lunes, 4 de diciembre de 2017

SI VOLVIÉRAMOS AL SIGLO XVIII



Efectivamente si volviéramos al siglo XVIII, al siglo de Oro, de la Ilustración o de las luces, La Villa de La Orotava se hubiese convertido inmediatamente en patrimonio de la humanidad, sin el esfuerce i la imaginación que se espera o se le merece en el siglo XXI.
Esta foto en color diseñada gráficamente por el amigo desde la infancia; LUÍS GARCÍA MESA, aún se le puede devolver íntegramente a su lugar de origen el malogrado y tristemente desaparecido edificio del Convento de San Nicolás de monjas Catalinas y Dominicas destruido infaustamente por decretos en la mitad del siglo XX, y el Palacio de Celada destruido por un voraz incendio acaecido al principio del siglo XVIII. Décadas después la Orotava era declarada Villa independizándose judicialmente del término de la Ciudad de La Laguna gracia a las negociaciones en Madrid del patricio orotavense Franchi Alfaro y Lugo contándole el pleito y la merced -de Villa- más de 40.000 ducados.
Para que se hagan una idea donde estaban estos dos grandes monumentos orotavenses. Observar los lugares que en la actualidad están ocupados del Sur al Norte bajando por la derecha desde el templo de Nuestra Señora de la Concepción hasta llegar a la urbanización El Mayorazgo; Plaza de Casañas, Correo y Telégrafo, Edificio que alberga La Policía Municipal(antes Casa de Socorro), y Ambulatorio de la seguridad social.
La verdad, que se me pasa por la mente si vuestros gobernantes de ese pasado siglo XX pensaron en el progreso para edificar esa manzana, en qué objetivos se basó.
Lamentables, para un maldito siglo (XX) donde La Villa de La Orotava pudo tener un recinto histórico de incalculable valor. Todavía no está todo hecho, falta mucho por hacer, ahora se habla de aparcamientos, es que las maquinas han devorado el casco histórico de la Villa a raíz de la construcción en el año 1965 del puente del Escultor Estévez. Único Casco en toda España que en la andada del siglo XXI aún no es peatonal y como sigan las maquinas (automóviles) muy poco porvenir le veo al pueblo que me vio nacer.
Luis García Mesa, ha reconstruido en espécimen a través de las nuevas tecnologías del dibujo grafico, como fue el convento de San Nicolás Obispo de las Monjas Catalinas y Dominicas, erigido en el año 1626 y destruido definitivamente por las piconas y decretos al principio de los años cincuenta del siglo XX, después de ser reconstruido tres veces por incendios que se produjeron desde su fundación. Conjuntamente con el incendiado PALACIO DE CELADA que se quemó el día 15 de agosto del año 1716 y que don Diego Benítez de Lugo y Vergara, marqués de Celada tenía el privilegio de acceso directo a la iglesia conventual desde su casa. Este acceso consistía en un colgadizo por una calle estrecha hacía en una tribuna de la iglesia.
El Convento de las monjas dominicas de San Nicolás, se fundó según Viera y Clavijo, por los años de 1626. Siendo su instaurador  Don Nicolás de Cala, clérigo presbítero, deseoso de fundar en la Villa de La Orotava un monasterio de monjas dominicas, donde pudiesen profesar, solicitó pasasen a la Villa norteña algunas religiosas de la Laguna, a quienes daba vivienda en sus propias casas. Pero aconteció la desgracia de que apenas se habían apeado las fundadoras, cuando el devoto presbítero murió de repente y, no queriendo sus herederos continuar las piadosas ideas del difunto, padecieron las religiosas notables incomodidades, pues sólo libraban su subsistencia y los adelantamientos del edificio en las limosnas de los fieles, de modo que éste no tuvo su complemento hasta que, habiéndose conferido el patronato, en 1632, a Don Diego Benítez de Lugo, les fabricó la capilla mayor con todo esmero. Desde entonces este célebre monasterio de San Nicolás obispo y su digna comunidad lograron toda suerte de conveniencias, estando bajo la dirección y obediencia de los religiosos dominicos. 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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