Escribo estas letras, obsesionado por la
crisis que estamos pasando, encerrado en mi hogar con mi querida esposa.
Deseo un homenaje a todos los que estamos
en esta situación, a los que están al pie del cañón; médicos, enfermeros,
policías, bomberos, militares, a todos ellos,
Sobre todo a todos los niños, que están sin
sus amigos colegiales, y aquellos que sufren en la vida.
En la década de los años cuarenta y principio de los cincuenta del siglo
XX. En la calle La Hoya – Hermano Apolinar de la Villa de La Orotava, existía
una academia Mercantil y de cultura general que regentaba el recordado DON
INOCENCIO SOSA HERNÁNDEZ.
Era de característica mixta, sus aulas estaban ubicadas entre el patio de
la mansión, y algunas habitaciones, incluso que desde su cama por enfermedad llegó
don Inocencio a ejercer su docencia.
Las disciplinas de: Contabilidad, mecanografía, taquigrafía, calculo
mercantil, caligrafía y cultura general eran evidentes en esa recordada
Academia orotavenses.
En ella se prepararon muchos villeros y villeras, que a lo largo de su
vida, se incorporaron al mundo empresarial, comercial y bancario.
Compartía la enseñanza con don Inocencio su hermano Don Félix Sosa
Hernández concejal del Ayuntamiento en la Republica y contable de la firma comercial
de los “Herreros”.
Cecilio Hernández, Pedro Serrano e Higinia Hernández Sánchez, fueron
alumnos destacados que se convirtieron en el tiempo en ayudantes de la
enseñanza en la misma Laureada Academia de don Inocencio Sosa Hernández.
En la fotografía observamos, una de sus clases con las féminas en el patio
de su casa. Muchas de ellas son conocidas, pero prefiero que el lector se lo
haga suyo.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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