Acuarelas en color de pintor portuense; FRANCISCO BONNIN, correspondiente a
un típico Rincón del Puerto de la Cruz (antigua casa de aduana), publicada en
la revista Hespérides correspondiente al mes de septiembre año 1926. Página 22
y 23.
A mí me agrada
el Puerto ¡no lo puedo negar ¡ y no' por las Bananas que pudiera exporta porque
yo, de esta fruta no tengo ni una sola, y ni trato con
“Faifes” , ni empleo el «Ardeola».
No soy
agricultor, ni comerciante ¡es cierto! ¡Pero es una <
burrada> lo que me gusta el Puerto! y no el Puerto así a secas; pues cuando
el Puerto digo, del Puerto de la Cruz hablo, lector amigo.
¡El Puerto!
Pueblo bello, alegre y soleado, entre las plataneras y la mar recostado; ¿qué
decir de sus chicas, las graciosas porteñas, tan simpáticas todas, t.an lindas,
tan risueñas?
¡SUs paseos
con música en la plaza del Charco: su pequeña bahía donde se mece un barco: el
infaltable «Yeoward que viene tantas veces son abrigadísimo cargamento de
ingleses.
¿y el
Taoro la meca del turismo insular magnifico escenario donde se ve la mar.
¡Oh la frágil
inglesa y la gruesa alemana, que nos traen los uso; de la Europa Lejana ¡ y en
la playa del Puerto se bañan sin ambages con sus trajes de baño (hay que
llamarlos trajes).
! Oh la gruesa
alemana y la frágil inglesa que nos enseñan todo lo que es corte y belleza.
“… ¡Puerto de la Cruz! Pueblo cosmopolita, amado por
todo lo que he dicho y por lo que he callado.
! Tengo mi corazón a tus gracias abierto
¡tengo mis
ilusiones ancladas en el Puerto!
A mí me agrada el Puerto, ¡no lo puedo
negar!
Y no' por las bananas que pudiera
exportar.
Porque yo, de esta fruta no tengo ni una
sola,
Y ni trato con “Faifes”, ni
empleo el «Areola».
No soy agricultor, ni comerciante, ¡es
cierto!
¡Pero es una < burrada> lo
que me gusta el Puerto!
Y no el Puerto así a secas; pues
cuando el Puerto digo,
Del Puerto de la Cruz hablo, lector
amigo.
¡El Puerto! Pueblo bello, alegre y
soleado,
Entre las plataneras y la mar
recostado;
Qué decir de sus chicas, las graciosas
porteñas,
tan simpáticas todas, tan lindas, tan
risueñas.
¡Sus paseos con música en la
plaza del Charco:
Su pequeña bahía donde se mece un barco.
El infaltable Yeoward que viene
tantas veces
Con abrigadísimo cargamento de turistas
ingleses.
Y el Taoro, la meca del turismo
insular
Magnifico escenario donde se ve la
mar.
¡Oh la frágil inglesa y la gruesa
alemana,
Que nos traen los usos de la Europa
lejana
¡Y en la playa del Puerto se bañan sin
ambages
Con sus trajes de baño (hay que
llamarlos trajes).
! Oh la gruesa alemana y la frágil
inglesa
Que nos enseñan todo lo que es corte y
belleza.
¡Puerto de la Cruz! Pueblo
cosmopolita, amado,
Por todo lo que he dicho y por lo que he
callado!
Tengo mi corazón a tus gracias abierto
¡Tengo mis ilusiones ancladas en el Puerto!
NIJOTA...”
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
Qué belleza!
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