jueves, 8 de febrero de 2018

DON BUENAVENTURA DE LA ROSA EN EL RECUERDO



A Buenaventura de la Rosa le conocí en mi infancia cuando coincidíamos con mi padre Juan Álvarez Díaz en el estadio municipal Los Cuartos de La Orotava, era un buen ebanista, tenía su taller de carpintería que luego adquirió Adolfo Padrón en la calle Castaño (actual Doctor Domingo González de Chaves y García), frente a la calle histórica que en su día se llamó “Tira la Manga” (actual calle de La Candelaria El Lomo).
Al final de la década de los años sesenta del siglo XX, trabaja para la firma orotavense de sucesores de Miguel Herreros en el ramo de la construcción, como encargado del edificio de cinco plantas para viviendas y salones comerciales con sótanos que entonces se construyó y fue una novedad en la calle El Calvario esquina con la calle García Beltrán, donde estaba el hall del inolvidable Hotel El Suizo del recordado patrón Don Nazario García.
En este último lugar entablé amena amistad con el recordado Buenaventura de la Rosa “Sénior”, trabajaba muy cerca de mi residencia habitual y casi siempre me lo tropezaba en la misma calle El Calvario de La Orotava dirigiendo y organizando el trabajo de la construcción del edificio mencionado. Un día en el bar El Suizo (muy cerca de su trabajo), donde cada hora acudía a tomarse un vaso de agua carbónica de los antiguos sifones, me indicó que en el tiempo en la Orotava solo se conocían “dos” hombres con el apelativo  “Bruno”, su padre Bruno de la Rosa y mi abuelo materno Bruno Abréu Rodríguez.
El desaparecido bar El Suizo de Paco Polo (abuelo, y nieto) entonces era el lugar estratégico y neurálgico del Baloncesto en la Orotava, allí acudían jugadores, técnicos y directivos del reciente creado club AA. AA. Salesianos, siempre era secreto del sumario, las técnicas y las jugadas que se iban a realizar los domingos al medio día en la cancha anexa al local en la Plaza de Franchi Alfaro. Buenaventura de la Rosa “Sénior” que siempre participó en estas tertulias deportivas y cestitas indicó que tenía un hijo que se llamaba como él y que medía dos metro de estatura, trabajaba en los almacenes de la firma comercial de los Herederos de don Miguel Herreros y que jugaba al fútbol de portero en el Iberia. Se le propuso que lo trajera a jugar al Baloncesto, como escaseaban hombres de altura para el CB. AA. AA. Salesianos, era evidente su incorporación.
Buenaventura de la Rosa Hernández “Junior”, se incorporó inmediatamente a los entrenamientos del CB. AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro), a la orden de Vicente Vivas (primer entrenador nacional de La Orotava), empezó aprender el juego de la canasta, desde cero, pero un día se presenta en la Cancha orotavense en el trofeo de María Auxiliadora el Junior del CB. Real Club Náutico de Tenerife dirigido entonces por el fallecido y recordado Pepe Cabrera, al verlo, solo se fijo en la estatura, ofreciéndole irse con ellos para formar parte de la plantilla del CB. Real Club Náutico Junior. Eran los tiempo del que el CB. Real Club Náutico jugaba en la primera división del baloncesto Español (actual ACB), la cancha de la Avenida Anaga de Santa Cruz de Tenerife era entonces una quimera donde se le ganó al potente CB Juventud de Badalona (de Nino Bucató, Alfonso Martínez, Enrique Margall..) por un punto de diferencia en un día de Reyes, tras una excelente canasta en el último minuto del lagunero Yusi.
Venturita “Junior” triunfó en el baloncesto capitalino con los colores del Real Club Náutico de Tenerife, fue internacional absoluto en la categoría Junior, finalmente defendió los colores del Canarias Caja Rural de La Laguna también en la división de Honor.
En el deporte Buenaventura de la Rosa “Sénior” también fue un referente tanto como aficionado en su momento, como delegado primero del desaparecido Club de Lucha Echeyde de la Orotava, y posteriormente del Club Baloncesto AA. AA. Salesianos, siempre amante de la cantera y del deporte base con un magnífico trabajo como hombre social, amable, abierto al dialogo, sincero con su propia persona y atento con su jugadores en los terrenos donde actuaba bajo su responsabilidad de su equipo de reseña, siempre predicó la necesidad del trabajo, sacrificio, esfuerzo, acompañado de los más variados buenos consejos.
Solo tengo una anécdota del fallecido Buenaventura de la Rosa “Sénior” (que según el amigo Antonio Santos Cruz entonces presidente del club, viajó por primera vez en su vida a la isla de la Palma, con el CB. AA. AA. Salesianos), sucedió en un partido de baloncesto amistoso o de campeonato de María Auxiliadora en la Cancha de Franchi Alfaro de la Orotava, en un enfrentamiento entre el CB. AA. AA Salesiano (actual San Isidro) y el Real Club Náutico de Tenerife, donde como siempre estaba sentado en la silla de rigor como delegado del equipo de la Villa. Fuera de la cancha, como espectador, detrás de las rejas del parque infantil, estaba nuestro amigo y convecino José Luis García conocido por el Barbero (nos pelaba a pelos largos como la época, a petición de hora previa), al cual se le ocurrió meterse con Venturita “Junior” que entonces defendía los colores del Real Club Náutico de Tenerife. Su padre Buenaventura de la Rosa “Sénior” en varias ocasiones desde el banquillo del equipo local le llamó la atención, que se callara, como no lo hizo, se personó cerca del amigo José Luis, y le dio dos tortazos, la verdad que esto se quedo en una simple anécdota, pues la honradez y la amistad siguió como siempre se le caracterizó en su persona.
Buenaventura de la Rosa, nació en La Orotava en el año 1926, hijo de Bruno y Juana naturales de la Villa de La Orotava, casó con la también dama orotavense Concepción Hernández Delgado, tuvo seis hijos; Buenaventura, Concepción, Juani, Carmita, Candelaria y Esther, falleció prematuramente siendo aún joven con 48 años de edad (1974), víctima de una cruel enfermedad. No hacía mucho que había abandonado su delegación de su querido club AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro, a pena conoció a su club con  la nueva denominación), sus cincos hijos fueron unos auténticos baluartes en el deporte del cesto: Venturita en la división de honor (actual ACB), y Concepción, Juani, Carmita y Candelaria primero en el CB. Femenino AA. AA. Salesianos (exento Candelaria), y posteriormente (las cuatros) en el recordado CB. Medina Orotava que realizó una gran campaña en la década de los años setenta del siglo XX. La menor Esther, no jugó con posterioridad al baloncesto femenino, pero si fue una acérrima aficionada del CB San Isidro, e incluso lo sigue siendo en la actualidad.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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