jueves, 8 de febrero de 2018

ARTÍSTICA CARROZA DEL AÑO 1920 DEL LUNES DE CARNAVAL DEL PUERTO DE LA CRUZ



El portuense don Juan Francisco González entonces compañero de oficina de la Cooperativa Agrícola Bananera de Tenerife, cuando yo ejercía de Jefe de Contabilidad de la misma en la década de los años setenta del siglo XX, me contaba que el carnaval del Puerto de la Cruz en la primera mitad del siglo XX eran esplendidos, los alrededores de la Plaza El Charco se llenaban de serpentinas y confetis hasta un metro de altura.
El maestro Jesús Hernández (fallecido) conocido cariñosamente por “El Villero”, me contó que el lunes de carnaval portuense era divino e impresionante, se vivía un autentico carnaval de lujo, con carroza decorativa y alegóricas al don Carnal, como esta que vemos en la foto arrastrada por bueyes. Cuando se prohibieron las fiestas, el lunes de carnaval pasó al lunes de las fiestas mayores de julio, seguían con el decorado de las carrozas, hasta que se restauraron los carnavales como fiestas de inviernos que volvieron al lunes de carnaval, pero esta vez a la reciente inaugurada avenida de Colón. La verdad que pasé mi juventud (final de los años sesenta y principio de los setenta del siglo XX) en el Puerto de la Cruz, los lunes de Carnaval a lo grande, el gentío era enorme de una 40.000 personas, turistas de toda Europa, y gentes de todas las islas y en especial de Tenerife. Las colas de automóviles llegaban por un lado a la gasolinera de Las Arenas y por el Otro desde el Empaquetado de Bananera, esto se ha degenerado a pasar el coso al sábado de Piñata, referente al hermanamiento con la ciudad alemana de Düsseldorf, como es posibles esto, la verdad que no lo entiendo. El hermanamiento con la ciudad germana es una cosa y el gran coso y el gran lunes de Carnaval en el Puerto de la Cruz era o es otra cosa.
En la panorámica vemos a esta artística carroza en el muelle pesquero portuense, año 1920, a la derecha las balconadas de la casa comercial inglesa YEOWARD, le sigue lo que fue el Convoy del muelle y a fondo la casa de La Aduana.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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