Fotografía del archivo familiar. Datos históricos ofrecidos por el departamento
de publicidad y prensa de la Cooperativa Agrícola del Norte de Tenerife FAST: “…El 1 de diciembre de 1914, 23 agricultores del Valle
de la Orotava marcaron un hito sin precedentes en la historia de Canarias
fundando el Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife. Sus firmas representan,
aún hoy, el comienzo del desarrollo de uno de los sectores más importantes para
Canarias: la producción y exportación de nuestro plátano.
Ya en sus inicios, el
Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife tuvo que enfrentarse con uno de los
sucesos más cruentos del siglo XX: la Primera Guerra Mundial.
Apenas unos meses
antes de la constitución del Sindicato, el 16 de agosto de 1914, El Diario de
Las Palmas publica: “…Asustan las
proporciones inauditas de la presente guerra; pero también causa pavor
considerar sus inevitables consecuencias económicas...”
Pero la Gran Guerra no
fue el único frente contra el que tuvo que luchar el Sindicato. Desde finales
del siglo XIX el mercado del plátano en Canarias estaba monopolizado por los
ingleses.
Este Sindicato nació
para romper dicho monopolio en favor de los intereses de todos los canarios.
Así lo refleja un anuncio en el Diario de Las Palmas de 1930: “…Cosecheros, exportadores, agricultores:
Ingresad en el Sindicato Agrícola del Norte. La unión es la única defensa para
el porvenir…”
El propósito del
Sindicato no sólo era competir con los ingleses en la producción de plátanos,
sino también en su exportación. Para ello crearon la “Naviera de Tenerife”. Dos
vapores, el “Punta Anaga” y el “Punta Teno” se encargaban de exportar la
preciada fruta.
Pero en 1917 la idea
de controlar la exportación se vio frustrada. El “Punta Anaga” naufragó; el
“Punta Teno”, por desgracia, corrió aún peor suerte. Esta es la triste crónica
realizada por el Diario de Tenerife en 1917: “…Desgraciadamente para todos, los rumores que anteanoche circularon en
esta capital sobre haber sido torpedeado y hundido por un submarino alemán el
vapor “Punta Teno”, ha tenido plena confirmación…”
Con estas palabras
comunicaba el capitán del “Punta Teno” el dramático hundimiento al presidente
de la Naviera de Tenerife: “…A
las 8 de la mañana […] un submarino nos avisó su presencia por medio de un
disparo de cañón. […] mandé al primer oficial con toda la documentación […]
Cuando retornó el primer oficial vino acompañado de tres tripulantes del
submarino y me advirtió [eron] por señales que venían a echar a pique al Teno.
[…] arrojamos los botes salvavidas al agua y al estar todos, bogamos para tomar
costa. A las 9 y 35 de la mañana, cuando nos separamos del costado de nuestro
buque sale de la cámara de máquinas una gran humareda negra y el buque empezó a
inclinarse, pocos minutos después […] quedó el casco del buque en vertical y
seguidamente desapareció…”
Con este suceso el
Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife veía como se escapaba el sueño de
tener una flota propia, pero el final de la Primera Guerra Mundial, un año
después, hizo crecer su producción de plátanos de un modo espectacular. En 1922
Canarias exportó más de tres millones de huacales; tres años más tarde, Europa
importó más de 227.000 toneladas de plátano canario. El Sindicato Agrícola del
Norte de Tenerife se iba abriendo paso: entre 1927 y 1932 adquieren la
concesión de empaquetado de Garachico, los almacenes de Las Arenas, en la
Orotava y los de Güimar en Santa Cruz… En 1933 copaba el 80% de la exportación
de plátanos a Europa.
El auge vivido durante
los años 20 y parte de los 30 se verá truncado por un acontecimiento que
cambiaría la vida de todos los españoles: estalla la Guerra Civil. Meses antes
del conflicto, medios de prensa, como el Diario de las Palmas, presagiaban el
inminente desastre: “…El problema
monetario es el más importante y agudo de España; urge el remedio, evitando la
guerra civil entre todos los españoles para repartirse la miseria de España...”
Pero, a pesar de los
presagios, el 17 de julio de 1936 la Guerra Civil llegó a España, y con ella,
el declive de los mercados y la economía.
Los agricultores
canarios, con el Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife a la cabeza,
comprendieron que la única manera de hacer frente a la situación era uniéndose.
Nació así la Federación Agrícola de Sindicatos de Tenerife: la FAST.
Como todos los demás
sectores, el del plátano se vio seriamente afectado a causa de la contienda. En
Tenerife, de las 3.472 hectáreas cultivadas en 1932 apenas quedaban 2.600 al
final de la Guerra Civil.
Tras casi 4 años el
conflicto toca su fin. El 31 de marzo de 1939 el Diario de Falange española
publica: “…España ha quedado
liberada. Es necesario que contribuyas para auxiliar a los españoles que
nuestro ejército acaba de redimir...”
Ante la miseria
extrema que dejó tras de sí la guerra civil, muchos canarios se vieron
obligados a emigrar a América. Pero muchos de los que se quedaron sobrevivieron
gracias al cultivo del plátano. El número de desempleados era de tal magnitud
que el Gobierno obligó a los cosecheros, la mayoría miembros de Fast, a
contratar tres trabajadores por cada fanegada cultivada, cuando un solo hombre
era más que suficiente para realizar el trabajo.
Pero si en algo
destacó el plátano en estos años de posguerra fue en que combatió el hambre. La
falta de alimentos hizo que la Comisaría de Abastecimientos y Transporte
declarara al plátano como producto básico de la nutrición, tasando su precio a
razón de una peseta el kilo.
Y así, el plátano,
convertido en alimento de primera necesidad, logró que aumentara su demanda en
años posteriores, tanto en Canarias como en la península.
Lo que nunca
imaginaron los cosecheros de plátanos es que unos meses más tarde iban a
perder, casi en su totalidad, las exportaciones de plátano a Europa como
consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. El 1 de Septiembre de 1939, el
Diario de falange española anunciaba las intenciones de Hitler: “…En vista de que Polonia no ha admitido las
proposiciones de Alemania, al Reich no le ha quedado más remedio que hacer uso
de la fuerza...”
A pesar de todo, la
exportación de plátanos sobrevivió gracias a la demanda de la península y de
Suiza, país neutral en la Segunda Guerra Mundial. Así lo recoge el Diario
Falange el 31 de julio de 1943: “…Para
trasbordar en Barcelona con destino a Suiza, embarcó el Villa de Madrid 610
racimos de plátanos...”
Con el final de la
Segunda Guerra Mundial llegarían años de esplendor para la producción y
exportación de plátanos en Canarias. En 1946, el año en que Fast pasa de ser un
sindicato a una cooperativa, se enviaron a Europa más de 56.000 toneladas de
plátanos canarios.
El auge del
monocultivo es tal que en la década de los 50 el comercio exterior de esta
fruta cultivada en Canarias llegó a ser una de las principales fuentes de
divisas de nuestro país.
Estas circunstancias,
unidas al papel decisivo que jugó Fast, hizo que en 1951, fuera nombrada por el
Gobierno entidad colaboradora del Ministerio de agricultura: “…Vistas las circunstancias que concurren en
la Cooperativa Agrícola del Norte de Tenerife, este Ministerio ha resuelto
concederle el título de Entidad Colaboradora del Ministerio de Agricultura….”
Pero el auge que experimentó
el sector del plátano en esta década no pudo evitar los devastadores temporales
que arrasaron la mayor parte de las plantaciones. El 18 de enero de 1953 el
Diario de Falange Española publica: “…El
aspecto de los terrenos es desolador, pues millares de plataneras fueron
arrancadas de cuajo...”
Cinco años más tarde
la tragedia se repetía; el 10 de enero de 1958 el Diario de Las Palmas publica:
“…un violento temporal de lluvia y
viento huracanado azotó las plantaciones de Tenerife ocasionando cuantiosas
pérdidas que los expertos cifran en más de 1.000 millones de pesetas…”
Las consecuencias del
temporal fueron tan devastadoras que el Servicio Nacional de Crédito Agrícola
se vio obligado a conceder préstamos con carácter urgente a todos los
agricultores afectados.
A pesar de estos
contratiempos, la Fast continuó prosperando. Apenas un año después del trágico
temporal de 1958, la Fast subvencionó la construcción de tres grandes bloques
de viviendas sociales para el personal a su servicio con más necesidades.
Prueba de la
prosperidad y progreso de la cooperativa fue la felicitación que Ministro de
Comercio, el señor Ullastre, daba a la Fast, en una visita al almacén y
empaquetado de Las Arenas en 1961.
A principios de los
años 60 el sector del plátano se vio desplazado por un fenómeno que iba a
cambiar Canarias: el turismo.
Y con él vendría el
desarrollo de la construcción, los servicios, las vías de comunicación y el
comercio.
En pocos años, el
paisaje de nuestras islas cambiaba tan rápido que era irreconocible. Las verdes
fincas de plátanos eran devoradas por la construcción.
Este era el paisaje
que rodeaba la empaquetadora de las Arenas antes de que llegara el turismo.
Aspecto actual: Los
cambios del paisaje eran tan drásticos que los propios medios de comunicación
daban la voz de alarma. El Eco de Canarias publica: “…En tres años se han destruido en Tenerife más bosques naturales que
en los 100 anteriores. Pero, tal y como recogen las crónicas del momento, el
paisaje no fue lo único que cambió: “El campo, los medios rurales se despueblan
hacia los centros o núcleos urbanos recién creados en litorales, donde la
presencia del turismo es grande, verdaderamente excepcional….”
Ante la falta de mano
de obra, tan abundante en el pasado, la Fast reaccionó introduciendo mejoras
técnicas que permitían reducirla.
Labores que en décadas
anteriores exigían gran mano de obra, como la limpieza de la cochinilla ahora
se realizan con nuevos tratamientos más efectivos.
El nuevo sistema de
riego por goteo, no sólo supondría menos manos de obra, sino también un
importante ahorro de agua.
Otra gran innovación
liderada por la Fast fue el empaquetado del plátano. Los antiguos fardos y
huacales, iban a ser sustituidos por las nuevas cajas de cartón.
Pero para ello, las
grandes piñas de plátanos, primero debían ser desmanilladas.
El nuevo sistema, no
sólo permitía ganar en carga neta, gracias al desechado del mango o raquis,
sino que conseguía un mayor cuidado y presentación del producto.
Pero, todas estas
innovaciones técnicas, no han hecho que la Fast haya descuidado el delicado
cuidado manual que exige esta fruta. Tareas como el desflorado, que ha de
hacerse plátano a plátano, continúan realizándose manualmente.
En estos cambiantes
años 60: del turismo, la construcción y el desarrollo urbano, la Fast volvía a
demostrar su capacidad de liderazgo. En 1964, entre la incorporación de nuevas
técnicas y la conservación de las labores artesanales, la Fast veía el
reconocimiento a su esfuerzo en su 50 aniversario. El Eco de Canarias escribió: “…La Cooperativa Fast de Tenerife cumple 50
años […] en fecha tan significativa para la agricultura de Canarias, no puede
faltar el elogioso comentario que, a nuestro juicio, merece tan prestigiosa
entidad. […] La Fast es, sin duda alguna, la Cooperativa platanera más
importante del Archipiélago. […] Con motivo del cincuentenario de la Fast, le
ha sido otorgada la medalla de plata de la Cooperación y varios de sus miembros
han ingresado en la Orden del Mérito Agrícola….”
El 20 de Noviembre
todos los medios de comunicación españoles daban la noticia: “…A las 4,40 de la madrugada y a los 82 años
de edad, ha dejado de existir, en la Ciudad Sanitaria “La Paz”, Su Excelencia
el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, Francisco Franco
Bahamonde…”A renglón seguido continúa el Eco de Canarias diciendo: “…El sábado, don Juan Carlos de Borbón
jurará como Rey de España...”
Estos hechos marcarían
el futuro de todos los españoles. Pero para los agricultores y exportadores de
plátanos canarios, sucedió algo 5 años antes, que fue casi tan decisivo como la
llegada de la democracia a nuestro país: la creación del Grupo Regional de
Cooperativas Plataneras de Canarias, más conocido como COPLACA.
Coplaca, con la Fast a
la cabeza, pretendía dar un nuevo impulso al plátano canario. Así lo confirma
Eco de Canarias: “…Las
cooperativas se han agrupado recientemente en la COPLACA para eliminar
intermediarios superfluos y defender así mejor los plátanos, mejores precios y
mayor consumo…”
Sus ambiciosas
pretensiones se ven confirmadas sólo un año después de su creación. El 21 de
diciembre de 1971, la prensa publica: “…En enero inaugurará en Madrid la más importante estación europea para
la maduración del plátano...”
10 años más tarde, el
éxito de Coplaca es rotundo. En 1982 con 8.000 asociadas y más de 6.000
hectáreas cultivadas, se convierte en la cooperativa agrícola más importante
del país, llegando a manipular cerca de 200.000 toneladas; sus ventas
excedieron los 14.000 millones de pesetas.
Pero la alta
competencia del mercado americano iba a desembocar en una campaña publicitaria
de nuestro plátano sin precedentes.
Deportistas,
cantantes, cineastas, toreros… Las caras más conocidas de nuestro país
destacaban las propiedades de nuestro plátano canario frente a las multinacionales
americanas.
Esta importante
campaña permitió que nuestro plátano se consolidara en la península frente a la
banana americana.
En Europa, la solución
no llegaría hasta 1993, año en que entró en vigor la nueva Organización Común
del Mercado del plátano, que protegía las producciones europeas. Con la nueva
normativa, Canarias fue la región más beneficiada como principal productor de
la Comunidad Económica Europea.
Pero para combatir con
mayor efectividad a las grandes multinacionales americanas, Coplaca creó, junto
con la Fyffes, Eurobanan-Canarias. Así lo explica Leopoldo Cólogan, director
general de Coplaca, en una entrevista concedida a La Opinión de Tenerife, en
julio de 2006: “…A nivel externo,
es conocida nuestra lucha con Estados Unidos y las multinacionales. En ese
momento, yo planteé a la organización de productores de Coplaca la necesidad de
prepararnos para los peores momentos. Eso nos llevó a buscar un socio y a
constituir una empresa, el Grupo Eurobanan. […] En el cierre del año pasado, en
una facturación de alrededor de cincuenta mil millones de pesetas. Nos hemos
convertido en el primer grupo de maduración de plátanos y comercialización de
otras frutas líderes en España...”
En la actualidad, con
95 años de historia a sus espaldas, la Fast continúa siendo fiel en su empeño
inicial de prosperar y mejorar el sector del plátano en Canarias.
La cooperativa con 170
socios es la única que posee plataneras, en todas las zonas de las Isla; desde
San Andrés, en Santa Cruz, hasta Santiago del Teide. Con 250 fincas, producen
17 millones de kilos de plátanos al año.
Sus dos grandes
centros de empaquetado, uno en la Orotava y otro en Adeje, tienen capacidad
para producir 110.000 toneladas al día.
El estricto
cumplimiento de la normativa Europea, ha convertido a Fast en el punto de
referencia. Actualmente posee certificado AENOR de producto y está inscrita en
el Registro de Envasado y Comercialización de Agricultura Ecológica.
Además, en los últimos
años, la Fast ha introducido en sus plantaciones bitroplantas procedentes de
centros autorizados con las nuevas variedades de plátanos, manipulados
genéticamente, lo que ha permitido que mejore la resistencia y calidad de la
fruta.
FAST es el referente
en ventas de plátanos del mercado local siendo el principal proveedor de las
principales grandes superficies y maduradores.
Frente una crisis
mundial sin precedentes, la Fast no sólo aguanta firme la situación sino que en
2008 ha renovado casi toda su flota de camiones y ha adquirido entre 2008 y
2009 dos de las máquinas de empaquetado de plátanos más modernas del mundo.
Además para 2010 tienen previstas otra serie de inversiones significativas para
una mayor automatización de procesos.
A pesar de sus 95 años
FAST sigue creciendo y para 2010 se estima que aumentará su producción en más
de 3 millones de kilos por el alta de nuevos socios lo que habla bien claro del
potencial de la Cooperativa y de su proyección de futuro.
La Cooperativa decana
de las islas genera trabajo tanto de forma directa como indirecta a más de 1.000
personas.
Ha pasado casi un
siglo desde aquél 1 de diciembre de 1914, y el sueño de aquellos 23 hombres que
fundaron el Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife, se mantiene vivo y
cargado de nuevos horizontes…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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