miércoles, 5 de julio de 2017

AQUELLAS FIESTAS DE JULIO EN EL PUERTO DE LA CRUZ DISTINTAS Y DISTANTES (VI)



Fotografía tipo tarjeta postal del principio del siglo XX, coloreada del histórico Hotel Marquesa del Puerto de la Cruz.
Antigua mansión de los Cólogan, donde pernoctó la noche de San Juan el varón naturalista alemán A. Humboldt.

El amigo del Puerto de la Cruz; AGUSTÍN ARMAS HERNÁNDEZ remitió entonces (6/8/13) estas notas que tituló; “AQUELLAS FIESTAS DE JULIO EN EL PUERTO DE LA CRUZ DISTINTAS Y DISTANTES (VI)”: “…Mucho se ha escrito acerca del Puerto de la Cruz, de su historia y de sus hijos más ilustres. Se han homenajeado a los más distinguidos y muchas de las calles portuenses llevan sus nombres, para perpetuarlos. Mas no están todos los que debieran estar  para que fuera completa la lista de estos insignes personajes de nuestro querido terruño ni se les ha otorgado homenaje alguno.
Veamos lo que dejo escrito un querido y apreciado portuense, incansable investigador y escudriñador de la historia de nuestro pueblo. Su titulo:<< El Puerto de la Cruz en 1804>>. Su autor: D. Antonio Ruiz Álvarez: <<Hace ya algún tiempo, encontrándome en la Biblioteca Municipal de nuestra Capital copiando unos documentos, encontré un cuadernillo manuscrito y sin foliar fechado en 11 de febrero de 1804 cuyo título era <<Descripción del Puerto de la Orotava>>.
De dicho cuadernillo se desprendía el importantísimo papel que nuestro Puerto desempeño en el pasado tinerfeño, por su categoría comercial, por su situación estratégica, por la riqueza de su zona –a pesar de ser entonces muy reducida-, por su ventajosa situación climática y por su excelente producción vinícola que le hacía figurar en el extranjero como el pueblo más floreciente y próspero del Archipiélago. Así lo hace constar el anónimo autor del citado cuadernillo al <<Excmo. Sr. >> a quien lo dirige, al decir que el <<Puerto de la Orotava es el segundo de las Islas Canarias, no precisamente por su población>> -aunque ya el Puerto, por esta fecha, tenia 4.000 habitantes y unas 800 casas, <<sino por el grande comercio que hacen lo vecinos con los vinos de la circunferencia. Todos los años se acopian en el Puerto de cinco a seis mil pipas de vino, con cuyo fruto se logran de Inglaterra muchos artículos de primera necesidad, de convivencia, y de placer. Estos vinos puestos en pipas que tengan igual medida que las de la isla de Madera, los ingleses los beben como si fueran de aquella isla, pues también los disfrazan para lograr buena venta>>.
Yo me imagino al entonces floreciente y prospero <<Muelle Viejo>>, abarrotado de toneles de exquisito mosto, mezclado con la guinda del país y el agua ardiente de Francia y de Borgoña, suavizado con otros ingredientes para hacerlos más generosos y me imagino, también, la hermosa bahía del <<Limpio>> llena de bergantines, de goletas, de grandes naves de recortada belleza y de diferentes nacionalidades ó, quizás, aquellas que servían para hacer los viajes a lejanos países y que eran propiedad del naviero portuense don Matías Domínguez. Sí; me las imagino arribando a puerto para transportar la preciada carga, los vinos de Malvasía y del Malpaís; los vinos tinerfeños, los vinos de Orotava, embarcados por su Puerto.
Pero sigamos a nuestro anónimo escritor en su interesante descripción: <<No hay un pueblo en las Islas de Canaria, donde se fomente el Comercio, donde los Almacenes estén provistos, y donde las casas comerciales sean más ricas y más sólidas>>.
<<Los vecinos son por lo general tan  dedicados al comercio, que en las mujeres cargan encima de la cabeza unas canastas de ropas, y efectos extranjeros, y caminan 5 ó 6 leguas por sierras y barrancos a los lugares más infelices a vender sus efectos y así vive un número de personas que de otro modo sufriría muchas privaciones>>.
<<Es lugar pedáneo sujeto a la jurisdicción de la Villa de la Orotava y esta calidad hace poco honor al pueblo que merecía por descontado tener la consideración de Villa exenta de jurisdicción con su Alcalde Ordinario>>.
<<No se conoce en él fábricas, pero si son muchos los adelantos que ha hecho en preparar los vinos para que tengan mejor despacho en el Norte>>. Por este tiempo escaseaba demasiado el agua y varias calles estaban aún sin empedrar: sin embargo veamos como todo esto era fácil de solucionar, pues el documento nos dice: << Si S.M. se dignarse hacerle la merced de Villa con jurisdicción exenta, entonces tomarían los alcaldes otro interés en su fomento; pues hasta por el medio de subscripción emprenderían obras útiles según me han asegurado algunos pudientes>>.  En este año de 1804 se empedró la calle de Quintana y se llevaron a cabo algunas reformas en la pendiente Calzada de Martianez, el rico genovés don Luis Lavaggi edificó su casa de la calle Blanco que antes había sido propiedad de don Manuel Álvarez y en la cual nació, en el año 1796, nuestro eximio historiador don José Agustín Álvarez Rixo.
El Ayuntamiento lo componían los siguientes señores: Alcalde Real, don Bernardo Cologan Fallón; diputado de Abastos, don Antonio Negrín Sarmiento y personero sindico, don Tomás Cullen.
En este mismo año de 1804 se registraron dos hechos importantes: el fallecimiento, el día veinte de julio, del célebre escribano don Nicolás de Curras y Abreu, que fue enterrado en la capilla de los Lindos o de Animas (hoy de la Virgen del Carmen – Parroquia Matriz), a quien sustituyó su pariente don José Álvarez de Ledesma, y la visita pastoral que en diciembre nos hizo el obispo Verdugo, quien se alojo en la casa que en la calle de la Oposición poseía don Dionisio O´Daly (hoy Agustín de Bethencourt).
Dejemos estos datos y sigamos la lectura del interesante documento: <<También cuenta el Puerto de la Orotava con algunos labradores que han roturado, y están roturando tierras de la  jurisdicción que estaban abandonadas, y por las que paga un canon perpetuo al Ayuntamiento de La Laguna, que servirá de obstáculos a la mejora de las tierras mismas, si no se adopta el plan que se propondrá al tratar de los propios de La Laguna>>.
OTRAS CURIOSIDADES DEL PUERTO DE LA CRUZ DE AQUELLOS AÑOS: Un teatro y un cine existían en el Puerto de la Cruz en los años 50: <<El teatro Tophan>> y el <<Cinema Olimpia>>, ambos pasaron a mejor vida. El primero destruido para hacer un hotel, y el segundo para edificar un centro comercial. ¿Quién no los recuerda?  Por el escenario de Tophan pasaron las mejores compañías de zarzuelas de España, y en su sala se efectuaban aquellos magníficos y elegantes bailes de blanco y negro, que se programaban en las fiestas de julio.
 En El Olimpia, además de proyectarse los mejores films, se llevaban a cabo los bailes llamados popularmente de <<baños turcos>>. Hoy esta forma táctica no se estila, puesto que han cambiado los tiempos. Una sola piscina había en el Puerto de la Cruz, que ubicada en la playa Martínez, ostentaba su mismo nombre. En sus instalaciones se podía, además de zambullirse en el refrescante líquido, disfrutar de un selecto bar restaurante donde se servían las mejores comidas y bebidas, tanto nacionales como extranjeras; saciar el apetito y la sed no era problema en la popular e inolvidable piscina de Martiánez. En sus amplias terrazas también se organizaban grandes y divertidos bailes  de tarde- noche, amenizados por la estupenda, y también recordada, orquesta Manigua.
Dos eran los restaurantes más famosos y distinguidos del Puerto de la Cruz de aquella década ambos de grato recuerdo: << El Rancho Grande>> y el <<Miramar>>. Estaban muy cerca el uno del otro, a poco más de cincuenta metros, en el paseo San Telmo, aunque el Miramar tenía la entrada principal por la calle Corales, ¿lo recuerdan? En el popular Rancho Grande, también se hacían fiestas bailables, muy amenas y divertidas. Este restaurante ha sido reconstruido y lo rigen en la actualidad unos alemanes. En cuanto a Miramar, desapareció del mapa, y en su lugar surgió un edificio de apartamentos. ¡Qué pena que se perdiera aquel y otros pintorescos riñones del antiguo Puerto de la Cruz!
Tres farmacias cubrían las necesidades de la población portuense de aquellos años de mis amores. A saber: la de D. Luis Espinosa (<<Estrada>>), ubicada en la calle Esquivel número de teléfono 120. La de doña Asunción Curvelo, en la calle de San Juan. Y la de San Felipe, cuyo número de teléfono era el 64.  A esta última farmacia,  mencionada, le tocó hacer la guardia en las fiestas de julio del año 1954.
Los centros culturales que existían en la misma época, en la  cuidad turística, eran los siguientes: Colegio de Formación Profesional, ubicado en la calle Pérez Zamora, hoy restaurada y convertida en “Casa de la Juventud”. Museo de Arqueología Canaria y Arte Contemporáneo, en la calle Quintana número 12, y el Instituto de Estudios Hispánicos, en la misma calle e igual edificio.
En este cultural Instituto, de todos conocidos, además de exposiciones de pintura y escultura, etc., se siguen impartiendo los famosos cursos de invierno para extranjeros, que en combinación con la Universidad de La Laguna, han cosechado muchos éxitos. También en la sala de este importante centro cultural se siguen ofreciendo conferencias, sin y seguidas de coloquios, donde el conferenciante, después de exponer el tema, pasa a la disertación y al coloquio con los asistente. Ejemplo de ello eran, <<La tertulia de los Iriarte>>. Hoy, no sé por qué razón,  no se imparten.
No quiero dejar pasar este articulito y la oportunidad que me ofrece este distinguido rotativo EL DIA, para felicitar y agradecer al presidente y directiva del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, (I E H C) por el magnífico ciclo de conferencias que nos ofrecieron hace algún tiempo , titulado: <<El legado cultural de España al siglo XXI>>. En dicho evento intervinieron la flor y  nata de la intelectualidad española. Veamos sus nombres y temas tratados por cada uno de ellos: Dr. José Luis Pinillos (profesor emérito de Psicología), << El legado cultural de España en un mundo postmoderno>>. Dr. José María Jover Zamora (profesor emérito de Historia Moderna de España y de Historia Universal Contemporánea), << La civilización como objeto de conocimiento histórico>>. Dr. Fernando Chueca Gaitia (arquitecto y académico de la Real  de Bellas Artes de San Fernando),  <<La arquitectura: del historicismo al racionalismo. Dr. José Manuel Pita Andrade  (profesor emérito de Arte Moderno y Contemporáneo), >> La pintura luminista>>. Dr. José Manuel Alvar López (profesor emérito de Lengua Española), << La poesía de Luis Rosales>>. Dr. Domingo García-Sabell Rivas (presidente de la Real Academia Gallega), << La aportación literaria de Galicia>>.
Para todos ellos: conferenciantes y organizadores, mis más sinceras felicitaciones.
Posdata: espero que a estos conferenciantes, por sus mentes lúcidas e inteligentes y  una facilidad de palabra impresionante, vuelvan  a deleitarnos con nuevas conferencias…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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