En la ermita el
Calvario en la plaza de la Paz de La Villa de La Orotava recibe culto un grupo
escultórico que se conoce con el nombre de Cristo del Calvario. Tratase en
verdad de una Piedad obra del siglo XIX del artista orotavense Fernando
Estévez.
El 12 de febrero de 1864, el obispo de Canaria y Administrador apostólico
de Tenerife Fraile Joaquín Lluch y Garriga concedió licencia al Mayordomo de la
ermita, para fundar la Venerable y Real Hermandad de Misericordia del Calvario.
Tenía por objeto esta institución, según dice la solicitud, "solemnizar el
culto de la Santa imagen del Cristo del Calvario de esta Villa".
Algunos masones de la célebre logia villera formaron parte de la fundación de
la Hermandad Real y Misericordia del Santísimo Cristo del Calvario de La Villa
de La Orotava, desde el marqués de la Quinta Roja don Diego Ponte y del
Castillo (el del mausoleo vacío) hasta el jurista, político e intelectual orotavense
don Miguel Villalba y Hervás (secretario de la hermandad). En esta celebración
magna de acontecimientos del 200 aniversario de la sagrada imagen (1814 –
2014), no se les homenajeó a estos señores sobre sus ilustres pensamientos e
ilustración. Desconozco totalmente el motivo, puesto que un servidor forma
parte activa de la esclavitud, condición que heredé de mi difunto padre Juan
Álvarez Díaz (industrial que lo fue de esta Villa), me da la impresión que los
actuales compañeros u organizadores supuestamente se han situado a las
costumbres en tiempos anteriores al año 1814, olvidándose que ya estamos en el
siglo XXI….
El amigo de la Villa de La Orotava; IVÁN GARCÍA SOSA, remitió entonces (01/09/2012)
estas notas que tituló; “ UNA CITA CON LA HISTORIA (1814 – 2014): “…Fernando Estévez de
Salas, uno de los mejores baluartes del arte que ha tenido la Villa de La
Orotava, cogió una gubia en su mano prodigiosa, hace cerca de doscientos años,
para dar vida a la madera y crear para su Villa natal, una de las obras
religiosas más importantes de nuestro patrimonio, la imagen del Santísimo
Cristo del Calvario. En el año 2014, esta venerable Hermandad, acudirá con gran
Ilusión a eta “cita con la Historia), que será también una cita con la devoción
de todo un pueblo. Doscientos años cumplirá en ese año la imagen del Cristo del
Calvario, mientras que su hermandad cumplirá ciento cincuenta años de
fundación. Una efemérides que no podemos pasar por alto, sino todo lo
contrario, la celebraremos con diversos actos religiosos y culturales que ya
están siendo preparados por la Junta del Gobierno…”
El amigo de la Villa de La Orotava,
profesor titular de Historia de América de la Universidad de La Laguna; MANUEL HERNÁNDEZ
GONZÁLEZ remitió entonces (01/09/2012) estas notas: “…Domingo Calzadilla es, pues, el financiador de la
imagen de la Piedad, conocida por el nombre de Cristo del Calvario, de un nuevo
San Isidro y de Santa María de la Cabeza, las tres salidas del taller del
imaginero orotavense Fernando Estévez del Sacramento en fecha anterior a
diciembre de 1814. Él mismo da cuenta de sus estrechas relaciones, al afirmar
que “mi sobrino Don José Calzadilla recoja y lleve a su poder dos imágenes del
Salvador del Mundo y San Bartolomé propias de su ermita en la Corujera, que
están en el de Fernando Estévez, a quién se las tengo satisfechas con el
importe de 75 pesos”. El presbítero no sólo reformula y potencia el culto en la
ermita con una sacristía y la adicción de nuevas imágenes y un retablo, sino
que encomienda a sus sobrinos el citado José Calzadilla y Fulgencio Melo y
Calzadilla que sigan desempeñando su mayordomía. Para estímulo de su culto lega
al primero cuatro pedazos de viña de la Candia con la obligación de decir cada
viernes de cuaresma una misa rezada en ella “a horas que la puedan oír los que
van al calvario” y a Fulgencio Melo el cercado de la Cruz Santa con la de pagar
“4 ducados al beneficiado por una misa cantada y función en el día de mi devoto
San Isidro, la que se ha de celebrar en su ermita y 5 pesos por el sermón”. En
caso de fallecer sin sucesión sus rentas se deben invertir en decir todos los
años en los siete viernes del Espíritu Santo una misa rezada en cada uno de
ellos en la referida ermita.
En el siglo XIX el culto a San Isidro y su consolidación como patrono de la
villa es un hecho cada vez más patente. Paralelamente la grave crisis que
atraviesa la religiosidad del Antiguo Régimen con el grave impacto que para
ella supuso la progresiva desamortización de las rentas de cofradías, conventos
y capellanías, y con ellas la extinción de las órdenes religiosas se deja
sentir en la ermita del Calvario que ve quebrados buena parte de sus ingresos
en una época de grave crisis económica insular, con es la del período entre la
paz continental de 1814 y el despegue de la cochinilla. El definitivo
hundimiento del vino como sector exportador es la espita sobre cargas impuestas
sobre los viñedos. El estado languideciente de la ermita es cada vez más palpable.
Durante el reinado de Isabel II, las elites sociales orotavenses, que habían
apoyado decididamente las reformas liberales y que se habían beneficiado de
ellas con la adquisición de los bienes de la Iglesia y de las tierras de
propios y comunales buscan nuevos cauces para reconducir las creencias
populares tras su grave crisis con la prácticamente total desaparición de las
cofradías y de las comunidades religiosas y con el grave impacto en la
solemnidad de las festividades religiosas. Aparece una religiosidad que
pretende retomar con nuevas perspectivas la religiosidad tradicional para
reanimar la fe popular.
Es bien significativo que el culto al Cristo del
Calvario sea promovido en La Orotava por significados miembros de las elites
reformistas, de carácter republicano y masónico. En la solicitud de
constitución de la Hermandad, aprobada el 12 de febrero de 1864 figuran
destacados miembros de este sector socio-político. Resulta bien llamativo que
personajes tan caracterizados en esa militancia como el Marqués de la Florida,
Miguel Villalba Hervás, Sebastián López Mora o Lucio Díaz González formen parte
de ella o sean esenciales en su erección. Pero debemos de entender esa actitud
en la búsqueda por parte de los sectores liberales y afines a la burguesía intermedia
de un espacio propio frente al abolengo antiguo regimental de la oligarquía
pactista. Frente a la decadente y restringida Hermandad de Misericordia del
pasado, de la que se dice heredera, este sector social busca un nuevo espacio
de sensibilidad religiosa, porque el republicanismo y la masonería isleña como
expresiones socio-culturales de ese movimiento no fueron antirreligiosas ni
anticatólicas, su disputa fue frente al clero ultramontano. Era un espacio más
de sociabilidad, como la logia o como el Falansterio, más tarde denominado
Liceo de Taoro, erigido en oposición al aristocrático Casino…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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