Fotografía referente
a los archivos de RTVE.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS
remitió entonces (12/03/2020) estas notas que tituló; “SERRAT,
DOCTOR HONORIS CAUSA EN ZARAGOZA: “…Seguro que Joan
Manuel Serrat, doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza investido
recientemente, se acordó de que “en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo, una
acequia, un establo y unas ruinas al sol, al viento los ombligos, volaban
cuatro amigos, picados de viruela y huérfanos de escuela, robando uva y maíz,
chupando caña y regaliz, creo que entonces yo era feliz”, una estrofa de “Mi
niñez”, cantada cuando el artista empezaba a madurar y sus historias
personales, tan bien descritas, formaban parte de su repertorio.
Aquel niño, a quien llamaban
Nano, inspirador de tantos sentimientos, intérprete de causas, paisajes,
amores, aspiraciones, personajes cercanos, profundidades y liviandades, el
joven que puso música a los poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández para
que muchos jóvenes y el gran público les descubriera y contribuyera a
eternizarlos, asumió su doctorado honoris causa con la modestia de siempre y el
ánimo reflexivo de quien va por la vida queriendo ser útil y consecuente,
transmitiendo un mensaje para ensalzarla o estimularla, para ganarse el aprecio
y el respeto del público más heterogéneo y para seguir componiendo, porque él,
de cada situación, de cada gira, de cada historia a la que accedía, obtenía una
idea o una enseñanza para versear y cantar. Grande, admirable Serrat.
“Estoy seguro de que quienes
tan generosamente han considerado oportuno concederme este doctorado lo han
hecho con la intención de reconocer los méritos de una persona, pero al hacerlo
deben saber que también están reconociendo a un colectivo de mujeres y de
hombres que han construido su vida a partir del oficio de cantar y de escribir
canciones. Gentes que dignifican poética y musicalmente la canción, y para
quienes el valor y la fuerza de la palabra es fundamental en su quehacer”.
Así comenzó el cantautor su
discurso de investidura en la universidad zaragozana que le ha concedido este
rango como un reconocimiento a toda su trayectoria en el mundo de las letras.
Lo quiso compartir con todos aquellos que, como él, se dedicaban al arte de la
música popular. “Este mérito -precisó-no es solamente mío, sino de todas las
personas que como yo han hecho de la canción su modo de vida, con todos ellos
me gustaría compartir este reconocimiento. Me complace que se valore la canción
popular, tanto por el colectivo al que represento como por ustedes”.
Serrat, en ese sentido,
reconoció sentirse orgulloso por hacer que con su trabajo otros pudieran aprender
y seguir sus pasos: “Una de las muchas cosas que tengo que agradecerle a la
vida es este oficio. Me ha permitido conocer a personas con otras costumbres y
formas de mirar la vida. A través de las canciones me comunico con los demás,
escribo dejando volar los pensamientos pero también clavando los codos en la
mesa. Cantar es algo que me proporciona un inmenso placer, y que más que un
mérito, para mí, constituye un privilegio. Dice el dicho que ‘quien canta su
mal espanta’, pues es como se convierten los sueños en modestas realidades”,
aseguró el cantautor en otra fase de su discurso en el que también consignó su
compromiso con la democracia, con la participación social y con la sociedad
crítica.
“El conocimiento profundiza la
vida democrática. Le aporta justicia e igualdad y le ayuda a construir un
tejido social cohesionado», ha expresado el cantautor, que aprovechó su
intervención para hacer una defensa de la formación universitaria como un
camino para descubrirse a uno mismo, frente al «conformismo de la sociedad» o
la falta de «valores democráticos» que detecta a su alrededor”, dijo el
intérprete catalán, consciente de que también es exigido en sus reflexiones.
Esta fue otra de ellas:
”Se ha perdido la confianza en
el sistema, en sus representantes y en sus instituciones, donde los jóvenes se
sienten engañados y los mayores traicionados y donde más que nunca nos
necesitamos los unos a los otros», ha subrayado”. Por eso, también denunció la
actitud de una «Europa mezquina y desalmada» que ha actuado en contra de los
refugiados en un lugar que un día fue «una cuna de pensamiento y puente de
culturas». Por esa razón, Serrat alertó de que todavía hay gobiernos que
piensan que “la universidad es un centro para formar gente que se dedique a
hacer cosas cuando debería ser un lugar al que acudir con ojos abiertos”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario