Esta magnífica fotografía en color,
tomada en la mediana de la actual calle de Juan Padrón de La Villa de La
Orotava en antaño se denominaba El Callejón del Loro, vía que comienza en donde
estaba la portada principal del desaparecido cine teatro Atlante, hacía el
Barranquillo de Araujo. Actualmente es propiedad del amigo “Jesús” y sus
hermanastras. Pero es una casa procedente de mi familia paterna. Desde el final
del siglo XIX hasta la guerra Incivil Española, vivieron en ella la abuela de
mi padre Juan Álvarez Díaz que se le conocía por María Márquez “ La Carbonera”
y sus tres hijas; Braulia, Engracia (mi abuela) y María Díaz Márquez El
apelativo “Carbonera”, fue precisamente por que en esa ventana de la derecha,
entrada por la puerta principal tenían una venta, que entonces se vendía carbón
para cocinar, puesto que las cocinas de gasolina y gas aún no habían llegado a
la sociedad orotavense. No solo vendían carbón, si no frutas, verduras, papas,
etc. todo lo relacionado con una venta estilo típico canario de la época.
Al morir mi bisabuela, mi tía Braulia
se casó y se fue a vivir a la calle de La Noria de Santa Cruz de Tenerife de su
matrimonio tuvo dos hijos Anita y Manolo González Díaz, mi abuela Engracia casó
con mi abuelo José Álvarez Luque (procedente de Antequera – Málaga, que vino a
la Orotava con la quinta del año uno, del batallón de Borbón al cuartel de San
Agustín), tuvieron ocho hijos; Josefina,
Juan (mi padre), Isabel (fallecida siendo una niña de 10 años, atropellada por
un carruaje), Ricardo, Pepe, Pancho, María Rosa y Carmen Álvarez Díaz, en la
actualidad solo vive mi tía Carmen. MI tía abuela María quedó soltera y en los
años de la guerra española, se fue a vivir a Santa Cruz a la calle de San
Antonio del famoso Barrio del Toscal, con su hermana Braulia, coincidiendo con
el nacimiento de su sobrino nieto Miguel Ángel Barbuzano González, que fue
Consejero del Cabildo Insular de Tenerife con la presidencia de Adam Martín Menís
y senador en representación del grupo de Coalición Canaria, ya fallecido.
Entonces fue cuando mi familia paterna decidió vender la propiedad a la que me
refiero en este escrito, comprándola el padre del amigo “Jesús” (actualmente
residente en el centro de mayores El Llano).
Los hijos mayores de mi tía Anita
González Díaz, Agustín (práctico del Puerto de la Coruña, fallecido), Rosalba
(ama de casa) e Imeldo (ex funcionario del Banco Central), incluso el más chico
el mencionado Miguel Ángel Barbuzano González (Perito Industrial, fallecido),
tenían en sus mentes recuperar la propiedad, era tanto el cariño que le
procesaban a esta casita, que obstaron por adquirir, pero no se la adjudicaban,
con el tiempo quedó en la quimera. Miguel Ángel Barbuzano siendo Consejero del
Cabildo Insular de Tenerife, en un segundo intento, también con resultado
negativo, la quiso comprar, conjuntamente con la que se ve a la izquierda y
montar un museo de los vinos de La Orotava y su comarca, puesto que en el
caserón anexo un señor que conocíamos por “Abel”, procedente de la Matanza de
Acentejo, tenía en su parte baja una bodega de sabrosos caldos de sus viñas
matanceras.
No acabo aquí este alegato, por qué en
el caserón que vemos a la izquierda, en el año 1908, nacieron mis padres. En la
parte baja mi madre María del Carmen Abréu González y en la parte alta mi padre
Juan Álvarez Díaz, no se conocían entonces, ni se imaginaban mis abuelos que en el futuro iban a ser matrimonio, quizá
mis abuelos se conociesen por la vecindad.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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