Esta
recordada fotografía, que custodia mi mujer ANTONIA MARÍA GONZÁLEZ CHAVES Y DÍAZ, correspondiente a los entonces
estudios fotográficos Benhaggay, que estaban en la calle La Candelaria de Santa
Cruz de Tenerife y en la Calle Calvo Sotelo del Puerto de la Cruz.
Se
trata de los campamento de verano que
organizaba la OJE (Organización Juvenil Española), esta vez en la isla
Colombina de la Gomera, en el mes de Julio del año 1962.
Grupo
de la Cruz Santa (Los Realejos) frente a su caseta correspondiente. De
izquierda a derecha; Félix González de Chaves y Díaz, Domingo Cedrés Yanes, Esteban González de Chaves y Díaz, Oscar
González de Chaves y Pérez, Paco García y Díaz, y Alejandro González de Chaves y Díaz.
A
titulo anecdótico, voy a contar, el por qué me disgregué de pertenecer a esa
organización y me redimí de sus campamentos. Un servidor con nueves años,
asistía al grupo de la OJE de la Villa de La Orotava, que tenía su sedes en la calle Sor Soledad Cobián (antigua carretera
del Pinito), decidí ir a frecuentar ese lugar con mi primo Enrique Abréu
Rodríguez (Quique), para jugar al ping pong y otros juegos de mesas.
Un día
el entonces jefe de la organización el orotavense Riquelme Toste, me da unos
papeles que para seguir utilizando las instalaciones, para juegos infantiles y
demás, tenía que traérselos firmados y autorizados por mi padre.
Eso lo
hice, me personé en la oficina de los negocios de servicios de mi padre Juan
Álvarez Díaz en la calle El Calvario de La Villa, el cual se encontraba sentado en su despacho, le expliqué el tema de la documentación, me contestó que no firmaba esos papeles,
puesto que un servidor (9 años), tenía
otros lugares para esos juegos.
La
sorpresa, fue que antes el asombro de mi padre, me llevé un gran disgusto, por
lo que me fui llorando a casa, y casi no le rompo de una fuerte patada la
puerta de la cocina precedentemente a la presencia y el susto de mi madre María del Carmen Abréu González.
Mi
padre me dejó para siempre cuando tenía 15 años de edad, nunca comprendí su
comportamiento, respeto a la OJE.
Posteriormente
cuando estaba estudiando Preu en el
Instituto de San Agustín (Cabrera Pinto) de la Laguna y jugaba al baloncesto en
el juvenil AA. AA. Salesianos de La Orotava, me enteré lo que la OJE
representaba en la entonces sociedad, del anterior régimen franquista.
Si mi
padre estuviese vivo, le hubiese dado las gracias y un fuerte abrazo, por su
disposición, la cual consideré aceptada, de lo contrario hubiese pertenecido a
una formación que no era de la complacencia de muchos españoles, ni siquiera
mía.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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