Territorio conocido en la Villa de La Orotava por “LA GARROTA” situado al final de la histórica calle
Zacarías (actualmente Pescote) en La Villa Arriba muy cerca del Barrio de
Farrobo. Detrás del conocido Molino de gofio de las cuatro esquinas, el séptimo, que ha conservado hasta
nuestros días intacta su maquinaria tradicional, aunque no se encuentra en uso,
está situado en la misma calle, dando al sur con Pescote “Calvo Sotelo” y al
norte con Figueroa. Compartían su titularidad el Marqués de la Candia Don
Segundo de Franchi y María Benítez, hija y heredera del Señor de la Alegranza,
Bartolomé Benítez de Lugo, perteneciente a la rama de los Benítez de las
Cuevas.
En lateral de
la fotografía existió un descampado de tierra que no sólo se utilizó para el
ocio sino también para hacer la venta de los productos agrícolas.
Este terreno,
los muchachos del Barrio, lo convirtieron en un pequeño campo de fútbol que durante
tres décadas del siglo XX juntamente con la plaza del templo
parroquial de San Juan Bautista en Farrobo y la pista del Campo de Tenis en la
Torrita fue la gran escuela de futbolistas de La Villa de Arriba (La Orotava).
En estas pistas se anticipo lo que en años después iba a convertirse en el futbol
sala.
El único
material que tenía esas canchas para la práctica del balompié era la recordada
pelota de fabricación artesanal, cuyos materiales eran hojas de bananas y el
papel de bolsas de cementos, y una piedra en el punto central de la bola. Con
este simple material que en la actualidad se rebuzna, salieron futbolista con
una calidad que muchos quisiéramos tener en la vida.
El amigo desde la
infancia de la Villa de La Orotava, compañero de docencia; JESÚS GARCÍA DELGADO
remitió entonces (25/02/2016) estas notas: “…No cabe duda de que el entorno ha
cambiado un poco. De estar apoyado en las balaustrada, como llamábamos al
lugar, y ver una panorámica estupenda de toda la calle y de la zona baja del
Valle, así como las huertas de platanera de Francisco Torres, la casa de
Melchor Escobar, calle de Figueroa, "mi" campo de La Garrota, las
cabras de Adrian, Juan, El Caballero,..."La Mariposa", "La
Cafetera", "La Mocha",...La Casa de La Garrota, donde vivía
María del Carmen "La Perdorina" y Micaela "La Coja", con
sus hijos Jesús, Santiago, María del Carmen, Chita, ...y junto a ellas el fiel
compañero de Doña María del Carmen, Patricio "El Mudo" , ya que su
marido, Juan Salazar "Chinina", estaba más "dentro que
fuera", me refiero a la cárcel, y solo por simples delitos, que a veces ni
cometía él, y al fondo, como vigilando todo lo expuesto, y más, ese maravilloso
molino de las Cuatro Esquinas, con su precioso arco de tranquil, que era
alimentado con agua que era conducida por la canal aérea, al igual que en la
calle Marqués, pero que luego fue sustituido, al abrir la calle y conectar con
Pescote, por una canal de mampostería. La casa de Don Pedro Pérez (Pedro de
"El Poyo") y Doña Eladia Hernández, era de antigua construcción, con
cubiertas de teja árabe, a cuatro aguas, prototipo de las que en la zona
existían. Tenía su vivienda de una planta, con entrada por la calle Zacarías,
piso de madera y al final corredor o mirador hacia el Norte, con escalera de
acceso a la planta baja o semisótano con bodega, con piso de tierra, y zona de
despacho, donde se comían buenos armaderos, sobre todo de carne cabra (que
mataba su sobrino Jorge, en una pequeña y antigua casa que tenia Don Pedro en
la misma calle, después de la carretera, frente a la barbería de don Antonio
Álvarez "El Tacón", con solar,
donde jugábamos al boliche y servía de "secadero" a las personas
mayores que cogían el sol de la mañana, y donde fabricó el actual edificio, su
hijo Chicho que en esos momentos estaba en Venezuela, casado con una hija de
Don Pedro Cruz), con entrada por la calle Limonero, una calle hoy muy remozada
y cómoda, pero no tanto en aquella época a los que salían de la bodega un tanto
"inestables" y tenían que bajar o subir las rampas de la calle. Tenía
la casa un patio o huerto, con un gran ciruelo (creo que se laman japonesa,
eran , cuando maduraban, amarillas grandes), debajo del cual tenían una mesa,
donde en verano jugaban al tute o al pericón José Carrillo, Pepe "el
Sordo", Chicho "Fuma", Antonio "Tacón" Hijo, Emilio
"El Cañón", Ventura "El Cagalera", Miguel Hernández,
"El Perrinche", mi hermano Vicente "Vital", etc., más menos
los mismos que jugaban también, los lunes en casa de Domingo González "El
Cruzantero" . Por debajo del patio o huerto había una serventía que desde
la calle Limonero llegaba a las traseras de la casa de Don Ignacio "El
Cubano", un caballero en todos los sentidos, con su presencia impecable de
metre y su hija Mercedes, conocida por nosotros por "La Cubana" . No
quiero seguir hasta la calle Nueva porque sería muy pesado estar enumerando y
plasmando las características de casas y personajes. Los que jugábamos en el
campo La Garrota teníamos mucho cuidado que la pelota no cayera en al patio y
sobre el ciruelo, porque entonces adiós pelota. Don Pedro y Doña Eladia,
estupendas personas, tuvieron cinco varones: Nilo, Chico, Imeldo, Tomás,
Juanito, y una sola hembra: Esther. Todos
fantásticos hijos, emprendedores, casi todos, menos Juanito, emigraron a
Venezuela. Imeldo, me acuerdo cuando en la Escuela de La Alhóndiga o Escuela de
Niños y Niñas nº 1 de San Juan, como oficialmente se le llamaba, verlo
prepararse para entrar en la Escuela Náutica, con Don Francisco Pérez Saavedra,
mi gran maestro, y el de muchos de nuestra época, llegando a ser el Capitán de
Marina Mercante más joven de España Luego dejo lo de marino y fue a Venezuela a
dar con sus hermanos. El que era de la edad mia y solo nos llevábamos un mes
era Tomás, y Juanito (Juan Manuel), el menor, gran estudiante, estudio
Ingeniería en Madrid. En fin, muchos recuerdos nos trasladan a aquella época,
donde muchos personajes, que sería imposible enumerar y hacer una simple
síntesis de ellos: vecinos, vivencias con ellos, pero sobre todo de mis amigos
de infancias y juegos, entre La Garrota y Plaza de San Juan…”
MI amiga de la
Villa de La Orotava; MARÍA LUZ RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, remitió entonces (25/02/2016)
estas notas: “…La Garrota, lo conozco bien,
en esa chabola, vivía una familia, allí llevaba sus cabras Adrián el cabrero,
las ordeñaba y vendía la leche, incluso recuerdo que se instalo allí un circo ,
al que me llevaron de pequeña, alguna vez también me escapé con las amigas a
correr y jugar como locas…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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