El amigo de la Villa de la Orotava; JAVIER
LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna. Remitió
entonces (16/07/2017), estas notas que tituló; “UNA CRÓNICA EDUCATIVA ICODENSE
A FINALES DEL SIGLO XIX”.
Publicadas en LA OPINIÓN DE TENERIFE, el 15 de julio de 2017: “…Numerosas referencias nos sitúan ante el
conocimiento y la evolución de la educación desde diversas manifestaciones. De
esa forma, recordamos la utilización del término de escuelas completas e
incompletas, tal y como identifican Félix Ortega y Agustín Velasco en su obra La
profesión de maestro. Se trata de una definición que alude a un tipo de
clasificación que ofrecía la Ley de Instrucción Pública (1857), conocida
popularmente como Ley Moyano, en honor a su impulsor, el político zamorano
Claudio Moyano (1809-1890) y que, durante más de cien
años, definió el ordenamiento legislativo de nuestro sistema educativo. De esa
forma, procede a clasificar “las escuelas del país en superiores y elementales,
subdivididas éstas, a su vez, en completas e incompletas”. En las escuelas
incompletas, la particularidad residiría en el menor número de materias y la
necesidad de implantar la educación en los pueblos de menor vecindario, anotando
de nuevo ambos autores que “la formación exigida a los maestros de tales
escuelas incompletas resultaba acorde: no era necesario título profesional sino
que bastaba con la obtención de un certificado de aptitud y moralidad”.
Para conocer y valorar un caso
en el ámbito canario, acudimos al periódico El Valle de La Orotava, disponible
para su consulta en los amplios fondos hemerográficos de la Biblioteca
Municipal de La Orotava. En su edición del 22 de diciembre de 1888, localizamos
un interesante artículo bajo el título “Una escuela de adultos en la Villa de
Icod”. Su autor, difunde el malestar de cierto lector ante el deficiente estado
educativo que presentaba en aquellos momentos la Ciudad del Drago, justificando
la necesidad de disponer de una escuela pública nocturna que pudiera cumplir
con la demanda de los trabajadores y artesanos que desarrollan su actividad
durante el día, “alimentando así las inteligencias que necesitan tanto de ello,
como el cuerpo de pan para poder vivir”. El artículo, recoge la insuficiencia
de dos escuelas completas y dos incompletas en el pueblo, atendiendo al número
de matriculados en comparación con la población allí residente. De esa forma,
según la legislación presente, el autor del artículo no duda en afirmar “que lo
más importante sería la creación de una escuela pública gratuita y nocturna de
adultos que vendría a llenar un evidente vacío que hoy se advierte por todos”.
Un aspecto que enlaza con la necesidad que tienen los pueblos de contar con
individuos preparados que puedan contribuir a su desarrollo.
Finaliza la crónica con la
exposición de toda una serie de motivos para la creación de una escuela,
destacando la idea del progreso moral de los habitantes, la erradicación de la
ignorancia y otros hechos como la necesidad de contribuir al beneficio del “artesano
y al bracero para el cumplimiento de muchas de las necesidades que su oficio
lleva anejas, y por último, debemos pensar que la instrucción aparta al
trabajador de las tabernas y de los juegos de envite, donde deja sus ahorros y
donde adquiere malos hábitos para el trabajo y para cumplir los deberes de todo
hombre honrado”.
Son, pues, toda una serie de
testimonios que nos ilustran y aproximan al estado educativo de la ciudad
icodense a finales del siglo XIX, respondiendo el artículo objeto de nuestro
análisis a inquietudes y demandas en tal apartado…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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