En el verano del 2012, sentado en lado sur de la Plaza de Franchi Alfaro de
la Villa de La Orotava, a la sombra de los Plátanos de Líbano
charlando con mi amigo de infancia; Ñete Polo Regalado. De repente sin darme
cuenta me reencuentro después de muchos años con la amiga de la Villa de La
Orotava; Aída Luque Hernández.
Una orotavense miembro de la Casa de Canarias de Madrid desde el año
2003.
Me remitió entonces (11/08/2012) las actividades que ejercen los canarios
en la sociedad madrileña, hablamos de la inactividad que sufre la vida
comercial y mercantil en nuestro pueblo de La Orotava, debido a la crisis que
padecemos todos los españoles.
Para conocerla mejor he tenido que dar a luz una entrevista suya que
guardaba en mis archivos, que me remitió su hermano y amigo, desde la infancia
en la Villa. Investigador y heraldista; Antonio Luque Hernández, entrevista que
le realizó la periodista canaria; Cristina González para el rotativo “Canarias
7”, correspondiente al sábado 24 de enero del 2009.
Intento exponer sus declaraciones, como fue a Madrid, y como llegó a ser
presidenta de la Casa de Canarias. Además la foto en la que la amiga
“Aída” está junto al busto de don Benito Pérez Galdós en la Casa de Canarias de
Madrid en la calle Jovellanos, es propiedad de su autor; Megui Hernández, que
al igual que la entrevista se publicó en el mismo periódico de “Canarias 7” de la
Provincia de Las Palmas de Gran Canarias.
Aída Luque ostentó la presidenta de la Casa de Canarias de Madrid
desde el año 2003. Desde su cargo luchó, pese a la falta de presupuestos, para
llevar un trocito de la cultura de las Islas hasta la capital de España.
Se fue de su ciudad natal, La Orotava, en el año 1977 para estudiar
en Madrid como muchos otros canarios. Cursó COU y después Ciencias Políticas
en la Universidad Complutense.
Comenzó a vivir en un colegio mayor; pero no estaba sola porque tenía ya
dos hermanas casadas en la ciudad. Asegura que ese momento fue la salida del
cascarón: “… ¿Fue muy duro al
principio cuando llegó a Madrid? Bueno, a todos los estudiantes nos pasa
siempre lo mismo. El primer trimestre que llegas a Madrid se te hace largísimo
y cada vez más corto, más corto y enseguida te adaptas. Los canarios tenemos
eso, que nos adaptamos a todo enseguida. ¿Qué es lo que más se extraña? No sé,
quizás al principio los amigos, vivir en casa. El mar lo echas de menos en
verano, porque en zonas de Tenerife, como La Orotava o La
Laguna, el invierno es invierno y no vas a la playa. ¿Y la comida? Un poquito
sí. Pero en Madrid se come bien. Quizás con el tiempo echas más de menos esas
cosas que cuando llegas porque lo que quieres ver son cosas nuevas y conocer
los alrededores. Es más fácil moverte. A mí por ejemplo, me encanta el tren.
Yo creo que como a casi todos los canarios. ¿Cómo conoció la Casa de
Canarias? Al poco tiempo de llegar a Madrid. En la capital se realiza desde
hace muchos años una ofrenda floral en el busto de Pérez Galdós, antes se hacía
en enero y ahora en mayo. Yo estaba en un colegio mayor de las Dominicas, que
se llamaba Nuestra Señora del Pino, y estaba muy vinculado con Canarias. En
aquella época llamaron al colegio y solicitaron chicas que fueran vestidas con
el traje típico para hacer una ofrenda floral por cada Isla. Esa fue la
primera toma de contacto aislada. Normalmente cuando los estudiantes llegamos
a Madrid no nos metemos mucho en este tema porque parece que estamos a otra
historia. Posteriormente empecé a trabajar en Caja Canarias y comencé a tener
contacto con la Casa de Canarias. Cuando realmente me interesé fue
cuando quise tomar clases para aprender a tocar el timple a finales de los
noventa. ¿Qué le pareció lo que ofrecía la Casa de Canarias? En ese
momento el local era otro en la calle Fuencarral donde estuvo situada muchos
años. La Casa de Canarias estaba pasando entonces por una mala
época. Es más poco después se cerró. Estaba en un local amplio sin vecinos pero
un poco antiguo. Tenía un alquiler que vencía el 31 de diciembre de 1999. Ahí
hubo una crisis porque se quedaba sin sede. El que era presidente en ese
momento tuvo negociaciones con el Gobierno canario para ver si se podía
comprar un local. Pero hubo muchas promesas que luego no se cumplían. Que si
sí, que si no. Y no llegó a nada. El presidente dimitió y hubo una crisis
importante y entró en ese momento otro presidente que fue Ángel Hernández, que
ya lo había sido con anterioridad y él fue el que cogió de manera
provisional la Casa de Canarias. Él se movió y consiguió que se
comprara en el 2000 lo que es la sede actual en la calle Jovellanos. Ya con
Ángel Hernández y en la nueva sede volvió un poco a tomar vida. ¿Cuál es la
función de la Casa de Canarias ahora? Es fundamentalmente un centro
de fomento de la cultura canaria. Se promueven las artes plásticas hacemos
exposiciones de pintura. De fotos y también de esculturas. Realizamos
presentaciones de libros conferencias viajes etcétera. Hay además un grupo
folclórico y un pequeño restaurante. Es un lugar donde se fomenta la
gastronomía un lugar de encuentro también para canarios. Se hacen muchas
cosas. ¿Se implican los canarios en este tipo de iniciativas? Regular. Al
canario le cuesta implicarse. La directiva de la Casa de Canarias se
vuelca mucho y trabaja, pero muchas veces la gente no valora el esfuerzo que
se hace porque luego les cuesta asistir a las convocatorias. Incluso hacemos
otro tipo de cosas, ya que he conseguido que nos hagan un precio especial para
dos funciones de teatro para ir en grupo y muchas veces tienes que estar
llamando y diciéndole: apúntate. Luego cuando la gente va sale encantada.
Siempre digo que si vas a la mitad de las cosas que hacemos estás al día Y al
corriente de todo lo que pasa en Canarias y con un buen nivel. El espíritu
cultural te lo llena. ¿No acuden porque no se enteran? Supongo que hasta habrá
muchos canarios que ni siquiera saben que existe la Casa. Claro que hay gente
que no la conoce. Nosotros tenemos alrededor de 4000 socios y sabemos de antemano
que cada acto va dirigido a un perfil de persona. Primero el ritmo de vida en
Madrid es muy duro y cuando los actos se hacen entre semana la gente no tiene
tiempo. Los de fines de semana a veces si estás en tu casa y Madrid es
grande, te cuesta moverte o llegar y dicen "Ya iré". Nosotros procuramos
que sea algo entretenido. Pasamos cines tenemos conciertos y hacemos hasta
teatro si se adapta al local Esas cosas que son más lúdicas las podemos hacer
el fin de semana para que la gente pueda venir. Estas navidades por ejemplo
tuvimos un concierto de villancicos precioso. ¿Acuden también personas que no
son canarias? A la gente que más le interesa es la que vive en Madrid Tenemos
muchos socios no canarios también. Algunos vienen, les gusta lo que ven y
repiten. Otras cosas que tenemos y que tienen mucho éxito son las escapaditas
de fin de semana. Estuvimos en el puente de diciembre en la zona de Cazorla, en
Almería. Luego hacemos un viaje al año más importante que salimos fuera de
España. Hemos ido a Cuba. Hay muy buen ambiente. Son viajes para viajeros. Si
surge algo con canarios lo miramos. Un año estuvimos en Rusia siguiendo la
ruta de Agustín de Betancourt. Cuando estuvimos en Jordania lo único que
encontramos fue que las cabras que hay en Petra son un regalo de Fuerteventura.
¿Cómo se financia la Casa de Canarias? Ese es el tema más
problemático. Recibimos ayudas del Gobierno de Canarias y también buscamos
patrocinios de empresas la fuente de financiación más importante y más estable
son los socios, pero con eso no hacemos mucho. Nos presentamos a todas las
ofertas del gobierno de Canarias e incluso de la Comunidad de Madrid,
pero son pocas e insuficientes. Este año se presenta negro porque sabemos que
los presupuestos del propio Gobierno han caído en un 40% y eso repercute en las
ayudas. Pero seguimos luchando. ¿Es posible saber cuántos canarios residen en
Madrid? Es difícil saberlo porque la mayoría siguen empadronados en las Islas
por los descuentos. Si fuera posible que nuestros socios tuvieran los mismos
descuentos que un residente a lo mejor cambiaba mucho la situación. Pero es muy
difícil de controlar. Creo que hay muchísimos canarios en Madrid más de
100.000. Además han empezado a cambiar las cosas, porque antes la mayoría eran
estudiantes universitarios que se quedaban. Ahora ya hay otro tipo de gente
que viene aquí como directores, actores, etcétera, que vienen a buscarse la
vida cuando terminan los estudios. Según su experiencia. ¿Al canario le gusta
viajar? No sólo le gusta, sino que está acostumbrado. Es un buen viajero
porque sabe buscar los sitios y se interesa por las culturas y las
tradiciones. ¿En el restaurante que tiene la Casa se ofrece comida
canaria? Tiene un toque canario dentro de lo que se puede aquí por cuestión de
suministros y de materia prima. Sí tenemos vinos quesos, tapitas, papas
arrugadas. La señora que cocina, que es de Las Palmas hace ropa vieja, pata,
salmorejo. ¿Qué es lo que suele interesar más de lo que ofrece la Casa?
Hay dos cosas que llaman mucho la atención: la gastronomía y el folclore. Se
interesan por conocer que es una parranda, el baile, el timple. Hacer una
reunión alrededor de una guitarra al canario siempre le gusta. ¿Qué tipo de
cursos ofrecen? Música, clases magistrales de canto con María Mérida, de
guitarra, de timple... Ahora se inicia un curso de escritura, de poesía.
También de teatro, filosofía, se dio de protocolo. De todo lo que se te ocurra.
Siempre y cuando se pueda adaptar al local porque no tenemos mucho espacio.
¿Qué fiestas son Ias que más éxito tienen? La de Carnaval y la del Día de
Canarias son las más importantes. Son los dos momentos puntuales donde más
canarios se acercan. La de Carnaval la estamos ya preparando. Llevamos varios
años organizándolas, normalmente con una temática. Este año no hemos definido
todavía el tema. Hemos hecho varios años la fiesta de los indianos como
en La Palma. Se premian los disfraces y hacemos bailes. En Madrid
intentan celebrar el carnaval pero no le sale (risas). Es febrero y hace un
frío horrible. La de la calle no termina de arrancar aunque si se hacen
fiestas en privado. La del Día de Canarias es una cena y es más formal. Se
entregan los premios de la casa, al socio del año y el Gánigo de honor que se
da a una persona física o jurídica que se considera que haya hecho algo a favor
de Canarias. Lo han recibido, entre otros, Martin Chirino, el Festivalito
de la Palma, el Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo
Saavedra, Alfredo Kraus en su momento y muchos otros. ¿Los políticos se
interesan cuando van a Madrid? Sí. Es que estamos al lado del Congreso. Nos
conocen. Los diputados y senadores vienen de vez en cuando. Hemos hecho
encuentros entre canarios, políticos y periodistas. Incluso se presentan los
programas cuando hay elecciones. ¿Qué le gustaría conseguir para la Casa?
Me gustaría tener más presupuesto para poder dar más oferta. Hay cosas que son
de pago y que me gustaría traer, pero no se puede. Se podrían hacer más cosas.
Me gustaría tener un sitio más grande porque tendríamos más actividad, como
corales o grupos de baile que se ofrecen a venir y no tenemos donde hacerlo.
¿Cuál sería el número de socios ideal? Lo tengo pensadísimo (risas). Con 1.500
sería feliz y tendríamos el presupuesto equilibrado, aunque estamos un poco alejados.
Nos gustaría poder tener un edificio para instalar un buen restaurante, donde
podría haber una oficina de turismo y la del Gobierno de Canarias. ¿Qué visión
tienen los madrileños de Canarias? Que es un sitio de veraneo, de buen clima.
Canarias es El Dorado casi, por el clima y la gente amable. El canario aquí es
muy bien recibido, no como ahí con el peninsular. Todo lo contrario. Pero
nosotros pretendemos que Canarias sea algo más que turismo de sol y playa y de
¡qué gracioso! y del plátano. Queremos fomentar el turismo de deporte y sobre
todo el cultural. Que sepan que el canario es algo más, que hay pensadores,
escritores, filósofos, políticos. Que Canarias tienen vida más allá del
turismo y que tenemos nuestras tradiciones que mantener y potenciar. Eso es lo
que hay que fomentar…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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