El amigo desde la infancia en el Llano de La
Villa de La Orotava; SEGUNDO SACRAMENTO DOMÍNGUEZ, remitió entonces (2009)
estas notas que tituló; “BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES”: “…Alrededor de 30.000 personas, venidas de todas las islas e
incluso los emigrantes del hierro y sus descendientes desde Venezuela y de
otros lugares del mundo, se dieron cita para acompañar a la “Madre Amada”, la Virgen de los Reyes, en su
peregrinar desde su Ermita, donde pacientemente espera cuatro años para su
traslado hasta la capital Valverde y luego a los distintos pueblos de la isla.
Con esta romería se da cumplida cuenta de los votos que hicieran las
autoridades y vecinos herreños allá por el año 1.741 a la Virgen de lo Reyes por
concederles la lluvia tras una larga sequía.
La jornada comienza muy temprano, en la madrugada del día cuatro
de julio, los peregrinos de todas las
edades se acercan, por distintos medios,
a la Ermita de
los Reyes para
recoger y acompañar a la Virgen
en todo su camino. Tras la misa que se celebra a las 5 a.m. las autoridades hacen
entrega de la imagen de la
Virgen a los porteadores, bailarines y pastores que irán
acompañándola con sus danzas durante más de 16 horas hasta llegar a Valverde.
Todos los bailarines, indiferentemente de su edad o sexo, van
ataviados con unos peculiares pantalones blancos cubiertos por una falda calada
adornada con cintas rojas, un delantal rojo y pañuelo del mismo color al
cuello. Lo que distingue y caracteriza a los bailarines son los sombreros
llenos de colorido con plumas, papeles de colores u otros aditamentos, además
de cintas de colores que les cuelgan por detrás del tocado ondeando al viento
que diferencian a los distintos pueblos.
A lo largo del recorrido los grupos de baile que representan a
los distintos pueblos que irán turnándose en un curioso intercambio al son de
los tambores, chácaras y pitos, dirigidos por los “guíos”, que son los pastores
que acompañan en cada tramo al grupo de bailarines que incansablemente danzan
ante La Virgen
mientras avanzan en su camino hasta la próxima Raya (límite imaginario de un
pueblo a otro) donde se deberá producir el relevo de los bailarines y
porteadores hasta La Raya
siguiente donde les esperará otro grupo
de bailarines de la zona por donde pasan. Estos llegan con la bandera española
en lo alto de una larga pértiga con el nombre de la zona del grupo que
acompaña, además del santo patrón de su pueblo que hará de pareja acompañante
de la Virgen.
Sobre el medio día se dan cita los bailarines y acompañantes de
los distintos pueblos desde la zona del Cepón con sus Santos Patronos hasta el
Corso de la Virgen,
del Golfo, Isora, San Andrés, el Mocanal-Norte, en esta ocasión Valverde no
estuvo presente en el encuentro en la
Cruz de los Reyes, donde danzaron al son de sus chácaras,
pitos y tambores en honor de la
Virgen, para luego proceder al recitar de las loas a la Virgen, al pié de la Cruz de los Reyes donde
descansa, que distintos acompañantes dedicaban a la Madre Amada, con
gritos de vivas “Viva la Virgen,
Viva”. Miles de peregrinos venidos de todas partes se asientan en el lugar en
un emocionado encuentro con La
Virgen.
Con la tendida de manteles, otra curiosa actuación de los
herreños en este acto, de tamizar el monte con manteles para tomar un
refrigerio antes de continuar la marcha acompañando junto con todos los Santos
Patrones a La Virgen
una hora después se termina la estancia en el lugar reanudando la romería hasta
la siguiente Raya de El Cepón, donde el pueblo del Pinar entrega a La Virgen al pueblo del
Golfo. De ahí a la de La Llanía donde recibe a La Virgen el pueblo del Pinar,
en La Raya de la Mareta la recibe el pueblo
de Isora, en la raya de la Cruz
del Niño es el pueblo de San Andrés quien se hace cargo hasta llegar a la Cuatro Esquinas,
donde en una explanada con tres trocos aserrados, uno de ellos adornados por un
centro de flores, en otro apoyan a La Virgen para un descanso con
vistas a San Andrés, treinta minutos después la comitiva reanuda a marcha hasta
La Raya de las
Cuatro Esquinas, el pueblo de San Andrés hace entrega de la Virgen al pueblo de
Mocanal-Norte, ya sobre las 20 horas en La Raya de Tejegüete, se hace un primer intento de
entrega de La Virgen
a la Villa de
Valverde y es aquí donde se produce un pequeño altercado, de los que suelen
ocurrir en las entregas cuando el que la entrega no considera que se ha
acoplado como mandan los cánones de la tradición. En las entregas en las
distintas Rayas los bailarines que recogen deben de acoplar sus toques de
tambor y de pitos (flautas), ritmo y sonidos al que los que la traen y de no
ser así se niegan a hacer el relevo, lo que provoca mucha tensión en los ya
cansados bailarines y tocadores que en los últimos tramos sudorosos y agotados
no están para muchas bromas, cuando en condiciones normales el acople se
produce, los bailarines que entregan se abren en líneas para que los bailarines
que recogen entren , los del pueblo que entran hacen la “venia” arrodillándose
ante la Virgen,
formando un solo grupo de bailes hasta hacer el relevo, dejan de tocar para que
continúe el pueblo siguiente, si este se lo permitan pueden continuar tocando
todos juntos, privilegio que normalmente se permite a los que acompañan a la Virgen desde su lugar de
partida hasta el final.. Entre estira y aflojas el final la última entrega no
se produjo como hubiera sido de desear, creándose mucha tensión en el ambiente
entre bailarines y acompañantes de uno y otro lado. Tomada la comitiva por el
grupo de Valverde se dirigen hasta el pueblo de Tiñor, para continuar hasta la
altura del cementerio de Valverde donde la Corporación Municipal
y las Autoridades Insulares y Regionales reciben a la comitiva, haciendo
entrega el alcalde de Valverde Agustín Padrón del bastón de mando de la ciudad,
continuando con el traslado de La
Virgen hasta la Parroquia Matriz de la Concepción de Valverde
por miembros de la
Corporación Municipal, llegando sobre las 22,30 horas a la
puerta de la Parroquia
donde fue entregada al clero insular que la traslada al interior del Templo,
ante una multitud que la vitoreaba dentro y fuera del templo, emocionados entre
lágrimas y suspiros. De aquí partirá a los distintos pueblos de la isla hasta
que el último, Isora, devuelve a la Virgen al altar de
Valverde, para luego regresar a su Ermita de los Reyes el uno de agosto donde
permanecerá cuatro años a la espera de la próxima Bajada.
Una vez más el Voto se ha
cumplido en su LXVII bajada, tras 16 horas de dura caminata y más de 35 Km. recorridos, la Virgen ha vuelto a
Valverde. Una experiencia inolvidable que vale la pena repetir, ahora a esperar
a la próxima si Dios quiere.
Caber destacar la devoción de los herreños por su Virgen, la
acogida a los visitantes, el civismo en general y la pulcritud de todos a los
largo del recorrido, donde prácticamente no quedaron restos que recoger de
latas o basuras, enhorabuena…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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