El amigo del Puerto de la Cruz, catedrático de la universidad de la Laguna;
ANTONIO GALINDO BRITO. Remitió entonces (2016) el Pregón correspondiente a LAS
FIESTAS MAYORES DEL PUERTO DE LA CRUZ, en honor al Gran Poder de Dios y La
Virgen del Carmen 2016.
Leído por él en el salón noble del excelentísimo Ayuntamiento del Puerto de
la Cruz, el viernes día uno de Julio del 2016: “…EL THERMAL PALACE Y LOS HERMANOS
WILDPRET Julio 2016: Ilmo. Señor alcalde del Puerto de la Cruz, señores y
señoras concejales, señoras y señores, buenas noches. Es para mí un placer
reencontrarme con la grata obligación de pronunciar una charla durante las
Fiestas Patronales del pueblo que me vio nacer y crecer. Por tanto, quiero que
mis primeras palabras sean de agradecimiento a la concejala Dª Sandra Rodríguez
González, quien me llamó para cursarme la invitación. He pronunciado en esta
misma sala de plenos numerosas charlas a lo largo de los años, pero ésta tiene
para mí un significado muy especial, porque supone mi segunda intervención como
pregonero en las Fiestas Mayores del municipio, pues ya lo fui por primera vez,
en 1991, hace nada más y nada menos que 25 años, por lo que hoy estoy
celebrando mis bodas de plata como pregonero de las Fiestas del Gran Poder y de
la Virgen del Carmen. El tema que he escogido hoy para la charla, es hablar
sobre la Familia Wildpret y sobre un loable, pero no muy exitoso económicamente
hablando, de construcción de un magnífico local de ocio que llamaron el Thermal
Palace y que situaron en la Playa de Martiánez. Comenzaré comentando algo sobre
el iniciador de la familia Wildpret, de sus hijos y de sus negocios iniciales,
para luego entrar de lleno en el tema central de la charla, es decir el Thermal
Palace y finalizar comentando su triste final. Hermann Wildpret Soder
(1834-1908) o más abreviadamente, D. Germán como se le conocía en el Valle de
La Orotava, fue un suizo nacido en Warmbach en 1834, con profundos conocimiento
de Botánica, que después de su llegada a Tenerife estuvo estrechamente
vinculado al Jardín Botánico. Sabemos que después de la muerte del Marqués de
Villanueva y el Prado, fundador del Jardín Botánico, éste quedó bajo la tutela
de Real Sociedad Económica de Amigos del País, con sede en La Laguna y que
fueron directores del J. Botánico, un británico residente en el Puerto de la
Cruz, llamado Alfred Diston, que también destacó como pintor, José de
Bethencourt y Molina, un portuense perteneciente a una ilustre familia que dio
personajes de gran relieve y después, nuestro personaje, Hermann Wildpret Soder
y se dice que fue él quien introdujo más de 7.000 especies de plantas en este
hermoso jardín. Como los ingresos que obtenía con este empleo no eran
excesivamente cuantiosos, D. Germán cultivaba y vendía toda una serie de
productos vegetales, así como de semillas de plantas, que tenía en las fincas
de su esposa, Dª Luisa Duque Suárez (1838-1905), una lagunera de Geneto, con
quien tuvo varios hijos, de los que sobrevivieron Gustavo (1862-1936), María Luisa
(1866-1929) y Guillermo Wildpret Duque (1872-1923). Tanto D. Germán como sus
hijos varones fueron masones y así el patriarca era conocido en la Logia Taoro
de La Orotava con el sobrenombre de Guillermo Tell, en clara alusión a su
origen suizo, mientras que sus hijos Gustavo y Guillermo tenían los de
Wintrelried y Keller, respectivamente. Sólo dedicaré un muy breve comentario
para Dª Luisa Wildpret Duque, quien casó en primeras nupcias con D. Emilio
Schönauer Paravicini, de cuyo matrimonio tuvo dos hijos Emilio y Rosana, que
fallecieron de muy corta edad. Luego, en segundas nupcias, casó con el
empresario alemán afincado en el Puerto de la Cruz D. Max C, J. Hermann
Reimers, con quien procreó varios hijos, que por no alargar innecesariamente
esta charla, no los mencionaré, salvo más adelante a Carlos Reimers Wildpret y
después veremos por qué. D. Germán tuvo una tienda en la calle Cupido para
vender productos vegetales que cultivaba en las huertas de su esposa, entre los
que citaré acelgas, apio, acederas, beterradas, berenjenas, alcachofas,
diversos tipos de coles, coliflores, colinabos, espinacas, espárragos,
escarolas, lechugas, melones, nabos, pepinos, perejil rizado, rabanitos,
sandías, tomates, zanahorias, etc. Se ve por la variedad de productos vegetales
que sus huertas no eran pequeñas ni mucho menos improductivas. Un producto
estrella que D. Germán Wildpret cultivó en gran escala eran las cebollas,
muchas de las cuales exportaba para los continentes europeo y americano, como
podemos ver en la siguientes imágenes tomadas en su casa de la calle Iriarte,
esquina a Blanco. Después de haber fallecido su primera esposa en abril de
1905, D. Germán contrajo nuevo matrimonio en 1908, con Matilde González
Bethencourt, con quien no tuvo descendencia, falleciendo en 1908. La familia
Wildpret también tuvo tienda en la calle San Juan nº 14, o como por aquel
entonces se la conocía en la Calle de las Tiendas, donde vendían una serie de
productos enlatados de importación entre los que destacaremos vegetales como
(espárragos, petit-pois o guisantes, champiñones, trufas, conservas), otros
cárnicos (jamones, salchichón, lenguas, etc.) y otros marinos, tales como
bacalao. También tenían licores y galletas y un largo surtido, que nos hace ver
que era una tienda más dedicada a las exquisiteces para los consumidores con
buena capacidad económica, que no para un público de escasos medios. Como dato
anecdótico, comentaré que siempre me ha llamado la atención el anuncio de la
venta de “galletas diapeseta”. Este otro anuncio, permite ver la variedad de
materias con la que la familia Wildpredt comerciaba, pues vemos que también
disponían de contactos adecuados para ser únicos importadores de materiales tan
diversos como “vías portátiles para haciendas”, “carros para plátanos” y en general
“toda clase de material para tracción manual o animal”. Igualmente se anunciaba
la venta de vías fijas para la explotación de aguas, vagonetas giratorias para
volcar en todas direcciones, etc. El anuncio, publicado en el periódico
portuense Arautápala terminaba con la muletilla de “Únicos importadores para
las Islas Canarias, Wildpret hermanos. Puerto de la Cruz”. El anuncio
corresponde al año 1910 y hay que dejar constancia de que ya en esta fecha, los
hermanos Gustavo y Guillermo, habían asumido la dirección de los negocios
familiares, pues su padre falleció en 1909, siendo su muerte sentida en nuestro
pueblo, como puede verse con la gacetilla que publicó el citado periódico
Arautápala. Otro negocio que poseían los Hermanos Wildpret era un fábrica de refrescos
y una tienda donde se podían encontrar toda clase de exquisiteces, tal como
vemos en el anuncio siguiente, que se publicó en inglés y alemán, pues los
hermanos Wildpret dominaban el alemán, inglés y el francés, tal como podemos
ver en los diversos anuncios. En el local, que a la vez servía de vivienda
familiar, pues era un enorme caserón que hacía esquina entre las calles Iriarte
y Blanco, con entradas por las dos calles, tuvieron un negocio llamado
Helvetia, nombre alusivo al origen suizo de su padre, con entrada por Iriarte
nº2, que era una especie de multitienda, donde se podía comprar artículos tan
diversos como agua mineral, licores diversos, chocolate, bombones, cigarrillos
turcos, tabacos entre ellos puros de La Palma, semillas, flores y postales
particularmente del Puerto de la Cruz y del Valle de la Orotava. Todavía
existen postales circulantes en cuyo margen se ve el nombre y dirección de los
Hermanos Wilpredt.
Para terminar con esta primera parte de
la charla, diré que junto a la casona citada tenían una fábrica de gaseosas y
sifones, que andando el tiempo prosiguió Cristóbal Rivero, que fabricaba polos,
bebidas refrescantes, sifones, etc. Una costumbre que a mi pareció enormemente
interesante, fue que en el Café Helvetia, que estaba situado en el nº 2 de la
calle Iriarte, los Hermanos Wildpredt ponían a disposición de sus clientes, un
libro para que simplemente firmaran o si les parecía oportuno añadieran una
frase, un dibujo, un poema, etc. El libro, que está en manos de su heredero Guillermo
Wildpret Machuca y que hace años expusimos en el IEHC, es una verdadera joya.
Por el Café Helvetia pasaron y dejaron huella en ese libro, toda una serie de
hombres que iban desde políticos, poetas y literatos como Luis Rodríguez
Figueroa que dejó un soneto dedicado al Puerto de la Cruz, humoristas y
caricatos como Crosita, músicos como Reyes Barlett quien dejo unos breves
compases de un Himno al Valle de Taoro, los astrónomos que vinieron a la isla a
ver el paso del Cometa Halley en 1910, aviadores como Poumet quien hizo unas
soberbias exhibiciones en las Fiestas del Gran Poder de 1912, humoristas y un
largo etc. Con este comentario, ya termino la primera parte de mi charla y
anuncio que en esta segunda parte, ya vamos a entrar de lleno en el tema central,
es decir en como tuvo lugar el nacimiento del Thermal Palace para terminar con
el triste final de su desaparición, haciendo hincapié en sus momentos de gloria
y como en su declive total, con análisis de las causas que los produjeron.
El Thermal Palace Corría el año 1910 y
la ciudad de Bruselas estaban preparada para acoger la Exposición Universal e
Internacional que tuvo lugar del 23 de abril al 1 de noviembre. Podemos
hacernos una idea de la magnitud del evento, sin más que examinar los
siguientes datos. La superficie que ocupaba el recinto dedicado a la exposición
abarcaba nada menos que 60 Ha, es decir, 600.000 m2 de superficie, y en ella
intervinieron 25 países diferentes. Teniendo en cuenta que nuestra isla tiene
aproximadamente tiene 2000 Km2, el pabellón de la Exposición Universal de
Bruselas ocupaba aproximadamente una superficie equivalente a la tercera parte
de nuestra isla. La exposición tuvo 13 millones de visitantes, el gasto total
fue de 3.550.000 dólares americanos, y comento finalmente que España participó
como nación en esta exposición. Gustavo Wildpret decidió acudir a esta
exposición universal, no sé si a título particular o como representante
familiar de su hermana Luisa y de su cuñado D. Máximo Reimers, que en esta
exposición recibieron un premio de reconocimiento a su labor en la citada en
pro de la exportación de los calados canarios. Después de recorrerla, se quedó
enamorado de uno de los pabellones, construido totalmente de madera, hasta el
punto de apalabrar la compra del citado pabellón, aunque lamentablemente no
sabemos cuál fue el coste de la citada compra. Después de concertar la compra,
D. Gustavo inició las gestiones para el desmontaje del pabellón y su traslado a
un puerto de mar cercano a Bruselas, desde fue remitido, todo el conjunto,
indudablemente con una clara señalización de cada una de sus partes, para
facilitar el montaje, una vez que se hubiese llegado a su destino. El portuense
Vicente Jordán Hernández, gran aficionado montañero, excelente caricaturista y
buen escritor sobre el pasado de nuestro pueblo, en un artículo publicado en la
Revista Local del ayuntamiento portuense le dedicó un artículo con el título”
Un recuerdo también al Thermal Palace. Los cambios en la zona de Martiánez” que
salió publicado el 11 de marzo de 1984, en la página 35, en el que comenta
sobre este tema los siguiente: “Si ahora entorno los ojos y me retrotraigo
“puedo”, mejor recordar, la grácil silueta de un esbelto, horizontal edificio
de estilo colonial, con sótanos, amplias galerías al exterior y acondicionado
interiormente con su escenario y gran salón de espectáculos. Por allí
desfilaron las grandes compañías teatrales de la época, se presentaron variados
y artísticos espectáculos, incluido patinaje, sesiones de cine mudo, salones de
juego. Estratégicamente colocadas, algunas máquinas a las que la gente menuda,
introduciendo en ellas por una ranura una moneda, recibían a cambio una rica
chocolatina. Este singular edificio, son su elegante silueta se llamó “Thermal
Palace” y fue levantado en un solar situado en un extremo de los nombrados
Llanos de Martiánez, pocos años antes que el Sr. Aguilar y Quesada donara a la
ciudad la arboleda y recta Avenida que lleva su nombre, y que naciendo en la
calle de Valois, esquina a La Hoya, corre paralela a las dos calles que hoy la
separan del barranco y los hoteles, hasta desembocar a pocos metros del lugar
que tan dignamente ocupó el “Thermal”, frente al bravío mar, incubador
incansable de de amenazantes olas que naciendo fuera se hinchan y se hinchan y elevan
progresivamente en su irresistible avance hacia la orilla, hasta desbordarse en
crestas espumosas chocando contra el roquedal para continuar, ya malheridas y
casi deshechas arrastrando consigo, en sordo rumor, arena y callados mezclados
con algas, que son depositados en un último y violento esfuerzo sobre la playa,
repetidamente, una y otra vez, otro día, otro año y así, por los siglos de los
siglos…..”
Gustavo Wilpredt se dirigió al
ayuntamiento portuense, mediante una instancia fechada el 22 de julio de 1911
en la que decía: “Guillermo Wildpret, mayor de edad y vecino de este Puerto,
según cédula personal de 9ª clase, número 913 de orden, que presenta para que
le sea devuelta, a la Ilustre Corporación Municipal, respetuosamente, EXPONE:
que deseando construir un edificio en los Llanos de Martiánez, con el frente
hacia el Paseo que partiendo de “Las Palmas” termina en l Ermita de San Telmo,
y cuyo edificio será construido desde la esquina del dicho paseo, hasta frente
a la Capilla de Cruz de los Tarajales, con arreglo al adjunto plano. SUPLICA: A
la Ilustre Municipalidad, se digne concederle el permiso necesario para llevar
a efecto la indicada obra.”
El 27 de julio de 1911 el ayuntamiento
del que era alcalde D. José de Arroyo, tomó el acuerdo de pasar el expediente a
la Comisión de Ornato Público, para que informase y propusiese. La Comisión,
integrada por Marcos Baeza Carrillo y el Dr. Pedro Cruzat, se reunió y emitió
el visto bueno el 29 de julio del mismo año y finalmente, en sesión celebrada
el 2 de agosto, el ayuntamiento acordó conceder el permiso, en un documento
firmado por el secretario Nicolás Redecilla. Después de que llegaron al Puerto
todas las piezas del Thermal Palace, convenientemente embaladas y numeradas, su
traslado hasta la Playa de Martiánez planteó diversos problemas logísticos que
se fueron resolviendo, no sin dificultad, pues conviene tener en cuenta que por
aquella fecha, no existía carretera para llegar e Martiánez, sino un paseo con
palmeras recién plantadas por la zona norte y un camino de tierra y piedras,
relativamente estrecho, que cruzaba desde Santo Domingo hasta la ermita de San
Telmo, desde continuaba el camino hasta la playa. Una vez situado el material
en su lugar de destino, los Hermanos Wildpret comenzaron a instalar el citado
edificio bajo las órdenes directas del maestro carpintero portuense Miguel
López, tal como se narra en el ya citado artículo de Vicente Jordán Hernández
cuyo párrafo correspondiente a continuación reproduzco: “Ese edificio colonial
que mencionas me lo sé de memoria. Yo vi, para que te empapes, como se
descargaban de aquellos carros de mulas, los grandes cajones importados del
extranjero, conteniendo los herrajes y el maderamen con todas sus piezas
numeradas, del que tal vez, fue el primer edificio prefabricado que levantó en
la isla. Tendría yo como unos 12 años (nací en el 98) cuando por vez primera
trabajé, como aprendiz, contratado a las órdenes del maestro Miguel López,
afamado carpintero que llevó la dirección de las obras de montaje, que duraron
largos meses. Su promotor o propietario fue don Gustavo Wildpret, que también
por aquellos años regentaba el mejor hotel de Canarias, el famoso Hotel Taoro.
Su inauguración constituyó un sonado éxito, y en sus primeros años se daban
cita en sus salones las familias de señorío, los grandes ricachones de la
isla.”
Durante la instalación del
establecimiento, los Hermanos Wildpret solicitaron al ayuntamiento el 8 de mayo
de 1912, que procediese a la retirada de unas pequeñas casetas que tenía el
Hotel Humboldt, nombre que por entonces tenía el Hotel Taoro, al pasar su
propiedad a manos alemanas, puesto las había instalado sin la previa y
pertinente autorización y además quedaban situadas frente al balneario que se
estaba construyendo. El ayuntamiento envió un oficio al gerente del citado
hotel, para que en el plazo de diez días se procediese a la retirada como así
ocurrió el 16 de mayo, de lo cual dio cuenta el Comisario de Policía al
secretario Nicolás Redecilla el 20 de mayo. La vida social del Puerto de la
Cruz experimentó en el periodo comprendido entre la construcción del Hotel
Taoro (1898) y el Thermal Palace, un intenso cambio, pues la burguesía del
Puerto de la Cruz y de la Villa de la Orotava se divertía por aquel entonces en
los hoteles y el Taoro era el mejor de los existentes por aquella época, que
dicho sea de paso, fue arrendado por los Hermanos Wildpret entre 1914 y 1936.
Los hoteles proporcionaban una atmósfera cosmopolita con sus salones,
restaurantes, canchas deportivas y el turismo extranjero de élite que acudía a
ellos, mientras que las sociedades culturales y recreativas ofrecían una oferta
más cultural, aunque no exenta de diversión. En el Valle de la Orotava, por
esta época estaban el Liceo de La Orotava, el Casino del Puerto de la Cruz, las
sociedades Iriarte y Unión y a partir de su construcción el Thermal Palace.
Dado el relativo aislamiento del Thermal Palace respecto al casco urbano, pues
se situó en la Playa de Martiánez, los Hermanos Wildpret mejoraron los Paseos
que enlazaban esta instalación con el casco urbano del Puerto de la Cruz, hasta
convertirlos en una especie de boulevards para carruajes y viandantes,
dotándolos además de alumbrado eléctrico. El edifico del Thermal Palace, medía
casi 90 m de longitud y en sus pabellones y galerías dotadas de pórticos, se
encontraban numerosas instalaciones y servicio, entre los que enumeramos, salón
teatro con capacidad para 400 personas, comedor, sala de billares y gimnasio,
circo para peleas de gallos, salón biblioteca, salones de baño, canchas de
tenis, croquet y bolos, habitaciones para el personal y frente a la playa el
Petit Park, dotado con mesas y sillas, a la sombra de los árboles. La
decoración del teatro estuvo a cargo del afamado pintor afincado en el Puerto
de la Cruz, D. Francisco Bonnin Guerín. Merece destacarse que no sólo
disfrutaron de estas instalaciones los huéspedes extranjeros del Puerto de la
Cruz, sino que también el pueblo llano lo hizo, en especial en la fiestas
populares con gran arraigo, como San Juan o el Gran Poder de Dios, pues en las
instalaciones del Thermal Palace de ofrecieron espectáculos tan diversos como
actuaciones de compañías de teatro y comedias, opereta, zarzuela, sesiones de
cine mudo, que estaban amenizadas por una orquesta, carreja de sortijas a caballo
que se efectuaban en el cauce cercano del Barranco de Martiánez, exhibiciones
de lucha canaria, peleas de gallos, regatas de botes engalanados, conciertos de
la banda municipal, así como exhibiciones de fuegos artificiales.
El Thermal tenía un espacioso pabellón
cinematográfico, sólido, grande y bien ventilado, con capacidad para colocarse
en él cómodamente trescientas cincuenta personas. Este salón, llamativamente
decorado por el pintor Francisco Bonnin totalmente de madera, con una sola
planta, contaba con una buena instalación eléctrica y con seis puertas de
salida al exterior para casos de emergencia. El proyector, considerado como uno
de los más moderno y perfeccionado de aquel momento, estaba instalado en una
cabina de zinc construida en un huerto fuera del edificio y a regular
distancia, «enfocándose el cuadro por una ventana abierta al fondo del
escenario, y dando la proyección de la película sobre la pantalla por el
llamado sistema de transparencia». Las ventajosas condiciones técnicas y de confortabilidad
del salón teatro Thermal Palace tenían, sin embargo, como contrapartida los
inconvenientes derivados de su ubicación en un paraje todavía no urbanizado y
de su relativa lejanía al centro de la población, factores que no contribuyeron
a la multitudinaria asistencia de espectadores, especialmente femenino, a sus
sesiones de cinematógrafo.
La inauguración de las instalaciones por
el día de San Juan Doy lectura parcial a continuación, de un extenso artículo
publicado en el periódico local El Teide, el día 26 de junio de 1912, relativo
a la inauguración del Thermal, que tuvo lugar el 24 de junio de 1912, es decir,
una día de San Juan, que como es bien sabido tenía tradición de que debía
celebrarse en la playa. “El Thermal no está terminado, le falta mucho, opero
está presentado; tiene un frente de 90 metros, con una elegante escalinata a la
entrada, dos galerías bajas y una alta en toda su extensión, vestíbulo, y un
salón teatro con cabida para 400 personas”. Podemos hacernos una idea clara con
las siguientes imágenes, una de las cuales es una postal, en tanto que las
otras son dibujos elaborados por Luis García Mesa. En su interior “poseía un
comedor, capaz de servir 250 cubiertos, con salas de billares, gimnasio y toda
clase de juegos. Tenía asimismo “un circo gallera, una pista para la práctica
de la lucha canaria y una pista para carreras de caballos. Existía además un
salón biblioteca y de descanso”. Estaba dotado de espaciosas cocinas y de un
elevado número de cuartos para tomar baños de agua dulce y de agua de mar.
Poseía evidentemente inodoros, y un departamento de máquinas, donde se hallaba
instalada la potente máquina eléctrica de que disponía. En pocas palabras
estaba dotado de todo cuando se requería en un establecimiento moderno de esta
índole. Fuera del recinto, en la playa, a la sombre de copudos árboles, está
previsto instalar mesas y sillas, para mayor comodidad del visitante. El
articulista terminaba esta frase afirmando “es fácil imaginarse la suntuosidad
que ofrecerá cuando esté totalmente terminado y prestando servicio”. El
domingo, víspera de San Juan tuvo lugar un encuentro de lucha canaria entre los
equipos de Tegueste y de Tejina, que terminó con el resultado de 15-21,
favorable al bando de Tejina. Por la tarde, aunque el mar no estaba muy sereno,
hubo juego de cucañas, pero lamentablemente no pudo decidirse, porque antes del
final se rompió el aparato. Pasando a la descripción de lo que se vivió el
lunes, festividad de San Juan, durante la inauguración, diremos que la velada empezó
a las 10 de la mañana con un encuentro de tiro de pichón, en el que tomaron
parte varios aficionados. A la una de la tarde, hubo regatas de botes
empavesados, entrando en la liza cuatro botes, uno de ellos de la Casa
Thorensen, otro de la Casa Yeoward y dos más de D. Sebastián Castro.
La contienda fue empeñada pero tampoco
pudo decidirse la suerte, porque el estado de la mar no facilitaba la práctica
de los deportes náuticos, distribuyendo los premios entre los concursantes. A
las cuatro de la tarde del domingo, las galerías del Thermal Palace, la playa y
las avenidas estaban totalmente llenas de gente. Todo el pueblo del Puerto,
casi todo el de La Villa, de Los Realejos, de La Laguna e incluso de Santa
Cruz, concurrió a presenciar unos y a participar otros en la sortija a caballo,
acto que fue amenizado por la Banda Municipal. Digamos que habían dispuestas
unas 60 cintas que enviaron bordadas y pintadas, diversas señoras, señoritas y
familias….” Por el elevado número de personas y familias relacionadas voy a
obviar la cita completa, pero si quiero señalar dos de ellas, que me parecen
dignas de mención. Una era de hermosísima, de color blanco, pintada
magistralmente por D. Marcos Baeza Carrillo, por encargo directo de los
Hermanos Wildpret y la otra era de su hija Marciana Baeza. “Antes de comenzar
la carrera de cintas, se verificó la rifa de un valioso reloj de oro para
señora, dispuesto por la comisión de festejos, correspondiéndole la suerte el
boleto numerado con el nº 1031, debiendo indicarse, que varios días después no
se había presentado nadie a recoger el citado premio”. “La verbena como fin de
fiesta, fue un acontecimiento. El Thermal Palace, el Paseo de las Palmeras
limítrofe y la arboleda de la playa, hacían una brillante y profusa iluminación
eléctrica con el fluido suministrado por la máquina eléctrica del edificio;
pero era la luz tan espléndida y tan artísticamente combinada, tan bien
distribuida en colores y distancias, que revelaba a la simple percepción una
mano maestra, una verdadera dirección técnica y efectivamente acertamos. Estaba
encargado de aquel trabajo, el ilustre electricista de la fábrica de Santa
Cruz, D. Francisco Gálvez, quien con su experiencia e inteligencia, convirtió
aquellos sitios en radiante claridad como el día.” “El Risco de Martiánez
ofreció en un momento, un efecto mágico, pues quedó iluminado con infinidad de
luces de alquitrán y aunque la visión fue casi instantánea, porque el
combustible no es de larga duración, mereció la idea unánime aplauso.” Omitimos
por brevedad alnos comentarios para centrarnos en las frases finales, “En
resumen, que el Thermal Palace inaugura una nueva era para el Puerto; que el
ameno sitio de Martiánez será el punto de cita de todo el vecindario porque se
encontrara todas las comodidades apetecibles y quizás música los jueves y
domingos por la noche el verano y par las tarde, en el invierno. Esta es la
creencia general, que aquello va a ser el emporio del Puerto, del Valle y de
Tenerife, por algo se hacían lengua en calurosos elogios a los Hermanos
Wildpret., todos cuantos discurrieron por la obra que han realizado. Allí
estaba el alcalde, señor D. José Arroyo, que amante de su pueblo le prestará
decidido apoyo a las autoridades, al comercio, la industria, las sociedades y
la intelectualidad y por cuanto, significa vida y movimiento afanosos de
amparar lo que ha de ser venero de riqueza.”
Relación de espectáculos dados en el
Thermal Palace El Thermal Palace comenzó su andadura el 24 de junio de 1912,
aprovechando la festividad de San Juan, que como era tradicional en nuestro
pueblo, llevaba gran número de personas a la playa.
Sabemos que en septiembre de 1912 el
Gobernador Civil Antonio Eulate y Fer7 acordó autorizar al Thermal Palace para
abrir sus puertas al público, y así, el 17 de noviembre del mismo año actuó el
saló teatro del Thermal la compañía de opereta y zarzuela de Gamero y Sabina,
que había actuado en Santa Cruz, y que el Thermal presentó prácticamente el
mismo repertorio que en la capital. La compañía viajó con todo su elenco de actores
y una buena orquesta y coros. Se llenó totalmente el aforo del local del
Thermal y la compañía presentó la opereta “El Conde de Luxemburgo” de Franz
Lehar, con arreglos de José Juan Cadenas. La compañía tuvo un sonoro éxito y al
concluir el tercer acto toda la compañía a solicitud del público salió al
escenario donde fueron obsequiados con un atronador aplauso. Otra obra puesta
en escena por esta misma compañía fue la opereta en tres actos y cuatro cuadros
“La viuda alegre” y el tercer se representaron dos zarzuelas cómica,
concretamente “La Banda de Trompetas” y “El fresco de Goya”, siendo este último
un sainete humorístico de Arniches. El jueves la compañía citada presentó la
zarzuela “Los sobrinos del Capitán Grant” y la opereta “Molinos de Viento” de
Luis Pascual Frutos y del maestro Lima. El viernes y el sábado se representaron
las operetas “La casta Susana” y “Cabellería rusticana” que fue cantada en
español. A la semana siguiente se interpretaron “El rey del carbón o la
princesa del dólar”, traducida y adaptada por el director Gamero y se volvió a
representar “Molinos de viento”. Otras obras representadas fueron “Anita la
ruiseña” sainete cómico de los Hermanos Quintero y le siguieron, “Las
brasileñas”, “La Comedianta”, “El país de las hadas”, etc., entre otras que no
cito por no hacer más tedioso este relato. En abril de 1913 podemos citar la
actuación de la compañía de zarzuela dirigida por la tiple Lucía Osuna y el
barítono Cardoso, que pusieron en escena la opereta “Chateau Margaux”, zarzuela
en un acto del maestro Fernández Caballero, y le siguieron los entremeses “El
Chiquillo” y “El Contrabando”. En la segunda noche, las obras representadas
fueron la zarzuela “El puñao de rosas” del maestro Arniches y Chapí y “Noche de
Reyes” también de Arniches. La compañía actuó hasta el domingo 13 de abril de
1913, y representaron obras como “José Juan” de Dicenta, “La Alegría de la
huerta” de Arniches y Chueca, la opereta “La viuda alegre” y la “La Reina
mora”, entre otras. Ya por entonces el Thermal tenía su orquesta dirigida por
el maestro Torres. El gran acontecimiento del año estaba reservado para la
actuación de la compañía dramática “Comendador Montenegro” que debutó el 16 de
abril y ofreció tres funciones. En la primera pusieron en escena la obra de
Marquina “En Flandes se ha puesto el sol”, en la segunda “Petit Café” una
comedia de Tristán Bernard y el viernes “Puebla de mujeres”, obra de los
hermanos Quintero. En homenaje al ingreso de Benavente en la Real Academia se
puso asimismo su obra “La fuerza bruta”. La compañía ofreció un número corto de
funciones, pero volvió a finales de mayo de 1913, en que presentaron “El
estigma” de Echegaray, la “Corte de Napoleón” de Sardou, con traducción de
Pedro Gil, estrenándose en esta obra una hermosa decoración pintada por F.
Bonnín. También se puso en escena la obra de Ángel Guimerá “María Rosa”. Sirvan
las reseñas anteriores para ver la densidad de representaciones teatrales, así
como de película mudas que se pudieron en el salón teatro del Thermal Palace de
los Hermanos Wildpret. Otra actividad lúdica que no descuidaron los
propietarios del Thermal fue la realización de sortijas a caballo, que se
efectuaban en el cauce del cercano Barranco de Martiánez, decorado para la
ocasión. En las diapositivas pueden ver ejemplos de estas sortijas.
Los Carnavales y el Thermal Palace: Una
vez puesto en marcha el Thermal place se constituyó por derecho propio en el
punto de referencia del mundo del espectáculo del valle de la Orotava, y esto
llegó hasta las fiestas de Carnaval, que alcanzaron gran esplendor en nuestro
pueblo, durante los años 1910 hasta 1913. A partir de 1912, el lugar de partida
del Gran Coso de Carnaval fue evidentemente el Thermal Palace y ello congregaba
además de la comitiva participante en el Coso, a gran número de curiosos
espectadores que quería seguir las evoluciones de las carrozas desde las
cómodas instalaciones del Thermal Palace. Además el trayecto del Coso incluía
el paso por delante de los Hoteles Martiánez, Monopol y Marquesa, y en los
primeros años incluso el Hotel Taoro. Para dar mayor brillantez a los
carnavales del año 1913, en la tarde del domingo, 2 de febrero, debutó en el
salón teatro del Thermal Palace que ya estaba funcionando a todo ritmo, la
compañía cómico-dramática Comendador Montenegro, que presentó la comedia de
Manuel Linares Rivas titulada, La Raza. Esa misma noche, pusieron en escena la
comedia dramática en tres actos de Berstein titulada El Ladrón. En 1913 los
carnavales se celebraron los días 1, 2 y 3 de febrero, comenzando el sábado,
uno de febrero, con una carrera de sortijas celebrada frente al Thermal Palace
y organizada por un Comité local, encargado de animar la vida social portuense,
llamado La Risa. Las cintas fueron donadas por diferentes señoritas de la
localidad y la sortija fue amenizada por la Banda Municipal. Asimismo, esa
noche se celebraron los bailes de vísperas en las sociedades La Nueva Unión y
Círculo de Iriarte, siendo este último amenizado de 8 a 10 de la noche por la
Banda Municipal. Otro cambio significativo introducido este año de 1913 fue la
celebración del gran baile que tradicionalmente seguía al desfile del lunes en
los salones del Thermal Palace, en lugar de hacerlo en el Hotel Taoro. A cambio
de esto, en el citado hotel se celebró la noche del Domingo de Piñata, 8 de
febrero, un gran baile de etiqueta, en el que se siguió jugando la suerte del
anillo de oro iniciada el año anterior, que consistía en otorgar un anillo de
oro con la fecha grabada a la dama que rompiese la piñata. Otras actividades En
noviembre de 1912, surgió la realización de una Kermese, voz francesa usada
para designar las fiestas que se celebraban al aire libre, con carácter
benéfico, que fue organizada por el Comité de Turismo y celebrada el domingo 17
de noviembre de 1912, bajo los tarajales y frente al Thermal Palace. El
programa fue el siguiente: A la 3 de la tarde apertura de la kermese con
actuación de la Banda Municipal, dirigida por el Maestro Sánchez; a las 4, té
servido a beneficio de los hospitales de Puerto y de vecina Villa de La
Orotava; a las 4,30 tanda de juegos infantiles tipo sport. A las 5,00, función
cinematográfica en el Thermal, a beneficio de los citados hospitales. Para
facilitar la mayor asistencia de público, hubo un servicio de omnibús desde La
Orotava hasta el Puerto de la Cruz, cada hora, desde las 12 del mediodía hasta
las 5 de la tarde, así como también el regreso, estando el servicio útil desde
las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche. El coste del servicio de ida y
vuelta era 2,50 para el viaje de ida y vuelta. La recaudación ascendió en bruto
a 688,50 pesetas, por la venta de flores, objetos, etc. 100 por las tazas de té
servidas y 71 pesetas obtenidas en la venta de entrada para el cinematógrafo,
es decir, se recaudaron un total 859, 25 pesetas, ascendiendo los gastos a
108,00 pesetas, repartidas entre 50 pesetas por la actuación de la Banda
Municipal, 50 pesetas por el coste de los tés servidos en el Thermal y 8
pesetas por el coste elaboración de 500 programas, siendo el coste total de
108, 00 pesetas. El beneficio neto ascendió a 751, 25 pesetas, que se
repartieron a pates iguales entre los Hospitales del Puerto de la Cruz y de la
vecina La Orotava. Debe destacarse que los Hermanos Wildpret, cedieron
gratuitamente los salones del Thermal Palace, así como la luz y el coste de
personal, en tanto que D. Ramón Baudet cedió gratuitamente las películas
proyectadas en el cinematógrafo. Así, en la noche de fin de año de 1912, este
Comité intervino en un festival celebrado en el Thermal Palace, para despedir
el año. El periódico El Teide se hizo eco de este festival con la siguiente
crónica: “Con numeroso y selecto público, se verificó en la noche del 31
último, el festival organizado por el Comité de Festejos llamado “La Risa”. No
recordamos espectáculo tan variado y divertido; sus organizadores lograron que
los concurrentes terminaran el año muertos de risa, como vulgarmente se dice.
La Señora de Torres, cantó con mucho gusto el brindis de la zarzuela “La
Viejecita” y el célebre Pandolffkoski, encarnado en el notabilísimo artista
cómico el Dr. Sievert, provocó en el auditorio una explosión de risa. El
notable violinista Max-Stock, tocó con verdadero amor y exquisito gusto; este
gran actor nos encantó verdaderamente. El telón de anuncios fue un disloque de risa;
cada inscripción era un derroche de gracia y picardía. Con perfecto acento
francés y chistosamente caracterizado, nos hizo el ya citado Dr. Sievert una
Mister Cauchond en extremo gracioso y nos hipnotizó Chano Castro entre
carcajadas estrepitosas del público. El mismo Dr. Sievert desempeñó muy bien el
monólogo de la obra “Un cuento inmoral” de Jacinto Benavente. A las 12 de la
noche nos vimos sorprendidos, previo al canto del gallo fielmente imitado por
Chano castro y entre profusión de cohetes, sonoras campanadas y música, se
despidió el año, por un deslumbrante cuadro plástico ideado por D. Francisco
Bonnín. Consistía en un bien imitado risco cubierto de helechos y ñameras,
aparecieron varias figuras representando al Comercio, la Sra. del Dr. Sievert, las
Bellas Artes, la Señora de D. Francisco Bonín, las Ciencias la Srta. Paca
Reverón, la Industria, la Srta Elvira Rodríguez, la Agricultura la Srta.
Marciana Reverón y a las Letras, la Srta. Carmen Castro. En 1913, el sábado de
carnaval se realizó una espectacular carrera de sortijas frente al Thermal
Palace, organizada por el comité recientemente creado llamado La Risa, que no
tiene otra misión que organizar actos que provoquen la sana diversión de los
espectadores. En ese mismo año, aparece en la prensa local un anuncio de
Helvetia, comunicando que tanto en ese establecimiento, como en el Thermal
Palace se vendía hielo, elaborado en sus dependencias de la calle Iriarte con
agua procedente de la Fuente de Martiánez, al precio una peseta por 5 Kg de
hielo. El anuncio indicaba la posibilidad de establecer una rebaja de precios
para las personas o las instalaciones que adquiriesen cantidades de hielo
diariamente
El comienzo de la Primera Guerra Mundial
La celebración de la Fiesta del Carnaval en el Puerto de la Cruz, que durante
los años 1910 a 1913 había logrado reunir gran número de parabienes tanto por
la brillantez de las carrozas, como con el adecuado orden con se celebraban los
días festivos, sin alteraciones del orden público, a pesar de durante esos días
acudía bastante gente de los cercanos municipios a gozar de la fiesta. Un
aspecto muy interesante de los primeros carnavales portuenses radicó en la
implicación de la colonia extranjera residente en el pueblo, mayoritariamente
inglesa y alemana, no sólo por el incipiente turismo que ya comenzaba, sino por
el establecimiento en la isla de Tenerife y en el Puerto de la Cruz de
representantes de casas comerciales extranjeras, fundamentalmente inglesas y
alemanas, que elaboraban sus carrozas y participaban en los festejos con gran
entusiasmo y en un extraordinario ambiente lleno de cordialidad. Las cosas
empezaron a torcerse desde los meses finales de 1913, pues fue paulatinamente
aumentando la tirantez entre las naciones de Alemania e Inglaterra hasta desembocar
en el conflicto bélico que ha pasado a la posteridad como la primera Guerra
Mundial, aunque también se la ha designado como la Gran Guerra. Esta guerra
comenzó el 28 de julio de 1914 y duró hasta el 11 de noviembre de 1918, momento
en que Alemania pidió el armisticio, que fue ratificado el 28 de junio de 1919,
momento en que ambos países firmaron el Tratado de Versalles. Las pérdidas
humanas fueron enormes y se han estimado en más de nueve millones de
combatientes los que perdieron la vida, una cifra extraordinariamente elevada
si se tiene en cuenta que por el momento en que ocurrió el conflicto, la
sofisticación del armamento usado por los contendientes no era excesivamente
elevada. El declive del Thermal Palace El desencadenamiento de este conflicto, marcó
sin duda el comienzo del declive de este centro pionero en Tenerife, que
mantuvo con dificultades sus actividades locales, pero por el riesgo que
entrañaba la navegación marítima en época de conflicto bélico, ni el turismo,
ni las compañías de teatro y variedades querían viajar a través del Atlántico
para desplazarse hasta Canarias. No obstante, tenemos constancia de la
celebración de actividades casi siempre de índole local o regional, en los
salones del Thermal Palace. Entre ellas, citaremos la visita que los
Exploradores de Gran canaria hicieron a nuestra isla, y particularmente al
Puerto de la Cruz, donde fueron recibidos con agrado y agasajados con gran
brillantez en el Thermal Palace, que montó para la ocasión un festival
artístico en el que tomaron parte artistas locales, entre los que merecen
mención Sebastián Castro Díaz, hermano del que fuera alcalde portuense Antonio
Castro Díaz, Tirsa Hidalgo, que vivía con su familia en la calle de Santo
Domingo que aún se conserva, se representó un monólogo de “Los Intereses
Creados” del dramaturgo español Jacinto Benavente, interviniendo varios
artistas locales, hombres y mujeres entre los que cito a Adolfo Pérez Carballo
quien tocó el violín, la señorita Esther Wildpret Duque, hermana de Guillermo y
Gustavo, así como el compositor y director de música Juan Reyes Bartlett, el
pianista Carlos Reimers Wildpret, el orador Manuel Bethencourt del Río y las
hermanas María Luisa y Carmen García López, que tocaron diversa piezas al
piano. También intervino el abogado, escritor y político portuense Luis
Rodríguez Figueroa quien leyó unas poesías escritas para la ocasión. Como dato
anecdótico diré que también intervino una antepasada mía María Luisa Galindo,
que junto otras jóvenes interpretaron una canción Con este triste final para un
centro de un prometedor futuro truncado por el estallido de la primera guerra
mundial y la etapa de declive económico que le siguió, los Hermanos Wildpret se
vieron obligados a cerrar el Thermal Palace, que intentaron vender no ya como un
local de espectáculos, sino como materia prima pues casi en su totalidad era de
madera. Hasta donde yo sé no lo consiguieron y de ello da fe nuevamente Vicente
Jordán pues casi al final de su artículo comentaba: “pero pronto vino la
decadencia al estallar la Gran Guerra (1914-1918) y finalizada la misma, no
logró ya llenar el hueco de sus brillantes principios. Fue extinguiéndose –
como entones la tisis- incurable y de forma galopante hasta cerrar sus puertas
y quedar abandonado. Sus dueños, de vez en cuando permitían la celebración de
festejos escolares que por los años veinte organizaban “los padritos” del
Corazón de María. Al final, se desmontó y trasladó a La Vera, donde de nuevo
revivió oscuramente como residencia de sus dueños con el nombre de “Villa Paz”.
Pasan más años y finalmente, un incendio, lo redujo a cenizas. Descanse en
paz”. Ha habido ciertas dudas en torno a la fecha en que el Thermal Palace fue
desmontado definitivamente y trasladado por los Hnos Wildpret a su casa de La
Vera, pero creo que estas dudas quedan casi definitivamente despejadas por el
hallazgo de un documento inédito, en el que con fecha 10 de junio de 1930,
Manuel Padrón dirige una comunicación de puño y letra, rogando que se le diese
de baja en la luz eléctrica a partir del 31 de mayo de 1930, porque tuvo que
salir de allí causa de haber dado comienzo las labores del desmontaje del
citado edificio…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario