Año 1955, muelle romántico y pesquero por excelencia de un
tanto cantar del Puerto de la Cruz, cuando el trabajo era inmenso, el pescador
ranillero vivía y hacía vivir a todos los habitantes del Valle, con la inolvidable
casa colonial “Cayaya” en el fondo a dónde íbamos a jugar a los futbolines y
chapolines en nuestra juventud.
Observamos al famoso Juan Ruano, pintor y
artistita natural del Sur de Tenerife, considerado en su juventud como un gran
atleta olímpico, y especializado en el arte de Marinas.
Con sus pinceles le da luz y color al mar
portuense antes la mirada de varios pescadores de la mar brava que Ruano
introduce en el lienzo en este rincón novelesco abierto a la mar.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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