Busto de Granito sobre pedestal de cemento del doctor don José García Estrada
correspondiente al año 1963, autor; Cejas Zaldívar.
Ubicado en la Plaza del doctor don
Joaquín García Estrada
El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ, Graduado en Historia por
la Universidad de la Laguna, remitió entonces (06/12/2015) estas notas que
tituló; “EL CENTENARIO DE UN HOSPITAL
Y JOSÉ GARCÍA ESTRADA (1915 – 2015)”.
Publicadas en el periódico
"La Opinión de Tenerife" el
día 05 de diciembre de 2015: “…En la obra Los Realejos, un siglo en
imágenes, el investigador Álvaro Hernández Díaz realiza una introducción en la
que ofrece diferentes datos que permiten obtener una aproximación al devenir
histórico del núcleo realejero a lo largo del siglo XX, destacando la
inauguración de un hospital en Los Realejos en 1915. Con la finalidad de
ampliar y recordar tal efeméride, nos remitimos a las actas de la sesión del
Ayuntamiento del Realejos Alto con fecha de 30 de noviembre de 1902, en la que
se vio la instancia presentada por un joven licenciado en Medicina y Cirugía llamado
José García Estrada (1871-1945), tras la renuncia emitida del que hasta
entonces había sido médico titular del pueblo, aceptando la comisión autorizar
su nombramiento. En 1915, el mencionado médico tendría una participación
destacada a partir de la autorización del Gobierno Civil al Ayuntamiento del
Realejo Bajo para la creación de un hospital civil o casa de socorro. Múltiples
peticiones se habían generado a favor de la construcción de un espacio de tales
características, siendo representativa la reclamación del regidor síndico en
sesión del 31 de enero de 1915, justificando la necesidad de construir un
espacio de tales características ante la dispersión geográfica de los
diferentes núcleos del municipio y los efectos negativos que sobre la población
generaba tal circunstancia. La propuesta sería acordada por unanimidad por
parte de los miembros de la corporación, afirmando aprobar la creación de “un
hospital o casa de socorro donde puedan acogerse los enfermos pobres de la
localidad, cuya institución benéfica correrá a cargo del presupuesto
municipal”.
En la sesión del día 4 de abril
de 1915 del Ayuntamiento del Realejo Alto, siendo alcalde Domingo Pérez Reyes,
se dio cuenta del oficio del Gobernador Civil concediendo autorización para la
creación de tal infraestructura sanitaria con fecha de 29 de marzo de 1915, tal
y como señala Álvaro Hernández Díaz en la obra anteriormente mencionada. Por
parte de la Corporación se procedería a la fijación del personal y todos aquellos
elementos necesarios para el funcionamiento del referido establecimiento
sanitario.
En consecuencia, enterado de
todo ello el Cabildo Municipal y previa discusión sobre tal asunto, se acordó,
por unanimidad, ubicar el referido hospital civil o casa de Socorro en el
núcleo de San Agustín, determinándose establecer de forma inicial tan solo
cinco camas. En sus inicios, el personal estaría compuesto por una enfermera y
un practicante. Además, sería importante destacar la asistencia gratuita que el
facultativo de la localidad pasaría a comprometerse a prestar para todos los
enfermos que ingresaran en el establecimiento, exponiendo la posibilidad de
aumentar el número de enfermeras o sirvientas atendiendo a las necesidades que
fueran surgiendo. Se nombra provisionalmente administrador a Pedro Rodríguez
González, alcalde (de barrio) del expresado lugar, bajo la dirección del
alcalde-presidente y de la comisión de beneficencia respectiva de acuerdo con
el médico titular. Asimismo, se acepta el donativo de madera y algunos muebles
por parte de Manuel García Estrada y otros vecinos de la población. Finalmente,
la generosidad del pueblo quedaría reflejada a través de la donación de 1250
pesetas destinadas a contribuir al mantenimiento del hospital.
En definitiva, nuestro artículo ha
pretendido servir como recuerdo a los cien años de la inauguración de una
infraestructura sanitaria de notable importancia en el núcleo de Los Realejos a
inicios del siglo XX; y, por otra parte, rendir homenaje a su fundador, José
García Estrada. A setenta años de su muerte, su recuerdo aún continúa presente
en todos aquellos que le conocieron o han oído hablar de su vida y obra…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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