“…En la calle del Calvario / faltan
tres personas / Maria la Sorpuesta / Rita la montona / y le sigue la corriente
/ Amparo la Reverona…”
Fotografía
referente a la calle El Calvario de La Villa de La Orotava, principios de la
década de los años cincuenta del siglo XX.
A la izquierda
vemos a mi padre Juan Álvarez Díaz (camisa blanca) acompañado del entonces
gerente delegado de la Compañía Texaco de Tenerife don Santiago Marrero.
Por encima
observamos el surtidor de bomba de la compañía Texaco que regentaba mi padre
Juan Álvarez Díaz.
La muchacha
que baja por la acera izquierda es Mercedes Arocha, lleva en su cabecera un
casco con la comida del cochino, este era el entristecido trabajo de jóvenes de
aquella época desoladora.
Lo curioso del
panorama, es que los desaparecidos arboles “PLÁTANOS DE LÍBANO”, estaban dentro
de la plaza de Franchi Alfaro.
Las obras que
se realizaron y ejecutaron siendo entonces alcalde don José Estévez Méndez se
modificó el acertamiento y la entrada por el sur, quedando el muro desplazado
hacia el interior de la plaza.
La calle El
Calvario en La Villa de la Orotava, debe su denominación a la ermita El
Calvario, fundada por los franciscanos, ubicada al extremo de la aludida rúa.
En tiempo de la Segunda República Española, cambió de designación por “14 de
Abril”, conmemorando así tales efemérides. Las Tertulias era el punto de
encuentro de amigos, vecinos y convecinos. Eran tiempos de unidades tan
distintivas y íntimas en todo el sentido. Cuando alguien se moría, se permitía,
que los más pequeños se quedaran la noche en casa del vecino, para tranquilidad
y sosiego.
El Tin
fue una de las tertulias, que se formó en la gasolinera de mi padre Juan
Álvarez Díaz, integrada por taxistas e industriales de la calle. Tenía su
lugar de encuentro en la finca “Mestre Juan” en la Florida propiedad de
don Fernando Méndez y Ponte, en casa de don Casiano García Feo en las Cañadas y
en la finca “El Pozo” en el Rincón.
Frente al bar
- restaurante Fariña, estuvo establecida la F.A.S.T. (Sindicato Agrícola Norte
de Tenerife), entidad histórica de exportación platanera. En el inmueble anexo
residió mucho tiempo el Correo. En el lugar donde hoy se encuentra la sala
“Power” antiguo cine Orotava, había una casa de estilo canario de dos plantas
que poseía hermosos jardines ante su fachada que lucía balcón con celosía. La
mansión era propiedad primero de don Domingo García Medero y posteriormente de
don Cristóbal Rodríguez. Desde la plaza del kiosco hasta el bar - restaurante
Fariña, hubo una fila de plátanos del Líbano, que daban sombra a las paradas
allí existentes. En lo bajo de la plaza de la Constitución había unas arquillas
donde los vecinos del lugar se disputaban el agua.
En la mediana
de la vía está la Mansión de don Antonio León, una de las primeras
edificaciones de la calle, de estilo tradicional, con balcón y ventanas de
excelentes labores de cojinetes, sobresale la colección de cactus canarios en
su patio central, considerada como una de las mejores de Canarias. Esta casa
del siglo XVII la vivió en diferentes épocas la familia; Viera, y Villalva. Fue
sede de ensayo de los grupos teatrales del Liceo Taoro, y acuartelamiento en la
guerra civil española, y estuvo el comestible “Los Molinas”. La Mansión continua,
donde están los talleres de Villavicencio, muy parecida a la anterior, está por
restaurar pues se encuentra en deplorable estado. Estamos a la espera de un
progresivo acuerdo con vista a una futura restauración por el bien de la villa.
Este caserón se utilizó como cuadras y cocheras de los señores López Buenafuente,
de coches de caballos que comunicaban la villa con la capital, cambiando en
Tacoronte la caballería. En ella estaba la barbería de Perico conocido por “Él
Tiznado” con su cría de pájaros, la peluquería de Manuel que tenía a su hijo Fernando
de zapatero en la esquina del fondo, y la sastrería de don Lorenzo
Villavicencio. Doña Imelda Afonso mujer elegante, culta y llena de literatura y
poesías. Su talante hospitalario, su profunda formación, fueron muy
conocidas. Su humor fue el de un ser cuya experiencia le permitió
relativizar todas las cosas, las de la historia grande y la de la historia
menuda.
En el corazón
de la arteria se encuentra la plaza de Franchi Alfaro, que el 25 de junio de
1879, los señores Luis Fumagallo y don Miguel Rodríguez y Borges presentan al
Ayuntamiento una solicitud para arreglarla. Posteriormente se sacan a subasta
la construcción de los muros de contención y circunvalación, los trabajos duran
varios años causando problema al batallón de la villa que acostumbraba a
efectuar sus ejercicios en el lugar. Don Aarón Otazo plantó la arboleda. En el
acuerdo plenario del 26 de junio de 1889 se le pone la actual denominación de
Franchi Alfaro (patricio que pidió a la Corte que se le diese a la Orotava juez
con jurisdicción independiente, concediéndole a la Orotava él titulo de villa).
A continuación
se encuentra el Llano San Sebastián, paraje donde apacentaban sus rebaños los
lugareños. En ese lugar, en el año 1746 se comienza a construir el hospital de
la Santísima Trinidad, aunque ya finalizada la construcción se decide
instalarlo en el convento Franciscano (1848). Al final de la calle se encuentra
la ermita “El Calvario”. Construida por los franciscanos en el año 1669.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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