martes, 4 de julio de 2017

BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES.



El amigo desde la infancia en el Llano de La Villa de La Orotava; SEGUNDO SACRAMENTO DOMÍNGUEZ, remitió entonces (2009) estas notas que tituló; “BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES”: “…Alrededor de 30.000 personas, venidas de todas las islas e incluso los emigrantes del hierro y sus descendientes desde Venezuela y de otros lugares del mundo, se dieron cita para acompañar a la “Madre Amada”, la Virgen de los Reyes, en su peregrinar desde su Ermita, donde pacientemente espera cuatro años para su traslado hasta la capital Valverde y luego a los distintos pueblos de la isla. Con esta romería se da cumplida cuenta de los votos que hicieran las autoridades y vecinos herreños allá por el año 1.741 a la Virgen de lo Reyes por concederles la lluvia tras una larga sequía.
La jornada comienza muy temprano, en la madrugada del día cuatro de julio, los peregrinos  de todas las edades  se acercan, por distintos medios, a la Ermita de los Reyes para recoger y acompañar a la Virgen en todo su camino. Tras la misa que se celebra a las 5 a.m. las autoridades hacen entrega de la imagen de la Virgen a los porteadores, bailarines y pastores que irán acompañándola con sus danzas durante más de 16 horas hasta llegar a Valverde.
Todos los bailarines, indiferentemente de su edad o sexo, van ataviados con unos peculiares pantalones blancos cubiertos por una falda calada adornada con cintas rojas, un delantal rojo y pañuelo del mismo color al cuello. Lo que distingue y caracteriza a los bailarines son los sombreros llenos de colorido con plumas, papeles de colores u otros aditamentos, además de cintas de colores que les cuelgan por detrás del tocado ondeando al viento que diferencian a los distintos pueblos.
A lo largo del recorrido los grupos de baile que representan a los distintos pueblos que irán turnándose en un curioso intercambio al son de los tambores, chácaras y pitos, dirigidos por los “guíos”, que son los pastores que acompañan en cada tramo al grupo de bailarines que incansablemente danzan ante La Virgen mientras avanzan en su camino hasta la próxima Raya (límite imaginario de un pueblo a otro) donde se deberá producir el relevo de los bailarines y porteadores hasta La Raya siguiente donde les esperará  otro grupo de bailarines de la zona por donde pasan. Estos llegan con la bandera española en lo alto de una larga pértiga con el nombre de la zona del grupo que acompaña, además del santo patrón de su pueblo que hará de pareja acompañante de la Virgen.
Sobre el medio día se dan cita los bailarines y acompañantes de los distintos pueblos desde la zona del Cepón con sus Santos Patronos hasta el Corso de la Virgen, del Golfo, Isora, San Andrés, el Mocanal-Norte, en esta ocasión Valverde no estuvo presente en el encuentro en la Cruz de los Reyes, donde danzaron al son de sus chácaras, pitos y tambores en honor de la Virgen, para luego proceder al recitar de las  loas a la Virgen, al pié de la Cruz de los Reyes donde descansa, que distintos acompañantes dedicaban a la Madre Amada, con gritos de vivas “Viva la Virgen, Viva”. Miles de peregrinos venidos de todas partes se asientan en el lugar en un emocionado encuentro con La Virgen.
Con la tendida de manteles, otra curiosa actuación de los herreños en este acto, de tamizar el monte con manteles para tomar un refrigerio antes de continuar la marcha acompañando junto con todos los Santos Patrones a La Virgen una hora después se termina la estancia en el lugar reanudando la romería hasta la siguiente Raya de El Cepón, donde el pueblo del Pinar entrega a La Virgen al pueblo del Golfo.  De ahí a la de La Llanía donde recibe a La Virgen el pueblo del Pinar, en La Raya de la Mareta la recibe el pueblo de Isora, en la raya de la Cruz del Niño es el pueblo de San Andrés quien se hace cargo hasta llegar a la Cuatro Esquinas, donde en una explanada con tres trocos aserrados, uno de ellos adornados por un centro de flores, en otro  apoyan a La Virgen para un descanso con vistas a San Andrés, treinta minutos después la comitiva reanuda a marcha hasta La Raya de las Cuatro Esquinas, el pueblo de San Andrés hace entrega de la Virgen al pueblo de Mocanal-Norte, ya sobre las 20 horas en La Raya de Tejegüete, se hace un primer intento de entrega de La Virgen a la Villa de Valverde y es aquí donde se produce un pequeño altercado, de los que suelen ocurrir en las entregas cuando el que la entrega no considera que se ha acoplado como mandan los cánones de la tradición. En las entregas en las distintas Rayas los bailarines que recogen deben de acoplar sus toques de tambor y de pitos (flautas), ritmo y sonidos al que los que la traen y de no ser así se niegan a hacer el relevo, lo que provoca mucha tensión en los ya cansados bailarines y tocadores que en los últimos tramos sudorosos y agotados no están para muchas bromas, cuando en condiciones normales el acople se produce, los bailarines que entregan se abren en líneas para que los bailarines que recogen entren , los del pueblo que entran hacen la “venia” arrodillándose ante la Virgen, formando un solo grupo de bailes hasta hacer el relevo, dejan de tocar para que continúe el pueblo siguiente, si este se lo permitan pueden continuar tocando todos juntos, privilegio que normalmente se permite a los que acompañan a la Virgen desde su lugar de partida hasta el final.. Entre estira y aflojas el final la última entrega no se produjo como hubiera sido de desear, creándose mucha tensión en el ambiente entre bailarines y acompañantes de uno y otro lado. Tomada la comitiva por el grupo de Valverde se dirigen hasta el pueblo de Tiñor, para continuar hasta la altura del cementerio de Valverde donde la Corporación Municipal y las Autoridades Insulares y Regionales reciben a la comitiva, haciendo entrega el alcalde de Valverde Agustín Padrón del bastón de mando de la ciudad, continuando con el traslado de La Virgen hasta la Parroquia Matriz de la Concepción de Valverde por miembros de la Corporación Municipal, llegando sobre las 22,30 horas a la puerta de la Parroquia donde fue entregada al clero insular que la traslada al interior del Templo, ante una multitud que la vitoreaba dentro y fuera del templo, emocionados entre lágrimas y suspiros. De aquí partirá a los distintos pueblos de la isla hasta que el último, Isora,  devuelve a la Virgen al altar de Valverde, para luego regresar a su Ermita de los Reyes el uno de agosto donde permanecerá cuatro años a la espera de la próxima Bajada.
 Una vez más el Voto se ha cumplido en su LXVII bajada, tras 16 horas de dura caminata y más de 35 Km. recorridos, la Virgen ha vuelto a Valverde. Una experiencia inolvidable que vale la pena repetir, ahora a esperar a la próxima si Dios quiere.
Caber destacar la devoción de los herreños por su Virgen, la acogida a los visitantes, el civismo en general y la pulcritud de todos a los largo del recorrido, donde prácticamente no quedaron restos que recoger de latas o basuras, enhorabuena…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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