El Colegio de San Fernando de la Villa de La Orotava, estaba situado en la
calle de San Francisco, frente a la casa de Los Balcones, la que hoy conocemos
por la Casa del Turista.
Mansión número 4 de la Calle de San Francisco de la
Villa de La Orotava, conocida por la Mansión Molina. Edificada por Francisco de
Molina y López de las Doblas, ubetense establecido en La Orotava, donde casó el
31 de agosto de 1593 con Isabel de Lugo y Valcárcel, hija del regidor Francisco
Benítez de Lugo y de su segunda esposa, Isabel de Cabrera.
Tiene dos plantas, en su fachada destaca la portada
plateresca de cantería, de líneas sencillas, con pilastra cajeadas, sobre las
que aparecen círculos. El balcón descubierto, muy estrecho y de bellos
balaustres torneados, tiene base de cantería con dos remates laterales.
En la década de los años cincuenta y sesenta del siglo
XX, estaba ubicada en la parte baja a la izquierda el Colegio de San Fernando,
En la portada central Talleres de Bordados y Calados de Doña Eladia Machado, a
la derecha la vivienda de don Manuel Hernández y familia. Y en el segundo piso la
vivienda del recordado practicante sanitario don Pedro Melián y señora.
El colegio de San Fernando fue promovido al principio
de los cincuenta del siglo XX por los hermanos maestros Nacional; Maximino y
Fernando Álvarez Arbelo.
Contaba de una sola aula, mixta en distintos niveles,
desde el párvulo hasta segundo de bachillerato, además contaba con clases de
contabilidad y mecanografía.
En principio en horario diurno de 9 a 12 horas y tarde
de 14 a 16 horas, solo para masculino, lo trabajaba Don Fernando Álvarez
Arbelo. Y continuaba desde la 16 hasta las 19 horas con las féminas. Y nocturno
para alumnos que trabajaban de 19 horas a las 21 horas lo atarea don Maximino
Álvarez Arbelo.
Al mediado de los cincuenta don Maximino Álvarez
Arbelo, deja la enseñanza para hacerse cargo de la gestión del Jardín del
Marquesado de la Quinta Roja. Don Fernando Álvarez Arbelo, se hace cargo
totalmente de los tres turnos. Hasta el final de los cincuenta, las féminas
pasan a un aula en su domicilio particular en el Barrio orotavense “Los
Cuartos”, con su señora doña Juana.
El Colegio de San Fernando desaparece como tal, al
mediado de los sesenta del siglo XX, debido que Don Fernando Álvarez Arbelo y
su señora, se integran por oposiciones en las Graduadas de La Concepción.
Muchos fuero sus alumnos desde el comienzo de su
actividad, y muchos se integraron en el mundo laboral, con suficiente
preparación, así como otros llegaron a graduase en carreras universitarias.
Un servidor, forme parte del alumnado de dicho centro
docente hasta el primer curso de bachillerato, puesto que a partir de ahí me
reincorporé de nuevo al Colegio de San Isidro y terminar allí el bachiller
superior y revalidas.
Hablo de reincorpórame al Colegio de San Isidro,
debido a que una vez cumplido el parvulario en el Colegio de la Milagrosa con
Sor Dolores Borges, me matriculé en la clase Chica del Colegio de San Isidro,
pero la abandonaba llorando y con depresiones, Mi padre Juan Álvarez Díaz, me
puso en San Fernando por la amistad que tenía con los hermanos Maximino y Fernando
Álvarez Arbelo, ya que en casa no me podía quedar.
Mis recuerdos en san Fernando fueron imborrable, de
una trayectoria ascendente en la enseñanza, unos compañeros magníficos, muchos
de ellos me acompañaros posterior a terminar el Bachillerato al Colegio de San
Isidro. Recuerdos imborrables, de la pizarra en la esquina izquierda del aula,
el despacho de don Fernando en el centro, una pequeña imagen de San Fernando
ubicada en un pequeño retablo en la pared del lado sur. El aseo a la derecha y una
ventana enorme con cristales opacos, que nunca se abría, pero entraba la
suficiente luz natural del patio allí existente.
Don Fernando Álvarez Arbelo, fue un gran profesor, que
se preocupaba de que sus alumnos aprendieran, no solo la docencia, sino también
a ser hombres de provechos y del futuro. Para mí fue el mejor profesor y
persona que he tenido en la vida.
La fotografía está tomada en la parte alta o sur del
Jardín del Marquesado de la Quinta Roja, conocido por Jardín Victoria. Un 30 de
mayo que era la festividad del Colegio, y de su profesor don Fernando Álvarez
Arbelo. En ella hay muchos compañeros conocidos.
En la misma podemos observar por la edad de sus
alumnos, los distintos niveles educativos que se desarrollaron en el currículo
del recordado e inolvidable centro docente de la calle de San Francisco de la
Villa de La Orotava.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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