El amigo del Puerto de
la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (2016) estas notas que
tituló; “EL CELO DE ÁLVARO CASTAÑEDA”: “… Le conocimos en el viejo campo El
Charcón, de La Cuesta, cuando alguien le trajo una silla para que, desde el
exterior del vestuario arbitral, pudiera seguir el juego más cómodamente. Él
sabía de todas las tribulaciones e inconvenientes para informar sobre fútbol
regional: inclemencias meteorológicas, reproches de aficionados intransigentes,
entrenadores y asimilados maleducados hasta negarse a facilitar una alineación,
imponderables de todo tipo para la recopilación de resultados, carreras contra
reloj para la obtención de los mismos y cerrar las páginas, actualizar
manualmente las clasificaciones de prácticamente todas las categorías…
A pesar de todo ello, Álvaro Castañeda estaba allí,
observador, atento, con un sentido del celo informativo fuera de lo común que
le valió el respeto y el reconocimiento del universo balompédico de su etapa
activa. Castañeda fue cronista puntual del Real Unión de Tenerife pero también
cubrió durante muchas temporadas la trayectoria del Club Deportivo Tenerife,
sin olvidarse de sus afinidades palmeras con la Sociedad Deportiva Tenisca.
Lo hizo en el inolvidable Aire Libre, de Julio Fernández, junto a Domingo Rodríguez. Y en El Día y en Jornada Deportiva, en cuyas páginas aparecieron, con su firma,
infinidad de crónicas, entrevistas e informaciones que reflejaban un incesante
quehacer que mantuvo encendida la llama del interés por las categorías de base.
Cuando la dirección le confió una página diaria que tituló en El Día 'Actualidad del fútbol
regional', se propuso que todo lo noticiable, desde la Preferente a los
infantiles, quedara plasmado allí. Lo logró. Y así le fue entregado el
premio 'Domingo Rodríguez', instituido por la Federación Tinerfeña de Fútbol.
Lo hizo, igualmente, en Radio Popular de Tenerife
(COPE), donde su director, José Siverio Pérez, le confió la sección deportiva.
Hizo, durante algunos años, el programa 'Radio Deportes', que se emitía a las
dos y media de la tarde. Nos pasó el testigo, allá por 1976, en una etapa
inolvidable para quien suscribe. Castañeda siguió vinculado a la emisora y no
solo seguía interviniendo en el mencionado programa sino que lo hacía desde el
pequeño palco de prensa del estadio 'Heliodoro Rodríguez López' cada vez que
jugaba el Tenerife, a través de un antediluviano teléfono de órdenes. Desde
allí hicimos nuestras primeras transmisiones, junto a César Fernández-Trujillo,
con quien compartimos uno de los fosos a ras de cancha, y los enviados
especiales de las emisoras hermanas a las que Radio Popular prestaba asistencia
(A propósito: Álvaro fue de los primeros en elogiar nuestra tarea desde aquella
ubicación, “pues me cuesta aceptar que desde aquí se pueda narrar el juego con
la precisión que ustedes lo hacen”).
Por si fueran pocas sus ocupaciones, ejerció como
corresponsal del rotativo madrileño As
y de las agencias de noticias Mencheta
y Pyresa. Habría que
preguntarse cómo se las arreglaba para atender todos los frentes pero siempre
cumplía. Los sábados o los días de partido en el estadio eran intensos. Era
quien echaba el cierre de la redacción, en busca de un güisqui reparador. Solo
ya en la fase final de su trayectoria activa fue delegando algunas de esas
multifunciones mediáticas en otros compañeros.
Fue servicial y generoso. Poco amigo de los
conflictos, su estilo academicista, llano y escueto, sustanció su credibilidad
y avaló su cobertura, pese a que algunos deportistas, con los que tenía
confianza, le gastaban bromas y chanzas a menudo que él toleraba de buen grado.
Solo en una oportunidad nos confesó que “estaba cansado de tanto fútbol” pero
él seguía, erre que erre, coleccionando resultados y tomando crónicas por
teléfono, revisando pruebas y hasta corrigiendo galeradas. Vivió las
alegrías de los ascensos y las amarguras de las pérdidas de categoría con el
mismo celo que caracterizó su ejercicio profesional. Y cuando ya en democracia
llegó el momento de integrarse en asociaciones, lo hizo con humildad y con
excelente predisposición para aportar su experiencia, labrada en infinidad de
citas deportivas (principalmente futbolísticas) y en multitud de entradas en
todos los géneros periodísticos. El celo de Álvaro. Memorable…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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