Fueron
vecinos de mis padres; Juan Álvarez Díaz y María del Carmen Abréu González en
el famoso Barrio orotavense de la Sidrona, de hecho mi hermana la mayor de la
familia Dolores Álvarez Abréu (Lola), siendo aún una niña era como una hija
suya, puesto que la pareja a no tener hijos se entusiasmaron por mi hermana la
Mayor.
Máximo
Escobar, nacido en el Puerto de La
Cruz en el año 1903 y fallecido en La Orotava en el año 1985.
Tratase de un artista integrante de un colectivo que empezó a latir en La Orotava mejor dicho en el
Valle al principio del siglo XX, una sugerencia que sirve a la vez, como
cómputo y revisión del significado a parecer de un colectivo nacido en la
orotavense Academia Municipal de Dibujo, que fundara el insigne maestro Don
José María Perdigón, o en algún taller del Puerto de la Cruz, en los que se formaron
unos jóvenes artistas que no originaron ningún movimiento o escuela definida,
solo quedaron en el anonimato, cuya fama traspasó a la Villa en la confección y
realización de los tapices florales de su Corpus, no cabe duda que a pesar de
este arte fugaz y divino que adorna las pinas calles de La Orotava en un día de
gloria y de fe, fecundó en estos enigmático creadores; la naturaleza, el
paisaje, la sismología, la virtuosidad cosmopolita, la figuración y la
sotistificación intelectual, elementos armónicos constantes que integraron el
discurso de esa generación, que debería renacer a la inmortalidad. Así pues de este colectivo destacamos al
pintor poco conocido en estos lares Máximo Escobar nacido el 29 de mayo de
1903, en unos de los rincones más bellos del Puerto de La Cruz, conocido por Las
Veguetas, deslinde con la playa villera del Bollullo. Educado en la Villa en el Colegio de San
Isidro con los Hermanos de la
Salle, en cuya clase de dibujo se ausentaba del cansancio y
del aburrimiento, y que además aprendió las matrices de la pintura, el manejo
de los pinceles y combinaciones de colores de la maestra portuense Adela
Miranda discípula de Bonnín, y más tarde las perspectivas geométricas de dibujo
en Santa Cruz con un artista notable, el escultor Alfonso Reyes. Su última
enseñanza la recibió del maestro por antonomasia, aquel que enseña desinteresadamente,
y que jamás pretende influir en el alumno de modo alguno: la Naturaleza.
En el
pueblo de Santa Úrsula desplegó una gran actividad en torno a su Casino, donde
dejó unos murales decorativos en su salón de baile, y donde conoció a la que
iba a ser su compañera en la vida Juanita Rodríguez Gómez, con la que contrajo
matrimonio el 18 de abril de 1936. Entre el paréntesis y la represión de la
guerra civil y el éxito del militarismo del bando nacional regresa a la Orotava como contable de
la explotación agrícola de la familia Suárez, reuniéndose con sus viejos amigos
contertulios de la vanguardia literaria y periodística de La Voz del Valle y El Norte,
volviendo una vez más al arte alfombrístico, tradición más hermosa de Canarias,
para finalizar como funcionario de la
ONCE y el irse a vivir a Santa Cruz, porque allí sus
aficiones artísticas podrían encontrar mejores estímulos, y en la capital
tinerfeña creó su propio taller “La
Cuadra”, en una ciudadela del Barrio del Toscal,
concretamente en la calle de San Miguel, falleciendo el 19 de octubre de 1985.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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