viernes, 7 de julio de 2017

EL CONVENTO FRANCISCANO DEL PUERTO DE LA CRUZ (II)



El templo de San Francisco y la anexa ermita de San Juan Bautista forman en la actualidad una sola edificación. La ermita, situada en la calle a la que da nombre, es junto con la de San Amaro, en La Paz, los dos inmuebles más antiguos que existen en el Puerto de la Cruz.
Según el malogrado profesor e investigador orotavense Alfonso Trujillo, el convento y sus capillas portuenses fueron edificados entre 1599 y 1608 por el alarife Juan de Texera. A su lado está la iglesia de San Francisco, que es lo único que se conserva del antiguo convento franciscano.
El acceso a la misma se realizaba por el costado izquierdo de la nave principal pero al construirse el convento, dicha entrada queda incorporada dentro de su claustro, accediéndose entonces a la ermita por dos puertas construidas hacia la calle de San Juan. Aún se puede observar la piedra labrada formando el arco de acceso entre los retablos del Corazón de María y del Señor del Huerto.
El Patrón cedió la ermita a la Congregación Franciscana con el fin de que estableciesen en ella una vicaría de 2 o 3 sacerdotes, sujetos al guardián de La Orotava, para que dijesen misa, confesasen y ayudasen en lo espiritual a los vecinos que, siendo en número de 40 a 50, no había clérigo que quisiese bajar a decirles misa por la distancia, tomando posesión efectiva de la misma en 1609.
De su variado patrimonio religioso y artístico destaca las imágenes de San Juan Bautista, del siglo XVII y atribuida a Andrés de Ocampo, y la del Cristo de la Misericordia, única obra conocida del artista tinerfeño Domingo Pérez Donis, de la primera mitad del siglo XVII, con los brazos articulados para poder realizar la ceremonia del descendimiento.
Su iglesia es de dos naves, y la menor de ellas amenazaba ruina, pero en 1831 a 1832 se edificó parte de la pared quitándole una gran vidriera de arco que daba a la calle de Quintana, y sustituyéndola por un marco de luz pequeño. Sus cortísimas rentas apenas llegaban a 1666 reales antiguos.
Los decretos Ley de 19 de febrero y 8 de marzo de 1836 la llamada Desamortización de Mendizábal, de Juan Álvarez de Mendizábal entonces ministro de Hacienda, que pasó al Estado las propiedades improductivas y en poder de la iglesia y las órdenes religiosas, obliga al cierre del convento, permaneciendo al culto solamente la iglesia, que ya en 1830 y 1832 había sido objeto de alguna restauración
El Ayuntamiento del Puerto de la Orotava había solicitado desde principios de siglo el uso de los conventos para distintas funciones, como Hospital, escuelas, cuna de expósitos, cárcel, o salas consistoriales, durante las etapas liberales se dispuso de parte de las edificaciones conventuales, pero la propiedad definitiva para el Municipio no llego hasta el año 1866.
Este convento de San Francisco desapareció pasto de las llamas en el año 1967 estaba como ciudadela desde hacia bastantes años, donde vivían innumerables familias. La iglesia de San Francisco y ermita de San Juan permaneció cerrado al culto después del incendio hasta principios de los años ochenta.
En el solar que ocupó el antiguo convento se levantó el Parque de San Francisco, auditorio municipal con capacidad para 2.000 personas donde se celebraban la mayoría de eventos musicales, teatrales y festivos de la ciudad, entre lo que destacó el recordado festival de la Canción del Atlántico.
A raíz del expediente de conservación iniciado por el Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz en el año 1981 siendo alcalde Francisco Afonso Carrillo, la actual iglesia de San Francisco es declarada monumento histórico artístico cinco años más tarde, siendo objeto de restauración por parte de la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

No hay comentarios:

Publicar un comentario