miércoles, 14 de junio de 2017

PAUL OPIE, PREMIO MÚSICO DE HONOR DEL FESTIVAL DE MÚSICA DE CÁMARA VILLA DE LA OROTAVA 2014



Nació en Londres en 1962, se graduó en "The City University"(Londres), con matrícula de honor y luego en "The Guildhall School of Music and Drama" donde fue alumno de los oboístas Gordon Hunt (Filarmonía y Filarmónica de Londres) y James Brown (Orquesta de Cámara Inglesa). Fue premiado en los dos centros. Como miembro fundador del quinteto de viento "Espsilo" hizo su debut londinense en "The Wigmore Hall" dentro del festival de Edimburgo (la BBC Radio 3 retransmitió en directo la actuación) y obtuvo dos premios del Concurso Internacional de Colmar(Francia) en 1.984. Desde de Mayo de 1.986 es oboe solista de la OST y ha actuado en varias ocasiones como solista con la misma interpretando los conciertos de oboe de Strauss, Vivaldi, Marcello y Vaughan Williams. En 1989 y 1990 fue invitado al festival de Tanglewood en los Estados Unidos donde trabajó con los directores Seji Ozawa, Roger Nomington, Oliver Knussen y Leonard Bernstein, como primer oboe. Fue elegido oboe solista de la orquesta de Tanglewood antes de que lo cancelaran por la mala salud del director Berntein. Paul ha actuado como oboe solista invitado con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam(Holanda) en 1.989, y con la Filarmónica de la BBC(Manchester) participó en los Proms 1.991 de la BBC en "The Royal Albert Hall", "The Cheltenham Music Festival" y en grabaciones con dicha orquesta, discos de la música de Peter Maxwell Davies y de la novena sinfonía de Anton Bruckner.
Es oboe solista de la Orquesta Sinfonica de Tenerife desde el año 1986. Ha sido invitado como primero oboe a numerosas orquestas sinfónicas de gran fama internacional entre las que se encuentran: BBC Phiharmonic, City of Birmingham Symphony Orchestra. Festivales como: Tanglevood en el cual pudo trabajar con directores como L. Bertein o S. Ozawa entre otros.
Su experiencia como director de orquesta empieza en 2001 como director de la Academia de Estudios Orquestales de la OST.
Junto a esta orquesta ha realizado diversos conciertos muy importantes desde entonces.
Ha estudiado dirección de orquesta en: The Pierre Monteux School, en Mainé, Estados Unidos y en la Academia Sibelius de Helsinki.
Ha participado en el Festival de ópera de Tenerife, como director invitado de la Orquesta Ciudad de Granada, Festival Internacional de Medellín, y ha sido director asistente en la Joven Orquesta Nacional de España.
Una carrera magnifica que le ha hecho merecedor de este premio por parte del Festival de Música de Cámara de La Villa de La Orotava.
El 14 de julio del 2014, en el templo parroquial de Santo Domingo de Guzmán de ex convento dominico de San Benito, dirigió Concierto Mono grafico “Richard Strauss”, con el grupo de viento de Ensemble Villa de La Orotava, en el transcurso del evento pronunció estas interesantes palabras suyas: “…Muchas gracias. Tengo entendido que este premio pretende reconocer principalmente el trabajo que he realizado dentro de la Academia de Estudios Orquestales de la Sinfónica de Tenerife. Puede parecer extraño premiar el trabajo dentro de un proyecto que ya no existe. Me extraña a mí. 

Tengo que confesar que en el año 1986 cuando vi un anuncio buscando varios músicos para una orquesta española ni sabía situar Tenerife en el mapa. Tampoco, en el supuesto caso de sacar el puesto, tenía la intención de quedarme más que un par de años. Ya van 28. Yo en aquel entonces formaba parte de un Quinteto de Viento con un premio internacional y debuts en el Wigmore Hall de Londres y el Festival de Edimburgo en su haber. La orquesta española tenia plazas para los cinco y yo planteaba a mis compañeros la posibilidad de presentarnos todos. Al final me fui solo a la prueba.
 En mi audición el director de la orquesta Edmon Colomer me preguntó si, en el caso de resultar elegido, pudiera tener algún interés en dar clases en la isla. Le pareció primordial el hecho de formar los jóvenes músicos de Tenerife para más adelante contar con gente local para la orquesta. Dije que sí. Consideraba que sería un punto a mi favor. Fue una apuesta inteligente de mi parte porque unas semanas después me encontré en un avión rumbo a las Islas Canarias. No fue tan inteligente, sin embargo, coger el avión sin tener la dirección, número de teléfono ni el nombre oficial de la orquesta en cuestión. Me habían dicho que alguien iba al Aeropuerto a recogerme. Pues no fue así.
Bueno, los chicos de 23 años no suelen tener miedo y tardé una hora en encontrar un señor mayor simpático que trabajaba para el gobierno y me salvo. Hice de relleno de sándwich en el asiento trasero de su coche entre su mujer y su hermana camino a Santa Cruz. Me llevaba a un Hotel en la Rambla utilizado habitualmente por algunos invitados del Cabildo y acertó plenamente el señor. Casi cumpliendo las doce de la noche cuando entramos, el hotel tenía reservada una habitación en mi nombre. Y así empezó todo.
El afán del Maestro Edmon Colomer de formar jóvenes músicos españoles le llevo a abandonar la Orquesta Sinfónica de Tenerife un año más tarde para trabajar en un proyecto denominado la Joven Orquesta Nacional de España. La Jonde hoy en día cuenta con ex alumnos no solamente capaces de ocupar plazas en algunas orquestas nacionales sino puestos en las mejores orquestas a nivel europeo. He tenido la oportunidad de trabajar como profesor de viento madera y como asistente director con la JONDE y les digo que lo que menos me preocupa es el talento y la formación de los músicos y lo que más es la necesidad de mantener orquestas y otras instituciones culturales para que demuestran ese talento.
Mientras que el aprendizaje de la técnica de un instrumento es vital lo es igualmente la experiencia de tocar con otros instrumentistas en una banda, en grupos de música de cámara o en una orquesta. Hay que saber el repertorio. En el Reino Unido los conservatorios profesionales cuentan con un profesorado de músicos activos. Profesionales de las grandes orquestas. Su experiencia se traslada al alumno en una especie de relevo. Y son las experiencias cuando existe un hilo conector directo con el pasado que más me han impactado como alumno. He podido aprender el quinteto de Schoenberg con un miembro del Quinteto de Viento de Nueva York quien estrenó la obra en Estados Unidos después de una extensiva preparación con el mismo Schoenberg y he tocado una sinfonía de Copland con su amigo Leonard Bernstein. Experiencias inolvidables. Parece razonable entonces que los músicos de una orquesta se involucran en la formación de músicos de su entorno. Así pasan el testigo a la próxima generación.
Cuando el Maestro Víctor Pablo propuso el proyecto de una Academia de Estudios Orquestales mi intención y la de Ondrej Lewit el ex concertino de la Sinfónica, era pasar los conocimientos de los profesores de la OST en clases de Música de Cámara y repertorio orquestal y así crear un puente entre la vida de un estudiante de conservatorio y la vida de un profesional de orquesta. Se combinaba la preparación individual y en conjunto con unas clases magistrales de profesores miembros de las orquestas invitadas del Festival Internacional de Música de Canarias. La Academia a la vez pretendía ofrecer una alternativa o un escalón más antes de tomar el gran paso de estudiar en el extranjero o en la península con el gasto que conlleva.
 En ningún caso suponía la creación de la Academia una sustitución  del trabajo realizado en las escuelas de música  o en el conservatorio. Hay profesores en el conservatorio que han hecho un trabajo excepcional.  La escuela de percusión atrae incluso alumnos de fuera para estudiar aquí. Es cierto sin embargo que opino que una acreditación de una carrera de cualquier instrumento no sirve para acceder a un trabajo en orquesta si la única experiencia de tocar en conjunto del alumno en cuestión  ha sido la presentación de obras con piano al final del curso. Lo pensaba a finales de los años noventa y lo mantengo ahora.
Empezando con 16 alumnos la Academia llego a tener unos 60 miembros y una autentica cantera que presentó conciertos de música de cámara y sinfónicos. El Auditorio se llenó de familiares y amigos de los alumnos, así fomentando un interés en la misma OST y la música clásica en general. Este último punto me parece importante cuando en los últimos días se ha podido contrastar la diferencia entre el número de asistentes para la Quinta Sinfonía de Mahler con los de un concierto dedicado a la música para las películas de Batman. Batman ganó y por mucho. Quizás por su condición de superhéroe.
Y es que con un modelo similar a otras muchas escuelas en el mundo los profesionales de la Academia tocaron codo con codo con estudiantes. He podido colaborar recientemente con la Academia de la Filarmónica de Medellín en Colombia donde profesores invitados internacionales tocan con una orquesta profesional y los alumnos de su Academia las grandes obras sinfónicas. La sala se llena de un público para nada elitista. El entusiasmo del alumnado es impresionante y muchos alumnos vienen de una situación socio económico precario complicado lo cual da al proyecto una dimensión que trasciende lo puramente artístico.
La enseñanza en si por supuesto también trasciende el intercambio de información. El profesor está muy involucrado no solamente en crear alumnos sino también personas. Un antiguo profesor mío era fagotista aficionado y me daba clases particulares en su casa cada semana. Nuestra relación era muy especial. Y nos mantuvimos en contacto muchos años más. Nunca me pedía dinero para la clase pero dijo que si quisiera dejar algo que pusiera unas monedas en un bote de un ONG dedicado a la lucha contra el cáncer. Su mujer padecía la enfermedad. Una semana después de yo cumplir unos 15 años, este profesor se presentó con un regalo y se disculpó por no haberme felicitado en la última clase, el día de mí cumple. Su mujer había fallecido por la tarde ese mismo día. Totalmente asombrado le preguntaba porque no se había cancelado la clase. “Disfruto mucho con nuestras clase” me dijo, “ y me ayudaba desconectarme durante una hora” .
Yo he aprendido mucho dando clases y dirigiendo la joven orquesta. Cada persona es un mundo. Hay que animar a uno y ser más duro con otro. Espero haber aportado algo a alguno. Espero haber pasado el testigo adecuadamente como a mí me lo pasaron hace tiempo.
Me alegro muchísimo de los éxitos de los alumnos que pasaron por la escuela y con los cuales he tenido contacto como profesor en algún momento. Algunos miembros de la Banda Municipal, otros ya compañeros de la Orquesta Sinfónica, profesores en el conservatorio o en las escuelas de música y miembros de orquestas nacionales o internacionales. Doy las gracias a ellos por su trabajo y a todos los excelentes profesores que trabajaron conmigo en la Academia.
Desgraciadamente con el cambio del director titular en la OST y con la marcha de Don Víctor Pablo Pérez se perdió un apoyo esencial a este proyecto. A pesar de haber transcurrido 10 años continuos de informes positivos llegó la disolución de la Academia. Quizás se consideraba competencia desleal o no se le daba la importancia que creo que tenía. Una lástima cuando se pretendía solamente complementar la formación de jóvenes músicos y aprovechar los conocimientos de los profesores de la Sinfónica.
La Academia de Estudios Orquestales de la OST ya no existe. Puede parecer extraño. A mí sí me lo parece.
No obstante el relevo se ha realizado de todas formas. Cuando hace más de veinte años la Sinfónica actuaba habitualmente en La Sala Teobaldo Power aquí en la Orotava solía subir un niño de 4 o 5 años al escenario después de escuchar los conciertos. Un niño muy chiquitito pero con una ilusión muy grande. Más adelante empezó estudiar el oboe conmigo. Después de mucho tiempo hoy en día comparte atril a mi lado en la Sinfónica.
Cuando recientemente he visto una rueda de prensa del Festival de Música de la Villa de Orotava su Director Artístico Enrique Álvarez, ya bastante crecidito, ha referido a la “Apuesta a la formación de jóvenes profesionales de la isla” y me ha traído muchos recuerdos de la Academia de la OST. Quisiera felicitar al Festival por su importantísima labor. Quiero dar las gracias a todas las instituciones que apoyan esta iniciativa y animarles a cuidar y mucho lo conseguido hasta ahora para que este proyecto perdure en el tiempo.
Finalmente quisiera hacer mención de tres personas que ya no están entre nosotros. Derek Buckner, aquel fagotista aficionado de quien recibí clases hace  35 años. Mi profesor en el Guildhall School, James Brown ex oboísta de la Orquesta de Cámara Inglesa. Que me deleitó con historias de sus tiempos con Leon Goosens, el padre de los oboístas ingleses y con un joven director llamado Daniel Barenboim en los años sesenta. Y por último una dedicación especial a Don. Francisco Del Rey. Miembro del Patronato Insular de Música, muy aficionado de la OST, una persona  espectacular que nos ha dejado hace poco. Echo de menos su sabiduría, su apoyo y su amistad. Seguramente le habría gustado escuchar estos grandes músicos esta noche.
Muchas gracias a los tres, gracias al Festival y gracias a ustedes…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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