Fotografía en color correspondiente a la Ermita de San
Sebastián de Los Realejos: “…La Ermita de San
Sebastián está ubicada en la Villa de Los Realejos (Tenerife) Islas Canarias,
data del siglo XVII y formó parte de la Hacienda de Los Príncipes.
Su entrada principal una
puerta de cantería gris, un sencillo artesonado y una espadaña en su izquierda.
Fue levantada en un solar cedido por el administrador Alejandro Orea, después
de 1733 y se incendió en 1885, aunque pudo ser reconstruida más tarde. En ella
se venera la imagen de San Sebastián…”
Según el profesor realejero de Historia del Arte de la
Universidad de La Laguna; GERARDO FUENTES PÉREZ: “… forma parte del
conjunto de edificaciones de la histórica hacienda de Los Príncipes. Construida
a comienzos del siglo XVIII, sufrió un incendio el 26 de julio de 1886. Muestra
una modesta espadaña en el extremo izquierdo de la fachada. Se techa con un
austero artesonado de parhilera sin ornamentación alguna. La imagen titular se
halla dentro de la órbita estilística del escultor canario Luján Pérez.
En la parte posterior de
este recinto religioso se extienden los jardines de la mencionada hacienda de
Los Príncipes, edificio emblemático de Los Realejos, llamada así por haberse
casado en Madrid una sobrina del cuarto Adelantado, Porcia Magdalena de Lugo,
con Antonio Luis Leiva, príncipe de Asculi y marqués de Atela. Estos jardines
fueron la admiración de muchos viajeros, sobre todo ingleses y franceses. Se
accede a través de un portalón almenado en el inicio de la calle de Los
Molinos. Una amplia avenida rodeada de árboles conduce hasta la fachada
principal, presentando una galería abalconada en la segunda planta. Su avanzado
deterioro ha ocasionado la desaparición de muchos elementos estructurales,
sobre todo en las estancias más nobles. De la primitiva fábrica apenas hay
vestigios. La actual edificación, de planta en forma de L, pertenece a los
siglos XVII y XVIII con añadidos posteriores. La importancia económica de esta
casa y de su ingenio motivaron la llegada de forasteros…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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