Pero con
San Isidro no ha tenido la misma suerte. Y no es que se lleve mal con él,
pues siempre le saluda destocándose cuando pasa por delante de la Ermita, camino de la tienda de Don Casiano a
comprar abonos ó a la barbería de Gonzalo a pelarse. Pero es que los premios se
han puesto muy difíciles, después de que aparecieron los enólogos, pues ya
todos los vinos son muy buenos.
MAS
que eso le duele ver tantos terrenos abandonados, que parecen criaturas sin
padre ni madre, cuando podían estar plantados
de viña ó de papas y millo. Pero
lo que realmente no entiende Victoriano a sus 93 años (2015), es el misterio de
la venta del vino del país. Tanto turismo, tantos guachinches, tantas fiestas
en nuestros pueblos, y el vino nuestro que no sale de la bodega, mientras lo
hacen abundantemente otros que vienen de fuera.
COMO
él no quiere pensar mal , solamente le pide a Dios, que precisamente se
encuentra hoy de visita por las calles
alfombradas de la Villa , que le conceda una prórroga para seguir unos cuantos años más al pie de la viña , para poder ver
con sus propios ojos en que apara todo esto.. .”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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