miércoles, 7 de febrero de 2018

LOS MICROS ENCARNADOS



Fue precisamente en el año 1960, cuando un servidor tenía  9 años, aparecieron en la puerta de mi casa en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, los famosos Micros Encarnados, de marca Commer modelo 3/4, adquirido en la casa comercial desaparecida del Puerto de la Cruz Hernández Hermanos SL., por la Compañía de Transporte de Tenerife. 
La presencia de aquellos micro bus, llamó tanto la atención, en un antes y un después.
Con anterioridad, hacían el servicio desde el Norte a la Capital Tinerfeña, los autos taxis conocidos por “Piratas”, que paraban en cualquier destino y recogían en el mismo lugar.
La novedad de los Micros Encarnados, acabó con el negocio de aquellos taxistas que vivieron del transporte de viajeros y mercancías y acabaron en paradas fijas, simplemente para viajeros. Puesto que los Micros Encarnados, sustituyeron durante una larga década a los piratas.
Los Micros encarnados desaparecieron cuando finalizó la vida de la compañía Transporte Tenerife SL., a partir de una larga huelga general de sus operarios que terminaron  encerrándose en el templo parroquial de Nuestra Señora de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife, uniéndose a ellos los estudiantes de la universidad de La Laguna y su distrito en manifestaciones que comenzaban  al pie del edificio de la Vieja Universidad de La Laguna y terminaba en Santa Cruz de Tenerife.
Al  llegarse un acuerdo final con todos sus trabajadores nació la nueva empresa tipo cooperativa que actualmente realiza el servicio público de transporte de viajeros y mercancías “TITSA”.
Los viejos Micros encarnado terminaron en un cementerio en los descampados del Puerto de la Cruz y otros lugares de la isla.
Muchos nos desplazamos a la capital y a la laguna a estudiar y a trabajar, así como a cumplir el servicio obligatorio militar.
A titulo anecdótico, las subidas por la autopista Santa Cruz – Laguna desde la salida de la Avenida de Tres de Mayo Chicharrera  hasta la de la Trinidad lagunera, caminaba en segunda y a una velocidad de veinte kilómetros por hora, la cual muchos aprovechábamos para dormir las siestas.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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