martes, 22 de agosto de 2017

MERCEDES PINTO DE ARMAS



Una mujer tinerfeña que se adelantó a sus tiempos, una mujer chicharrera, la cual La Villa de La Orotava, le honra con una calle recién inaugurada que une la Avenida Emilio Luque Moreno con el centro Médico de Las Dehesas.
Nació en Santa Cruz de Tenerife el 12 de octubre de 1883. Desde pequeña destacan sus dotes literarias y manifiestas una gran creatividad. Es más conocida por su primer libro de versos (BRISAS DEL TEIDE), sus actividades políticas, sus ideas feministas y por una polémica conferencia pronunciada en la Universidad Central de Madrid (EL DIVORCIO COMO MEDIDA HIGIÉNICA), porque el resto de su obra literaria (novelas, poesía, teatro y una amplia producción periodística) se irá desarrollando en los distintos países de Hispanoamérica donde residió hasta su muerte en 1976.
Ya a la edad de 14 años la llamaban la «POETISA CANARIA», pues en esa época obtuvo galardones en diferentes concursos de ámbito regional. En los años 20 llegó a Madrid e hizo amistad, entre otros, con Ortega y Gasset y Carmen de Burgos. Empezó a colaborar en prestigiosos diarios y revistas españoles como Prensa GráficaLa Acción, o Lecturas.
Exiliada de la dictadura de Primo de Rivera, residió en Uruguay, donde dispuso de cargos especiales en el Gobierno y fue la primera mujer oradora del gabinete. Fundó la famosa «CASA DEL ESTUDIANTE» para la promoción de la cultura de las clases populares, donde tuvo como invitados personalidades de la talla de Rabidranat Tagore, Luigi Pirandello o Alfonsina Storni. En Uruguay, punto de arranque de su trayectoria americana, tiene lugar precisamente la escritura y la representación de Un señor... cualquiera, obra dramática estrenada en el célebre Teatro Solís de Montevideo en 1930, con una extraordinaria recepción entre la crítica.
En 1933 se trasladó con su familia a Chile, donde conoció a Pablo Neruda quien impresionado por la personalidad de la canaria le dedicaría unos versos. Fue en este país donde publicó también su segunda novela, ELLA, en 1934. Desde 1935 hasta 1943 residió en Cuba, donde efectuó una ingente tarea en defensa de la República Española y ocupó el puesto de Educadora de Conferencistas. También en la isla caribeña alzó la voz en favor del pueblo judío intentando solidarizar a la población cubana con los refugiados que llegaban huyendo de la barbarie nazi. Finalmente, en 1943, recién fallecido su segundo esposo, se instaló en México de forma definitiva donde sus hijos (Pituka de Foronda y Rubén y Gustavo Rojo) comenzaron su carrera en el cine mexicano. En todos estos lugares (Chile, Cuba y México) Mercedes desarrolló una intensa actividad como oradora y dramaturga, declarándose como una gran defensora de los derechos de las mujeres, la clase obrera, y la modernización de la educación.  
Escribió su novela más conocida, ÉL, que fue llevada por Luís Buñuel al cine en 1952, y otras obras como Cantos de muchos puertos Un señor cualquiera. Trabajó en revistas como Mundo Uruguayo y en el periódico El Día. Creó su propia compañía de teatro y recorrió otros países americanos como Argentina, Chile, Paraguay y Bolivia. En todos ellos Mercedes desarrolló una intensa actividad como oradora y dramaturga, manifestándose como una gran defensora de los derechos de las mujeres, la clase obrera, y la modernización de la educación.
En 1953 participó en un ciclo sobre Arte Contemporáneo que se desarrolló en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. También residió algunas temporadas en Madrid, pues sus hijos varones empezaban a intervenir en el cine español, incluso ella apareció, como artista invitada en dos producciones cinematográficas: El coleccionista de cadáveres (Santos Alcocer, 1966) y Días de viejo color (Pedro Olea, 1967). A pesar de estas visitas esporádicas nunca permaneció mucho tiempo en la España franquista.
Durante su estancia en Chile, Pablo Neruda le dedicaría los versos que hoy son el epitafio de su tumba en el Panteón Jardín de México. Murió en México en octubre de 1976, a la edad de 93 años.
Hasta el momento de su muerte mantuvo una intensa actividad periodística, publicando sus últimas colaboraciones en el suplemento Los Jueves de Excelsior.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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