Construido en el año 1891
por el científico anglosajón George John Scarlett Graham Toler, Consciente de la
ausencia de un lugar para pernoctar los excursionistas a la montaña más
alta de España –El Teide-, en la tercera estructura
volcánica más alta del mundo que se encuentra formando parte del parque
nacional de Las Cañadas y que está sobre suelo declarado últimamente por la
UNESCO como patrimonio de la Humanidad, decidió construir un refugio en una explanada conocida como
Altavista.
George John Scarlett
Graham Toler, Nació en Londres en
1850, falleció en la Villa de La Orotava 1929. Era hijo único de una familia
acomodada inglesa de religión anglosajona, los honorables Otway Lortesene
Graham Toler y Henrietta Elizabeth Scatlett y nieto del distinguido Barón de
Abinger.
James Scarlett. Graham Toler se acercó a
Tenerife a la edad de 39 años con su cámara fotográfica y una caseta de campaña
con la que pernoctaría por diferentes puntos de la isla (Granadilla, Las
Cañadas, etc.) buscando el lugar ideal para la cura de su enfermedad.
Combinó el periodo de su convalecencia con
la toma de fotografías de Tenerife, dedicando un buen número de ellas al Teide,
montaña que admiraba como la totalidad de sus compatriotas.
El Refugio de Altavista fue propiedad
suya, quien lo cedió en el año 1927 al Ayuntamiento de La Villa de La Orotava,
para que fuera administrado por un Patronato formado por: Don José Monteverde y
Lugo, Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Casiano García Feo y Señor
Alcalde de La Villa de La Orotava. Dicho Patronato nombró administrador a Don
Casiano García Feo y Guía del Teide a Don José Bethencourt Miranda.
Haciéndose cargo del mismo en el año
1950, el Cabildo
Insular de Tenerife.
Restaurado y modernizado por el recordado
constructor villero don Manuel Martin Méndez, según proyecto del arquitecto y
alfombrista orotavense don Tomás Machado Méndez y Fernández de Lugo en los
sesenta del siglo XX.
Finalmente
fue reformado totalmente
en el año 2007, consta de dos edificaciones y está dotado de:
enfermería, salón, comedor y cocina. Tiene tres dormitorios comunes con una
capacidad total para 54 visitantes.
Las
estancias disponen de calefacción y las camas están totalmente equipadas con
sábanas y cálidos edredones -no
es imprescindible llevar saco de dormir-. Dispone de aseos sin
duchas.
No hay que
olvidar que un refugio no es un hotel, ni sin siquiera un albergue. Es algo que
los montañeros ya aficionados a la montaña entienden.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario