Artículo
de; JOSÉ TOMÁS DE LEÓN FREGEL que remitió entonces (2001) la historia de Lázaro
y sus Camellos: “…En los primeros años de la década
de los 50 llegó al Puerto de la Cruz Lázaro con sus camellos, proveniente del
barrio santacrucero de San Andrés. Su primer cometido fue trasladar
con sus animales la arena del barranco a las nuevas y pujantes construcciones
turísticas que se alzaban en la ciudad y que aumentaban el circuito hotelero
que ya comenzaba a existir el siglo anterior.
El inolvidable Antonio Ruiz, al que esta ciudad debe
tanto, le propone que se quede aquí para pasear con sus camellos a los
turistas que nos visitaban. Lázaro acepta hacerlo por una temporada en prueba,
siempre a cambio de que le proporcionaran un lugar donde cobijar a los animales
y alimento para ellos, a lo que Antonio Ruiz se pone en contacto con los
hoteleros y ellos aceptan encantados.
Fue de esta forma como comenzaron Lázaro y sus camellos
a convertirse en un símbolo muy pintoresco y destacable para Puerto de la Cruz.
Sólo le recordamos siempre alegre, cantando sobre sus camellos y bromeando
con los clientes que se divertían mucho con semejantes bromas y ocurrencias. Su
itinerario normalmente recorría las avenidas de Colón y Generalísimo, aunque no
era raro verlo por otras calles del Puerto e incluso por las carreteras
del Valle de La Orotava.
La figura de Lázaro caló hondo, e impresionó tan
positivamente a todos los turistas extranjeros y peninsulares que pronto
fue imitado en otras zonas turísticas, como en la playa de San Juan, en
la provincia de Alicante, o también en Lanzarote, para pasear a los
turistas ascendiendo la Montaña del Fuego.
En la actualidad podemos encontrar en municipio de El
Tanque a un grupo de camellos que se explotan con fines turísticos, y vistiendo
a los usuarios con chilabas y gorros, como a los marroquíes, lo que considero
un error. Lázaro nos hacía una gran promoción turística gracias a las
fotografías que tomaban los turistas y que luego eran mostradas a sus
familiares y amigos en su país, tanto así que por entonces se mantenía que
Lázaro era el personaje más fotografiado de toda España. Lázaro no ponía precio
fijo para sus paseos en camello, ya que siempre sólo pedía la voluntad, y nadie
recuerda una cabalgata de Reyes Magos en la que faltaran sus camellos, mientras
él estuvo aquí.
Fue de esta forma como Lázaro estuvo en Puerto de la
Cruz por espacio de unos treinta años, hasta el día en que desde el ayuntamiento
le remitieron una factura por unas cien mil pesetas, de acuerdo con lo que
ellos consideraban que éste debía por el consumo de agua de sus camellos.
Lázaro, incapaz de reunir semejante cantidad de dinero de otra forma, se
vio obligado a vender los camellos para hacer frente a
la deuda, desapareciendo de esa forma esta figura tan emblemática y reconocible que hacía un poquito más agradable y especial la estancia de los visitantes, y que tanto impresionaba y hacía reír a nuestros hijos…”
la deuda, desapareciendo de esa forma esta figura tan emblemática y reconocible que hacía un poquito más agradable y especial la estancia de los visitantes, y que tanto impresionaba y hacía reír a nuestros hijos…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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