El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (09/12/2013)
estas notas, que tituló “AMIGOS QUE SE HAN IDO EN ESTA SEMANA DE INCLEMENCIAS
METEOROLÓGICAS (DICIEMBRE DEL 2013). PERSONAS DE BUENAS CAUSAS QUE HICIERON DE
LA AMISTAD UN LAZO RESPETUOSO Y TOLERANTE”: “…Amigos que se han ido en esta semana de inclemencias meteorológicas.
Personas de buenas causas que hicieron de la amistad un lazo respetuoso y
tolerante.
Luis Saavedra Mora fue futbolista destacado en aquel
todopoderoso Puerto Cruz de la década de los sesenta. El arquetipo del que
entonces se llamaba medio volante. Alto, fornido, pujante… su presencia en la
cancha era siempre sobresaliente. Se había iniciado en el Juvenil Once Piratas.
También jugó en el Real Unión, Realejos y Orotava. En las efemérides del sitio
web de Bruno J. Álvarez hay una entrada muy pormenorizada de la trayectoria de
Saavedra, quien ya retirado, aún lucía hechuras en el Barsa, un equipo de
aficionados de la Villa. Ahí acreditó la resistencia de los buenos deportistas
a alejarse del todo. Luego le vimos seguir de cerca la trayectoria de su hijo,
Luiso, quien destacó varias temporadas en el primer equipo de la U.D. Las
Palmas. Saavedra, con un talante que se agradece, nos hizo varias observaciones
a juicios y comentarios que hacíamos en la radio. Pintor de la construcción,
hizo también de su profesión un modelo de entrega y responsabilidad. Le
recordaremos siempre, sobre todo, porque hizo inolvidable aquella línea media
casi infranqueable: ‘Barrebarre’-Saavedra (El primero era un jugador palmero,
procedente de Los Llanos de Aridane, también de alta estatura, que desde el
Puerto Cruz saltó al Canarias de Venezuela).
Tomás Oliva fue el prototipo del socialista que
trabaja en silencio, sin alharacas. Comprensivo, tolerante, respetuoso con todo
y con todos. Sí había que desplazarse a Santa Cruz para cualquier menester, ahí
conducía Tomás. Si había que cargar preparando un mitin o un acto público, ahí
estaba Tomás. Si había que llenar sobres con votos y folletos, el primero era
Tomás. Si había que sufrir en silencio las amarguras de una derrota electoral
–y él conoció varias consecutivas-, Tomás siempre estaba presente. Nunca pedía
nada, nunca se extralimitaba, nunca ambicionó nada. Parecía la suya una actitud
pasiva, resignada; pero nada más lejos de la realidad: allí siempre hubo un
socialista comprometido y activo que encarnaba los valores ideológicos de quien
sabe que hay que trabajar para ganarse la vida con dignidad. Su militancia,
discreta, silenciosa, eficiente, discrepante cuando había que serlo, ha sido un
ejemplo. ¡Cuántos Tomás Oliva necesita el socialismo!
Y en el Puerto de la Cruz decimos adiós a Lope Afonso
González, viejo amigo de infancia y adolescencia durante las que compartimos
vivencias y episodios que evocamos con agrado. Lope es el autor de una célebre
frase, pronunciada en público al principio del sermón de la procesión del
Encuentro de Viernes Santo en La Orotava. El sacerdote comenzó con mucho
énfasis:
-¡Hombres de La Orotava, mujeres por antonomasia!
Y Lope que se levanta, exclama:
-¡Oiga! Y los del Puerto, ¿qué pasa?
Tras la que se marcharon buena parte de los jóvenes
portuenses que, como era tradición, después de la procesión del Cristo
crucificado, habían acudido a la cita villera.
Lope, por cierto, fue el conductor durante muchos años
de la venerada imagen del Gran Poder de Dios. Un conductor al que algún cofrade
u otros acompañantes iban guiando pues desde el interior del carro
transportador no se veía nada.
Dedicado a la actividad comercial muchos años –luego
sería vigilante privado-, Lope Afonso siempre quiso colaborar en aquellas
convocatorias locales vinculadas al deporte y actividades lúdicas o
recreativas. Una de ellas fue las ’24 Horas de ping-pong’ promovida por el Cima
Club. En cierta edición, que tuvo como marco el parque San Francisco, logramos
memorizar uno de los eslóganes de reconocimiento, repetido cada hora y media,
según la cantidad de público que hubiera:
“Se está jugando con pelotas de la marca Dunlop Barna
Tres Coronas, cedidas gentilmente por la firma Fotopesca Maricumbre”.
En cierta ocasión, tras discrepar con su primo
Francisco, quien fue alcalde de la ciudad entre 1979 y 1984, a propósito de la
adaptación peatonal de vías, fue objeto de una broma que, por fortuna, no pasó
a mayores. El inolvidable Chicho Vázquez simuló la grabación de una entrevista
radiofónica que se iba a emitir en uno de los programas más escuchados
entonces. Lope no arremetió contra su primo alcalde pero se preguntó una y otra
vez quién le asesoraba, qué técnicos le habían dicho que cerrara tantas calles.
Cuando días después supo que la entrevista nunca fue emitida, no se enfadó.
-Lo mejor que hiciste-, le dijo a Vázquez.
Era una expresión de su buen corazón, de su
predisposición tolerante. Hoy sábado se efectuará su cristiana sepultura.
Reciban su esposa Leonor, sus hijos Lope (concejal del Ayuntamiento), Gemma y
Leopoldo (presidente de la cofradía del Gran Poder de Dios), una sentida
condolencia…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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