viernes, 16 de junio de 2017

XXXII CONCURSO DE VINOS “VILLA DE LA OROTAVA” 2015



Fotografía: Victoriano Hernández Trujillo (93 años - 2015), recibiendo el premio (Cordón Trenzado 2015) de manos del Presidente del Liceo y del Organizador del Concurso de Vinos, celebrado el 11 de junio de 2015.

Celebrado en la Sociedad Liceo de Taoro de la Villa de La Orotava, el jueves  día  11  de junio de 2015, Infraoctava del Corpus de las Fiestas Mayores de la Villa.
Premio   “CORDON TRENZADO   2015” concedido a  VICTORIANO  HERNÁNDEZ  TRUJILLO, un agricultor de 93 años (2015) que lleva 80 años (2015) al pie da la viña.
Mi amigo de la Villa de La Orotava desde la infancia; ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ, remitió entonces (2015) la biografía de este  longevo agricultor: “…VICTORIANO  nace en La Orotava  en 1922 en el seno de una familia campesina de ocho hijos. De pequeño asiste un par de años a la escuela, donde aprende escasamente a leer y a escribir. Su padre, que es encargado de la finca de platanera propiedad del teniente coronel Pintado, situada en Las Cuevas, se lo lleva a los trece años a trabajar con él. Al año siguiente, estalla la guerra civil.
CUANDO  Victoriano tenía dieciséis  cumplidos, es llamado a aprender la instrucción militar en el campo Quiquirá. Afortunadamente, su quinta no llegaría a embarcar para el frente, pero terminada la guerra, el general Tabernillas lo destinó a Fuerteventura, lo cual no se sabe qué fue peor. En la isla majorera pasó mucha hambre, pues hasta las piedras  eran amargas.
TIEMPO más tarde , en una reunión familiar , un cuñado suyo que había estado en el frente de Aragón , cerca de Teruel , contaba que avanzando campo a través encontraron un alpende lleno de jamones colgados, que se comieron allí mismo , a golpe de bayoneta . Todos rieron alborozados por la feliz circunstancia…. menos Victoriano, al que le caían lágrimas como garbanzos, recordando el hambre pasada en Fuerteventura.
TERMINADO el servicio militar, retornó a la finca del Sr. Pintado, donde permanecería quince años. A su vez, su padre había comprado una finquita de cuatro fanegadas en Los Gómez, en la que también trabajaba después de horas . Aún así necesitaba ganar más, pues ya tenía su propia familia que mantener, por lo que se tuvo que ir . Cuando se lo dijo al Sr. Pintado, éste lo puso firme y casi se lo come, amenazándole con llevarlo a los tribunales, por no avisarle con más antelación. Esa noche, Victoriano no pudo dormir.
PESE a todo , se fue a trabajar a la Finca Zerolo , en El Rincón , que era mejor  zona de plátanos, ganaba mejor jornal , cobraba los retornos y hacían de medias las papas que se plantaban entre   la platanera .Aquí estaría  treinta años ininterrumpidos y llegaría a ser peón de confianza , que significaba trabajar más cobrando casi lo mismo.
POR los años setenta , en su finca de Los Gómez, arrancaron los plátanos , y , como tenían agua  propia , empezaron a plantar verduras  de todas clases que al principio venían los comerciantes  a buscarlas , poniéndole ellos mismos el precio; pero  más tarde , cuando su hijo se agenció  un furgón ,las llevaban al Mercado de Santa Cruz , dando hasta dos viajes en la madrugada . De esta época conserva una curiosa libretita, donde apuntaba  en cada hoja los kilos que vendía, el precio acordado y la cruz de San Andrés,  cuando cobraba.
PERO la mayor dificultad era que los vehículos no llegaban hasta la finca  y  había que trasladar a hombros  los productos del campo unos doscientos metros, pues los vecinos  de Abajo  se oponían a que los vecinos de Arriba enlazaran en Los Gómez. Como a Victoriano el conflicto lo cogía en el medio , inició una recogida de firmas que originó un expediente , que empezó con Juan Antonio Jiménez de Alcalde y terminó con Francisco Sánchez , con el consiguiente desgaste de la relación vecinal , hoy felizmente olvidado .
En  1987  plantó de viña de cordón trenzado toda la finca y en ella lleva ya 28 años atendiendo  diariamente los múltiples cuidados que lleva su cultivo. Cuando hace mucho calor, se sienta a la sombra del nisperero, y cuando llueve se aguarece en el cuarto de aperos , majando juncos ó encabando alguna azada . También  atiende los árboles frutales, planta papas entre la viña y también arvejas del país y de fuera , coge acelgas , coles y perejil para la casa y cuando tiene sed , va para el cuarto y se echa medio vasito de vino .
DESDE que empezaron los Concursos de Vinos, Victoriano siempre participó con el suyo año tras año, aunque no llevara premio, hasta que últimamente ha conseguido cuatro primeros en San Antonio de La Florida. Pero  con  San Isidro no ha tenido la misma suerte. Y no es que se lleve mal con él, pues siempre le saluda destocándose cuando pasa por delante de la  Ermita, camino de la tienda de Don Casiano a comprar abonos ó a la barbería de Gonzalo a pelarse. Pero es que los premios se han puesto muy difíciles, después de que aparecieron los enólogos, pues ya todos los vinos son muy buenos.
MAS que eso le duele ver tantos terrenos abandonados, que parecen criaturas sin padre ni madre, cuando podían estar plantados  de  viña ó de papas y millo. Pero lo que realmente no entiende Victoriano a sus 93 años (2015), es el misterio de la venta del vino del país. Tanto turismo, tantos guachinches, tantas fiestas en nuestros pueblos, y el vino nuestro que no sale de la bodega, mientras lo hacen abundantemente otros que vienen de fuera.
COMO él no quiere pensar mal , solamente le pide a Dios, que precisamente se encuentra  hoy de visita por las calles alfombradas de la Villa , que le conceda una prórroga para seguir unos cuantos  años más al pie de la viña , para poder ver con sus propios ojos en que apara todo esto.. .”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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