Fotografía
de los estudios Baeza, referente a la histórica Casa de Yeoward del Puerto de
la Cruz, con sus atractivos balcones y corredores de estilo canarios, pudo ser
la panorámica más preciosa de Europa. Y antes fue fonda u
hotel La Marina, ubicada frente al muelle pesquero del Puerto de la Cruz
(década de los cuarenta del siglo XX).
En primer acto a la derecha podemos ver la que fue pescadería
portuense, donde se adquiría entonces el pescado fresco, estaba confeccionada
de una celosías de madera color verde.
El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por
la Universidad de La Laguna, remitió entonces (05/02/2017) estas notas que
tituló; “EL
EJEMPLO DE ARTUS”.
Publicadas
en La Opinión de Tenerife el 4 de
febrero de 2017; “…Cien años atrás, en aquel lejano mes de
enero del año 1917, Europa aún se encontraba bajo el desarrollo de la Primera
Guerra Mundial cuyo origen se remontaba al año 1914. La contienda dejaba a su
paso toda una serie de consecuencias dramáticas. Sus efectos se dejaron sentir
en nuestro país mediante un importante incremento de la inflación y un evidente
malestar social transformado en la presencia de huelgas que derivaron hacía formas
de activismo en favor del derecho de los trabajadores. A esos hechos se unía la
propia situación inestable del Gobierno y la compleja crisis en Marruecos.
En un contexto dominando por innumerables
dificultades para la población civil destaca la presencia de un grupo de
personas que actuaron en la medida de sus posibilidades a favor de la población.
Canarias no escaparía a los efectos de ese conflicto y es curioso observar un
artículo publicado en el periódico La Gaceta de Tenerife, disponible para su
consulta en el portal Jable de la ULPGC. En su edición del 18 de enero de 1917,
apunta la gran labor desarrollada por Francisco Artus en pro del Valle de La
Orotava, en un contexto donde la precariedad llegaría “a los límites del hambre
generalizado en el proletariado”. ¿Quién era Francisco Artus y por qué se
destaca su acción? La Casa Yeoward, entonces representada por tal persona,
ofreció “un ejemplo de caridad y sacrificio que sería injusto no reconocer para
gratitud del pueblo tinerfeño, ejemplo de otros poderosos y elogios de todos”
tal y como recogería el mencionado rotativo. No cabe duda de que las
consecuencias de la contienda afectaron inevitablemente a la exportación desarrollada
por parte de la compañía, pero no dudaría Artus en continuar con el avance de
la empresa. De esa forma, y realizando un gran esfuerzo, saldría adelante con
el compromiso férreo de mantener “a todos sus empleados
con la integridad de su sueldo, lo mismo que a un crecidísimo número de
obreros, sin que en rigor los necesite”. Además, consciente de las complejas
condiciones en las que se encontraban muchas familias del Valle,
fundamentalmente en el Puerto de la Cruz, lograría dar “ocupación a 70 obreros
más, y ha abierto trabajos de construcción para colocar a muchos otros
necesitados”. Sin embargo, ¿cómo lograría desarrollar ese incremento en el
número de trabajadores? El autor del artículo apunta que Artus decidió poner en
producción la finca conocida como Casa Azul, transportando hasta allí importantes
cantidades de tierra desde La Paz; zona portuense conocida por su gran
importancia como terreno agrícola antes de su desarrollo en favor del turismo y
de cuya evolución se puede obtener un amplio análisis en la nueva obra del
historiador Nicolás González Lemus bajo el título El hotel Marquesa, La Paz y
los Cólogan en el turismo.
Se trataba de una labor de gran envergadura
que evidenciaba la finalidad de lograr “dar ocupación y comida a quienes
sienten los rigores del hambre”. No duda el autor en afirmar y reconocer que
“esta conducta es digna del mayor elogio que nosotros, como tinerfeños y como
cristianos, se lo tributamos, muy calurosos y sinceros especialmente para don
Francisco C. Artus, que se ha hecho acreedor a ellos por su nobilísima actitud”.
En definitiva, la acción de Francisco Artus
mereció ser destacada por sus contemporáneos en atención a un contexto dominado
por unas complejas circunstancias. Una obra y un legado que hemos querido
recordar mediante el presente artículo un siglo después…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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